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José Ernesto SchulmanHabló la empleada que fue insultada y golpeada por el dirigente de derechos humanos

La joven de 21 años habló después de que se difundiera el video en el que fue dijo agredida por José Ernesto Schulman, y expresó: “Si no hubiera sido por las cámaras, por poco estoy presa”
El presidente de la Liga Argentina por los Derechos Humanos y militante kirchnerista, José Ernesto Schulman, agredió a una empleada de una compañía de micros de larga distancia furioso por la demora que presentaba el ómnibus que debía tomarse en la terminal de Santa Clara, y el violento episodio quedó registrado por las cámaras de seguridad. En medio del repudio generalizado tras lo ocurrido, y luego del pedido de disculpas que hizo el dirigente, la trabajadora dio su versión de los hechos, y destacó: “Si no hubiera sido por las cámaras, por poco estoy presa”.

La mujer que fue agredida es Candela, una joven de 21 años, quien dijo que, si bien por momentos le agarra angustia e impotencia por lo sucedido, trata de estar bien. “Siempre vengo de la mejor manera porque los problemas uno los deja en la casa, no los lleva al trabajo, y uno espera que el otro haga lo mismo o que haga reclamos con respeto y de buena manera”, expresó, y añadió: “No pensaba que me iba a pegar; fue todo muy rápido”.

Además, esta empleada, que denunció al dirigente “por lesiones leves”, dijo que el hombre le pidió disculpas acompañado por un oficial. “No las sentí sinceras, fueron por obligación”, dijo ella, pese a que Schulman compartió una carta en redes sociales en la que manifestó que estaba “arrepentido” por lo que hizo y habló de “acciones contrarias a sus convicciones”.

Según relató, ella avisó a los cuatro pasajeros que debían tomar ese micro lo que le informaban desde la empresa. Así, en un momento reunió a las personas que debían viajar y les transmitió lo que ocurría. ”En el transcurso de una hora van a tener el micro acá. No se preocupen que ya va a llegar”, les comentó. Pero tal como contó a TN, Schulman la tildó de “mentirosa” y le respondió: ”Seguro me estás mintiendo y nos van a dejar acá todo el día”.

Tal como narró la empleada, tras ello se produjo la agresión que se ve en el video que se viralizó. Según el testimonio de Candela, mientras ella estaba atendiendo a una clienta, Schulman ingresó y le exigió que lo comunique con la empresa de ómnibus. “Re mal me lo dijo”, acotó, y continuó su relato al decir que, en ese momento, justo llegó el micro, pero él insistió en hablar con la compañía y lanzó: “Dame tus datos que te voy a denunciar porque me tuviste cuatro horas esperando acá”. Sin embargo, sobre este punto, ella aclaró que la demora fue de dos horas.

Ahí fue que, como se ve en el video de 45 segundos que se difundió, el hombre le tomó una foto a la empleada, que se encontraba del otro lado del mostrador, y a la clienta que estaba en el lugar, quien rápidamente reaccionó: “Vos no me podés sacar fotos así como así”, le dijo, a lo que el dirigente respondió, amenazante: “Es para que me digas el nombre de la señorita (en referencia a Candela). ¿Sabés lo que puedo hacer? Meterlas en cana a las dos”.

La joven reconoció que, ante esa amenaza, tanto ella como la clienta hicieron un gesto. Esto elevó el enojo de Schulman, quien abrió la puerta que separa al público de los trabajadores de la empresa de ómnibus y se dirigió directamente a la empleada: “¿De qué te reís, pelotuda?”. En ese momento, ella le pidió que se calmara, pero -lejos de hacerlo- el hombre le pegó una cachetada. Ante la agresión, ella le ordenó que se fuera, pero él siguió: “No me voy una mierda. Andá vos, hija de puta”.

Ahí fue que la clienta a la que ella estaba atendiendo antes apareció junto a otro hombre, quien se acercó para apaciguar la situación, pero el dirigente de derechos humanos continuó: “Escúcheme, hace media hora que la pendeja se me está cagando de risa de que el colectivo viene”.

La empleada reflexionó sobre lo ocurrido, y dijo: ”No le podés hablar ni hacer nada. Te tenés que quedar callado porque te matan sino”. Luego, sobre la agresión física que recibió, resaltó: ”Fue rapidísimo para acercarse, meterse y pegarme. No me dio tiempo a nada”.

Después de este violento hecho, Schulman “se subió [al micro] lo más bien, pretendiendo irse” y “no se quería bajar” a pesar de que se lo solicitaba la policía, que fue a buscarlo. “En todo momento decía: ‘Yo no hice nada’, entonces le dijeron: ‘Si no hizo nada, vamos a verlo en las cámaras’. Ahí, cuando le dijeron que había cámaras, abrió los ojos grandotes y no le quedó otra”, continuó Candela, quien destacó: “En todo momento, negó haberme golpeado y decía que yo era una mentirosa; por poco era mi culpa que el micro se haya demorado tanto”. Y cerró: “Si no hubiera sido por las cámaras, por poco estoy presa yo. Lo pienso en serio porque estaba filmando para denunciarme y es alguien poderoso”.

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