Si se analizan los 31 conglomerados urbanos que mide el INDEC, se observa que la variación total de los dos períodos comparables (los segundos semestres de 2017 y 2016) es muy heterogénea, como puede observarse en el siguiente gráfico:
Subas y bajas en todos los rincones del país
Solo son cuatro las regiones donde la pobreza aumentó en 2017 en comparación con el año anterior. Se trata de Río Gallegos, con 5,1 puntos porcentuales; Gran Resistencia, con 4,7; Ushuaia, 1,7; y Posadas con 0,6 puntos. Se trata de cuatro conglomerados no gobernados por la alianza Cambiemos.
La baja de la pobreza más importante se dio en el Gran San Juan, con una diferencia de más de 16 puntos porcentuales entre períodos. En la recuperación del sector minero, con quita de retenciones a las exportaciones desde que Macri es presidente, se encuentra gran parte de la recuperación de esta provincia que gobierna el peronista Sergio Uñac.
Los otros dos centros urbanos con mayor descenso de la pobreza son Neuquén (13,1 puntos), y Bahía Blanca, una ciudad bonaerense históricamente golpeada por el desempleo, con 9,1 puntos.
La región más «estable» y también la única en la que la pobreza se mantiene en un dígito es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde las cifras cayeron medio punto porcentual. Pasó de 9,5% de pobreza en el segundo semestre de 2016 (el primer período computado por el nuevo INDEC macrista) a 9% en la segunda mitad de 2017.
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