Por Carlos Saravia Day
“Loca soberanía por lograrte,
Por gozar un rato más
Los hombres venden a su madre
Y dan en prenda su alma a satanás”
La vicepresidenta, dio en prenda los atributos del mando al presidente y se reservó el poder del senado. Lo hizo quizás sin darse cuenta que el marco limita y contiene al lienzo y que luego conforman juntos el cuadro.
Irigoyen recomendaba que la fórmula presidencial “debe ser solidaria”. La vicepresidente volvió a tropezar con la misma piedra.
Una célebre pintura de Velázquez en el Museo del Prado exhibe a la familia real de Carlos IV con la Reina y todos los infantes e infantas, atravesados los pechos por la banda azul y blanca divisa de la casa de Borbón.
Algo del gusto estético de Belgrano haya inspirado al General al crear nuestra bandera que hoy flamea cumplida al viento y que atraviesa hoy el pecho o los senos de nuestros presidentes o presidentas, convertida en banda presidencial.
También es atributo presidencial el bastón de mando que tiene origen en los jefes de las legiones romanas y después en mariscales general y brigadieres en todas partes.
La marcha de Ituzaingó forma también parte de los chirimbolos y su historia es curiosa. Después del triunfo argentino encuentran entre los bártulos del ejército imperial vencido una partitura musical con una leyenda que rezaba: “Para ser ejecutada después del triunfo” y la firmaba el emperador del Brasil.
Ni lerdo ni perezoso el Brigadier Carlos María de Alvear le devolvió la frase por pasiva y le ordenó a la banda militar que la ejecutara para festejar el triunfo argentino. Hoy es la marcha presidencial.
Por último el sillón de Rivadavia sustituye al trono regio y muestra a las claras el cambio del principio de legitimidad monárquica por el principio de legitimidad republicana basada en la soberanía popular.
Aunque la vicepresidenta piense como el célebre político ministro de Napoleón, Charles Maurice de Talleyrand, que el trono son tablas y brocado, que todo depende de quién se siente en él, razón cierta, confirmada y a la vista. También se ejerce poder detrás del trono y se hace política al dictado.
Alguna vez le preguntaron al empresario menemista Alfredo Yabrán en qué consistía el poder y contestó lacónicamente: “el poder es impunidad”.
Ni Irigoyen, ni Alvear, ni Illia, ni De la Rúa buscaron fueros. Eduardo Angeloz, gobernador y senador por Córdoba renunció a ellos.
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