Deportes

En Santiago de ChileLos Juegos Panamericanos tuvieron su fiesta inaugural y los argentinos llegaron en subte al estadio

La palista Sabrina Ameghino y el rugbier Marcos Moneta fueron los abanderados. La delegación argentina llegó en subte al Estadio Nacional.

Una fiesta llena de color, historia y significado, que presentó al mundo el enorme legado cultural de Chile, dejó oficialmente inaugurados los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. Una fiesta que tuvo a más de cinco mil actores en escena e invitados especiales y que fue un verdadero show. Pero en la que los principales protagonistas fueron los atletas de las 41 delegaciones que competirán hasta el 5 de noviembre por la gloria. Entre ellos, la delegación argentina, encabezados por la experimentada palista Sabrina Ameghino y el joven rugbier Marcos Moneta, quienes lideraron la locura celeste y blanca en una noche inolvidable.

Una fiesta que el equipo albiceleste había arrancado mucho antes de entrar al estadio. Cerca de las cinco y media, los argentinos dejaron la Villa, todos de punta en blanco con la indumentaria oficial, para ir a tomar el subte. Porque en esta ocasión, en lugar de trasladarse en colectivos oficiales, los atletas viajaron hasta el lugar de la ceremonia en transporte público, que estuvo, claro, cerrado al público. Y la delegación nacional revolucionó la Línea 6 con la energía que siempre caracteriza a los argentinos, al ritmo de canciones que hicieron vibrar los vagones.

Desde el clásico “Olé, olé, olé, olé, olé, olé, olá… Olé, olé, olé… cada día te quiero más…” hasta las estrofas que adoptaron como propias Lionel Messi y sus compañeros durante el Mundial de Qatar. Sí, el Metro de Santiago se llenó de voces que entonaron a unísono “Muchaaachooos, ahora nos volvimos a ilusionar…”.

Sabrina Ameghino y Marcos Moneta, los abanderados de la delegación argentina. (AFP)
Sabrina Ameghino y Marcos Moneta, los abanderados de la delegación argentina. (AFP)

Dos horas antes de la competencia, ya estaban en el estadio. “Super ansiosos, todavía no sabemos exactamente qué hacer, pero queremos que arranque ya”, reconoció Sabrina Ameghino.

Pero tuvieron que esperan un rato largo todavía.

A las 20.30 en punto, como marcaba el programa, el reloj de la cuenta regresiva que apareció en la pantalla gigante del estadio llegó a cero y el estadio quedó en penumbras.

Tras un solo de batería de Juanita Parra, una reconocida baterista chilena, integrante del grupo Los Jaivas, las bienvenidas a Neven Ilic, presidente de Panam Sports, a Gabriel Boric, Presidente de Chile, y a Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, y el ingreso de la bandera y la entonación del himno nacional del país anfitrión, comenzó el show.

La delegación argentina que competirá en Santiago 2023, alentando y apoyando a los Pumas desde Chile, previo a la Ceremonia de Apertura de los Juegos Panamericanos. (Prensa COA)
La delegación argentina que competirá en Santiago 2023, alentando y apoyando a los Pumas desde Chile, previo a la Ceremonia de Apertura de los Juegos Panamericanos. (Prensa COA)

Un gran número de actores copó el centro de la cancha, transformada en un escenario lleno de vida y color, y deletió al público con un espectáculo que representó la conexión entre los elementos naturales y los habitantes del país y la gran diversidad cultural de Chile. Instrumentos y sonidos típicos de la región inundaron el aire y acompañaron los movimientos de los bailarines alrededor de bloques de “madera” que, unidos, representaban la geografía de la nación anfitriona.

Los argentinos, ansiosos, se robaron el protagonismo antes de entrar al estadio. Es que mientras la actriz Amparo Noguera encabezaba con sus palabras un nuevo momento del show, en el estadio se hacían eco las voces que hacían sonar bien fuerte un “Soy argentino, es un sentimiento, no puedo parar”.

Los atletas argentinos ingresan al Estadio Nacional. REUTERS/Agustin Marcarian
Los atletas argentinos ingresan al Estadio Nacional. REUTERS/Agustin Marcarian

Y entonces llegó el momento más esperado. Ameghino y Moneta, bien aferrados a la bandera y la emoción reflejada en sus rostros, aparecieron en escena y detrás de ellos, una pequeña parte de la delegación nacional. Es que algunos prefirieron quedarse en la Villa, para llegar descansados a la competencia de este sábado, y muchos más aún no llegaron a Santiago y lo harán con el correr de la semana. Al ritmo de la música, con banderitas albicelestes en mano y saludando, desfilaron, por ejemplo, las chicas del seleccionado de gimnasia artística, los integrantesdel equipo de esquí naútico y las duplas del beach volley, nadadores, tiradores, boxeadores… todos mezclados, sacándose selfies, abrazados y compartiendo el sentimiento de estar cumpliendo un sueño. Y cantando a todo pulmón, aunque no se los escuchara por el estruendo del público y de los parlantes.Luego de recorrer el terreno de la cancha, los argentinos tomaron sus lugares en los sectores que habían quedado vacíos especialmente para recibirlos a ellos y se siguieron animando la fiesta de los Panamericanos. De lejos se los podía ver, en lo alto, con los brazos arriba, siguiendo el ritmo de la música y hasta se sumaron a una ola que comenzó un sector del público y dio varias vueltas a las tribunas.

La entrada de la delegación local cerró el desfile, acompañada de algunos fuegos artificiales y de una ovación del público, y dio paso al ingreso de a escena de Ana Tijoux y el grupo Movimiento Original, que hicieron vibrar al público con el himno oficial de Los Juegos, “A la Cima”.

Pasaron, entonces, los discursos protocolares, a cargo de Jaime Pizarro, Ministro de Deportes de Chile, y de Ilic, presidente de Panam Sports; y las palabras del presidente chileno que dejó formalmente inaugurados los Juegos. También el ingreso de la bandera olímpica y panamericana, el tradicional juramento de los atletas, en la voz de la ciclista Catalina Soto Campos, y un nuevo momento a pura música, color y luces.

La delegación argentina viaja en Metro hacia el Estadio Nacional.
La delegación argentina viaja en Metro hacia el Estadio Nacional.

Y finalmente, el fuego panamericano llegó al estadio que será su casa durante los próximos diez días. Tras haber recorrido el ancho y largo del país en tres antorchas diferentes, partiendo de tres puntos extremos (Arica en el norte, Punta Arenas en el sur e Isla de Pascua en el Océano Pacífico), la llama unificada ingresó en la mano de su primer portador, la nadadora Kristel Köbrich, a través de la simbólica Puerta 8, o Puerta de la Memoria, creada para homenajear los valores de los derechos humanos y el respeto por la memoria histórica. De mano en mano de los portadores, todos medallistas olímpicos para Chile (el ex futbolista Ivan Zamorano, el tirador Alfonso de Iruarrizaga y, finalmente, Nicolás Massú y Fernando González), la antorcha recorrió el campo de juego. Y finalmente, los campeones en tenis en Atenas 2004, ayudaron a la ex atleta Lucy López, la primera mujer medallista panamericana del país anfitrión (en Buenos Aires 1951) y voluntaria en estos Juegos con 93 años, a encender un pebero que se había ido construyendo en el centro del escenario, pieza a pieza, a lo largo de la ceremonia.

Las bandas chilenas Los Tres y Los Bunkers y el cantante colombiano Sebastián Yatra tomaron el escenario para cerrar a pura música una noche que tuvo una cuota de emoción grande para el deporte celeste y blanco, con Ameghino y Moneta portando la bandera celeste y blanca, emocionados, y un grupo de compatriotas que vivió la ceremonia como solo los argentinos saben hacerlo. Ahora, llegará el momento de competir.

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