«El Presidente está convencido de su plan», dicen en el entorno del mandatario.
El paro general de la CGT convocado para el próximo 24 de enero no cambia la hoja de ruta del presidente Javier Milei. “Está convencido de su plan y no se va a salir de eso”, precisaron funcionarios con despacho en la Casa Rosada. Puertas adentro del Gobierno le quitan dramatismo a la medida de fuerza de la central obrera y sostienen que los referentes gremiales están obligados a negociar. “No puede quedar como que el Gobierno gana y ellos pierden. Es política”, relativizó un funcionario del ala política de la flamante administración.
El primer paro en 4 años y medio de la CGT estaba al caer después de que la central central obrera convocara a la cumbre del Comité Central Confederal. Sin embargo, no fue abordado durante la reunión de Gabinete que el Presidente encabezó en la mañana de este jueves con todos sus ministros.
El Ejecutivo, mientras tanto, profundiza su estrategia discursiva y pública para confrontar contra “la casta”.
En Balcarce 50 están convencidos de que los votos que el economista libertario consiguió en el balotaje (y cree propios en su totalidad) y los índices de aprobación que por ahora mantiene en las encuestas le alcanzarán para forzar a la oposición y a los líderes gremiales a negociar. “Tiene la obligación de marcar un rumbo”, sostienen en la Rosada.
En el Gobierno insisten en que el rechazo de legisladores de la oposición y de la central obrera al DNU -que entrará en vigencia este viernes- y al mega-proyecto de ley representa la reticencia de poder al status quo. “Todos los que se opongan al cambio van a quedar expuestos. La CGT tiene que explicar por qué se pasaron 4 años tomando mate”, señaló un importante dirigente oficialista.
El vocero presidencial Manuel Adorni fue explícito durante su conferencia de prensa matutina. “En este mes veremos quiénes son los que se oponen. Lo que ustedes deberán analizar es es qué intereses tienen (lo que se oponen) para que esto no cambie porque el espíritu de la ley es más libertad, más trabajo y más crecimiento de la economía”, consignó.
En el Ejecutivo trabajan con la hipótesis de que los gremios y las organizaciones sociales querrán evitar el conflicto. En la manifestación del miércoles, en Tribunales la central obrera evitó cortar calles y la movilización fue acotada.
La reunión que mantuvo el secretario general del sindicato de Comercio Armando Cavalieri con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y el secretario de Trabajo, Omar Yasín, horas después de que el Gobierno enviara la ley ómnibus al Congreso, también abona la idea de los mileístas más optimistas.
Cavalieri se manifestó a favor del fondo de cese que impulsa el Gobierno en el mega-DNU. El mismo día, 48 horas después de que el Gobierno oficializara la caída de entre 5 mil y 7 mil contratos de estatales contratados en 2023, y mientras avanza con una reforma profunda del Estado -que incluye un plan de reconversión para el sector-, quedó establecida la paritaria de empleados públicos a pesar de que el Presidente había declarado que no habría aumentos.
“Los gremios necesitan arreglar y que la cosa funcione, porque no pueden seguir perdiendo afiliados en manos de las organizaciones sociales. La negociación tiene que ser un win-win”, razonó una voz autorizada del Ejecutivo.
Como contó Clarín, el propio Presidente cree que puede encontrar entre los caciques cegetistas a potenciales aliados. “Ellos sí la ven, yo creo que ellos se hacen los que no la ven pero saben y entienden todo», fue la reflexión que hizo en privado, el jueves. El líder libertario demostró su pragmatismo durante la campaña al acercarse al líder gastronómico Luis Barrionuevo y cuando se reunió con el secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez.
Entre las filas libertarias son varios los que razonan que la central obrera quiere y necesita ser un actor en la discusión, puesto que no tienen bancas propias en el Congreso. “Capaz con el sistema uninominal por circunscripción les iría mejor en ese sentido, pero su prioridad es no perder poder”, razona un dirigente del oficialismo de la primera hora.
En el Gobierno insisten en que el oficialismo no piensa en suprimir artículos accesorios de la Ley Omnibus para avanzar con sus prioridades. “Todo es sustancial. Es parte de la transformación política y cultural que queremos impulsar”, señaló un integrante del Ejecutivo.
En público y entre los aliados de LLA hay más lugar para la pirotecnia verbal. “Ahora se quieren despertar con un paro general los que durmieron durante los cuatro años en que destruyeron los sueldos y las jubilaciones”, sostuvo el diputado macrista Hernán Lombardi.
El ministro del Interior Guillermo Francos es el principal interlocutor con los gremios, aunque sus contactos no alcanzaron para evitar la medida de fuerza. Mantuvo varias reuniones presenciales con los líderes sindicales en su despacho y afuera de la Rosada. Los gremialistas confían en su discreción, pero se quejan de la falta de puentes con el Ejecutivo. Pettovello y y Yasin también encauzan el diálogo institucional con el sindicalismo.
Milei acaba de sumar al elenco gubernamental al mendocino Omar de Marchi, llamado a ser una espada política con vínculos con múltiples sectores que lo obligarán a jugar más allá de su rol como “enlace” entre el Ejecutivo y el legislativo en la secretaría de Relaciones Parlamentarias de la jefatura de Gabinete. El ex intendente de Luján de Cuyo y líder del Partido Demócrata, candidato a gobernador ex presidente del PRO en Mendoza, ex diputado y ex armador armador nacional de Horacio Rodríguez Larreta se reunió este jueves con uno de sus antecesores en el cargo, Fernando “Chino” Navarro, que también es referente del Movimiento Evita.
En tanto, por segunda vez en tres semanas Marc Stanley visitó la Casa Rosada, un detalle que no fue comentada desde la embajada estadounidense, pero que podría interpretarse como un nuevo gesto de apoyo de Washington al Presidente 24 horas después de un día crucial. Stanley, que el miércoles fue recibido por la canciller Diana Mondino, acompañó a Cass Sunstein ex funcionario de la administración de Barack Obama y especialista en desregulación, en una reunión extraoficial con el jefe de Gabinete Nicolás Posse, quien tuvo a su cargo la revisión de la letra chica de la ley ómnibus que el Ejecutivo envió al Congreso. El jefe de Estado, a un despacho de distancia, según informaron fuentes oficiales, no se sumó al convite.
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