Su esposa lo halló violando a su hija. Se trata de un formoseño que en su provincia había atacado sexualmente a su hijo.
Un violador serial, según la afirmación de su propia esposa, fue detenido en la localidad del Chaco salteño Coronel Juan Solá, al ser hallado violando a su propia hija de 12 años, según informó El Tribuno.
El sujeto se encuentra detenido por orden de la Fiscalía Penal de Violencia Familiar y de Género de Tartagal.
El sujeto pretendió huir hacia su provincia al ser denunciado, pero en la misma se encuentra debiendo otro abuso sexual gravado, el de su propio hijo de 15 años.
Esa triste historia lo hizo huir junto a su esposa hacia la localidad de Morillo o Juan Solá, donde reincidió en su descontrolada maldad.
La mujer radicó la denuncia inmediatamente, ya que el sujeto había prometido en Formosa no atacar a la niña a cambio del silencio de su esposa.
Se supo que la mujer se mudó a esta provincia en busca de nuevos horizontes, ya que la pobreza en Formosa es aún peor que en el Chaco salteño.
La pareja, que dejó al chico abusado en Formosa, se instaló a las afueras del pueblo.
Allí levantaron una pieza precaria en un terreno heredado por la mujer de su madre morilleña.
El sábado 26 de abril halló al depravado violando a su hija, quien lloraba semidesnuda.
El sujeto se marchó de la casa antes de que llegara la policía, que socorrió a la niña y recepcionó la historia negra de un verdadero chacal.
Allí la policía se anotició que el sujeto habría abusado de otro hijo menor, de 15 años, cuando la familia residía en Formosa.
El sujeto, de 30 años y poca habilidad para trabajar, quedó a disposición de la Justicia acusado del delito de abuso sexual calificado y agravado por el vínculo familiar con la víctima.
Segundo caso foráneo
Este caso volvió a conmocionar el pueblo, que en septiembre de 2017 se enteró de un incalificable múltiple abuso sexual en contra de una adolescente y dos menores de edad a manos también de un formoseño, pareja de una joven morilleña.
En ese caso las primeras pericias médicas demostraron claramente que los rumores sobre la suerte de las chicas, que se encontraban casi esclavizadas en un puesto ganadero, en medio del monte, estaban en lo cierto.
Pasadas las horas se develó una crueldad aún mayor, al establecerse que sería su propia madre la que consentía las relaciones de su novio, amante o pareja, con sus tres hijas.
De esa manera relató los pormenores del caso un conocido vecino de la localidad de Coronel Juan Solá.
El hombre aseguró que desde hacía unos meses se rumoreaba de las relaciones carnales del «Paraguayo» Portillos con las hijas de un peón rural, quien se hallaba ausente del pueblo desde hacía unos meses.
La fuente aseguró que el padre biológico de las chicas había venido desde la provincia de Formosa como puestero de un paraje llamado El Capricho, que se encuentra entre las localidades de Juan Solá y Los Blancos, sobre ruta 81.
El puestero tuvo problemas de pareja y se retiró dejando a sus hijas en manos de su exmujer.
El vecino, con claro acento de la zona, dijo que la pobreza y las necesidades quizá llevaron a esta mujer, de nombre Norma, a buscar consuelo en otro hombre, también de la zona de Formosa, aunque se dice que es de nacionalidad paraguaya. Este hombre tenía a las chicas y a la mujer conviviendo en su rancho de El Capricho y todos los vecinos sabían de estas relaciones, menos la Justicia. A este caso hoy se le suma otro muy grave.
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