En el estadio Malvinas Argentinas, el equipo de Jorge Almirón tuvo la peor actuación de su ciclo, que abre interrogantes sobre su futuro.
Nada le salió a Boca y todo a Godoy Cruz en su noche soñada. El conjunto de Daniel Oldrá le dio una paliza histórica al de Jorge Almirón en el Malvinas Argentina: lo sometió de principio a fin y lo goleó por 4-0. Así, el Tomba volvió a ganarle a los de la Ribera tras 12 años. El Xeneize fue puro desconcierto a tal punto que sus jugadores protagonizaron varios furcios. La derrota fue inobjetable e inolvidable para el local. Hacía siete años que no le marcaban cuatro goles a Boca. El último había sido el San Lorenzo de Guede en la Supercopa del 2017. La previa de la gran despedida de Riquelme del domingo tuvo así una sorpresa muy poco grata.
Probó algo diferente Almirón, ante la cantidad de bajas. Como se anunciaba en la previa, adelantó a Valentín Barco a la mitad de la cancha para hacer debutar desde el arranque a Nahuel Genez en el lateral. Pero el Colo no se quedó posicionado en el sector izquierdo del mediocampo, sino que fue un enganche clásico, su función original en sus comienzos. Sin embargo, el juego no fluyó en Boca. Pocas veces Barco pudo ser la manija del equipo, no hubo sociedad con Oscar Romero y una sola vez en toda la primera parte pudo conectar con Cristian Medina en una pared que fue la única de peligro en esa etapa inicial para la visita.
Todo lo contrario, con un idéntico esquema (4-3-1-2) sucedió del otro lado. Godoy Cruz sí hizo del toque y las triangulaciones la herramienta para llegar al arco de Sergio Romero, que se vio expuesto ante la flaqueza defensiva del Xeneize. La espalda de Alan Varela fue bien ocupada por Hernán López, quien hizo valer la sangre maradoniana que corre por sus venas (es el sobrino-nieto del Diego). El 8 del Tomba encontró en esa zona el lugar para hacer daño.
De movida puso una linda asistencia a Tadeo Allende, pero justo fue molestado por un atento Genez antes de definir y Chiquito Romero la terminó enviando al córner. Después fue quien tiró el envío de derecha al segundo palo para el cabezazo de Salomón Rodríguez y la clarísima mano de Marcelo Weigandt, que el árbitro Facundo Tello no cobró en primera instancia de manera insólita y debió ser llamado por el VAR para cobrar el penal que Diego Rodríguez intercambió por el primero.
Boca no tuvo reacción, el cuadro mendocino siguió dominando y las distracciones en el fondo se incrementaron. Nicolás Figal no tuvo su mejor noche. Dio un pase atrás mal que casi termina en gol. Y más tarde perdió muy fácil contra Allende. El punta se escapó solo por la derecha y mandó el pase atrás que Rodríguez dejó pasar para que López definiera sin marca por el medio con su zurda inspirada. Golazo y, a esa altura, diferencia de dos tantos más que justificada por virtudes propias y falencias preocupantes de Boca.
Darío Benedetto no contó con situaciones de peligro por la falta de creación y salió en el entretiempo para dejarle lugar a Vázquez. Nada cambió para los de Almirón porque la pelota continuó bajo poderío de los de Oldrá, que hicieron lo que quisieron.
El tercero llegó por una jugada que movieron de izquierda hacia la derecha, Allende sacó un remate que se iba afuera pero que se desvió en la mano de Figal y se metió al lado del palo. Al toque vino el cuarto para sen tenciar la goleada. Un taco de Roberto Fernández terminó en asistencia, luego de que Roncaglia la dejara pasar, para el recién ingresado Tomás Conechny, que gambeteó a Romero y definió. Fue el moño de una noche soñada para todo Godoy Cruz.
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