Deportes

Final dramático Con un gol sobre la hora y un penal atajado, festejó Independiente

Lucas Rodríguez, uno de los recién llegados al Rojo, puso el 1-1 para los de Pusineri sobre la hora. Y después Sosa atajó un penal y volvió a ser el héroe de los de Pusineri.

Es una fiera y no está enjaulada. Es Sebastián Sosa, el súper arquero de Independiente que por cuarto partido consecutivo fue otra vez la figura del equipo en un final sorprendente. Esta vez se transformó en héroe al contener un penal sobre la hora ante Colón para mantener el 1-1 en un duelo por la zona 2 de la Copa de la Liga Profesional que el Rojo no jugó bien, pero que tampoco merecía perder.

Casi sin buscarlo, Colón se topó de pronto con un gol en la única aproximación que tuvo en una primera parte en la que costó definir cuál de los dos equipos jugó peor. Una pegada con la rosca perfecta de Tomás Chancalay de un córner casi se le mete olímpico al bueno de Sosa, pero pegó en el travesaño. Y de ese rebote, Wilson Morelo puso el 1-0, aunque Lucas Rodríguez haya querido sacarla en la línea. La pelota ya había pasado la línea de gol cuando el lateral pudo rechazarla.

Iba un cuarto de hora bajo el cielo gris de Avellaneda cuando la visita dio ese golpe, que no hizo reaccionar a un Independiente todavía desorientado en su línea de juego. Más allá de que los resultados se le habían presentado favorables en sus primeras presentaciones, el Rojo no venía convenciendo.

«Yo ahora necesito un equipo que gane», había expresado Lucas Pusineri, dándole el valor que se merecen a las victorias. Sin embargo, sin una identidad definida, le resultará complicado a Independiente ser ese equipo que gane siempre, o que al menos esté cerca de ganar en cada presentación.

Porque ese es el principal conflicto de este Diablo que sufrió una gran reestructuración en el receso: aún no encuentra una idea clara de lo que quiere. ¿Ganar? No existe equipo que tenga como objetivo salir a perder. La cuestión se posa en la forma. ¿Ganar cómo?

Con la clasificación a los octavos de final de la Copa Sudamericana en el bolsillo, el entrenador rojo eligió darle continuidad a los mismos nombres, con excepción al lesionado Jonathan Menéndez (jugó Domingo Blanco). Pero pareció ir marcha atrás en el césped si se toma como referencia el primer tiempo en Tucumán, cuando Independiente exhibió síntomas de mejoría.

Al no ver respuestas en el campo, desde el banco Pusineri decidió mover las fichas sobre el paño. Del 4-2-3-1 inicial, pasó a un 4-3-3, con Andrés Roa como extremo derecho, una posición poco habitual para el enganche colombiano. El desconcierto en algunos futbolistas fue notorio.

Blanco nunca supo cuándo desbordar y cuándo tirarse hacia adentro. Roa, por su condición natural, jamás desbordó por la banda diestra y tampoco generó por el medio, ahí detrás de un Silvio Romero ofuscado porque apenas pudo sentir el perfume del pasto mojado pegado a la pelota cuando bajó para poder tocarle al menos. Pablo Hernández no pesó en ofensiva y pasaba de doble cinco a interior izquierdo…

Leonardo Burián debió preocuparse únicamente cuando el pibe Alan Velasco agachaba la cabeza y empezaba a encarar. El juvenil de 18 años le dio frescura al ataque apático de Independiente.

Por la izquierda hizo lío: tocó con Hernández, quien no pudo cabecear bien; remató a las manos de Burián; mancó un centro por bajo que estuvo a punto de conectar el Chino Romero por el medio. De hecho, esas fueron las únicas situaciones de peligro del local en la primera parte.

Y así como Colón aprovechó la confusión roja para no pasarla mal en su área; si Independiente no sufrió -más allá del gol en una jugada desafortunada- fue por la paupérrima performance del conjunto santafesino: no pateó al arco, al margen de algún disparo desviado de Chancalay desde afuera. Se plantó firme con un 5-3-2 y no se movió de ahí.

Lo que estuvo esperando durante todo el partido, a Romero le llegó en el tramo final desde el pie de Alan Soñora (otro pibe que promete): quedó mano a mano con Burián, quien le tapó el tiro. Ya había tenido antes una más sucia, que encontró el cierre salvador de Bruno Bianchi.

Los cambios le dieron un envión al Rojo. Saltita González, Soñora y Federico Martínez contagiaron empuje, a falta de fútbol. En un centro alto y cruzado de González, Lucas Rodríguez voló de palomita para el empate que le quedaba mejor al encuentro.

Pero iba a quedar algo más en los 6 minutos de descuento. Una mano de Lucas Romero generó otro regalo para un Colón que no merecía triunfar. Pero apareció el león en el arco de Independiente. Sosa otra vez se puso la pilcha de salvador y atajó el tiro de Emanuel Olivera sobre la hora para salvar el punto y el invicto del Diablo en el semestre.

Agregue un Comentario

Click aquí para agregar un comentario

CADENA 365 EN TU CELULAR

Descarga nuestra app para Android

Encuestas

¿Que expectativas te generan las medidas propuestas por Javier Milei?

Resultados

Cargando ... Cargando ...

Fotonoticias

En la PunaFuror por un pueblito salteño de 250 habitantes ubicado a 4100 de altura
Ver anteriores