Por Carlos Saravia Day
Hay épocas en las cuales el pensamiento se considera deudor de anteriores ideas y otras que sienten el pasado como algo que es urgente reformar desde su raíz. Aquellas épocas son pacíficas, estas polémicas y beligerantes.
La nueva generación es de este tipo, que mientras trata de edificar lo nuevo tiene que defenderse de lo viejo.
Los hombres se parecen más a su generación que a sus padres, reza el viejo adagio. Octavio Paz titula uno de sus libros “Hombres en su Siglo”. Que es tanto como repetir a Ortega y Gasset: “Yo y mi circunstancia”.
Los hombres a fuerza de ser contemporáneos se sienten antagonistas y tienen en común más de lo que suponen.
El tiempo, ese “Gentil huomo”, tal como lo calificara el Cardenal “Mazzarino” les da un nuevo idioma lógico.
Lo que caracteriza a la nueva generación es la sensación negativa con el pasado del cual no se siente heredera, envuelta en un sudario de desconsolador pesimismo.
Últimamente hizo crisis el alma nacional, cuando aparece la nueva generación reclamando su lugar histórico, ya no es la grieta, es la crisis (que en griego significa cambio), la generación nos interpela y nos hace ver la esencia del reclamo. Ya no quiere servir bajo banderas descoloridas ni recorrer viejos cauces y se siente los vagidos del recién nacidos (así se expresan estos) que pronto serán los balbuceos de una ideología nueva que expresará una nueva sensibilidad.
Hoy la Argentina es solo un ademán ……..convertido en un establo de Augias (aquel rey mitológico) que encomendó a Hércules la limpieza de su establo. Para esto hace falta no solo haber sido triunfante como el héroe griego, tampoco solo proponer la higiénica tarea de limpiar los establos del Estado, sino ser un artífice, un constructor. Un hombre dotado de la nueva sensibilidad.
La nueva generación y la sociedad en general, comienza a sentir una profunda irritación, no contra la casta, sino contra todo.
Pio Baroja, escritor de la generación del ’98, hace decir en la novela “Aurora roja”, a un personaje denominado el “libertario” lo siguiente: “Se está verificando un cambio completo en las ideas, en los valores morales y en medio de esta transformación la Ley sigue impertérrita y rígida y ustedes nos preguntan ¿Qué programa tienen ustedes? Acabar con todo, luego veremos que sale”. Ve como un ensayo para poner a la sociedad en un aprieto a fin de obligarla a que invente algo, a que apretada tenga una de esas ideas felices que solo se nos ocurren cuan do nos hallamos en un apuro.
Otro español, esta vez poeta, Antonio Machado, inmortalizado por Serrat, un juglar, dijo “Se hace camino al andar”. Todo improvisado, las fuerzas del cielo nos acompañan con todo el ejército celestial: ángeles, arcángeles, delfines y serafines.
Ni izquierda ni derecha, tampoco el centro, será la generación nueva, unidad histórica cultural, la interpelada.
Ni lamentarse ante el muro ni llorar ante la cruz. A Dios rogando y con el mazo dando.
“Argentinos a las cosas” pedía Ortega y Gasset.
Cargando ...
Agregue un Comentario