Ante de despegar en Buenos Aires, con varias horas de retraso, estalló una turbina y ahí comenzó el terror.
Hace unos días dos jubilados salteños vivieron uno de los momentos más horribles de sus vidas por causa la aerolínea Andes. Casi fueron víctimas de una tragedia y los dejaron varados en las peores condiciones, según informó Que Pasa Salta.
Fue el pasado 2 de octubre cuando debían regresar a Salta tras su viaje a Puerto Madryn, para el que gastaron sus ahorros. El vuelo debía partir desde Aeroparque a las 19, pero tuvo un pequeño retraso de 4 horas.
Cerca de las 23, los hicieron caminar por la pista hasta la aeronave (OY856) ya que Andes no abona el servicio de manga. Con todos los pasajeros a bordo, comenzaron a cargarle combustible. Algo que está fuera de las normas de seguridad.
Cuando el avión comenzó a carretear, una turbina estalló y el piloto pegó el frenazo. Fueron segundos de pánico los que se vivieron.
El viaje no podía seguir, por ello los bajaron y les dieron un ticket para que cenaran en el aeropuerto donde debían quedarse hasta nuevo aviso, ya que no tenían confirmado la reprogramación del regreso.
Durmieron un poco y esperaron otro tanto, hasta las 11 del 3 de octubre cuando les consiguieron asientos en otro vuelo.
Preocupado por la situación que vivieron sus padres, el hijo de los damnificados averiguó en el aeropuerto de Salta sobre el prontuario de la empresa low cost y le confirmaron que apenas tiene operativas 4 naves con las que cubren las rutas aéreas. Hay una más, pero está «guardada» en un hangar.
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