El albo arrancó demoledor ante San Antonio, pero tras un insólito gol de arco a arco no paró de sufrir hasta que Luciano Herrera acertó el tiro final para el 3-1 definitivo. A la villa le expulsaron dos
Gimnasia y Tiro fue ciclotímico: arrancó siendo demoledor y mostrando su mejor versión de juego asociado, sintió el impacto de un gol insólito de arco a arco como un cross a la mandíbula, se replegó y dejó agrandar a su rival, renunció al juego cuando el rival estaba partido y aprovechó el tiro del final para darle fin al largo sufrimiento recién en tiempo de descuento.
Lo cierto es que el albo tuvo un debut auspicioso, desde el resultado, venciendo 3 a 1 a San Antonio en el debut de ambos equipos en el Regional.
El arranque de Gimnasia fue demoledor: en cuatro minutos derrumbó a la errática última línea de la villa con un gol de Rubén Villarreal, tras una buena jugada de Luciano Herrera, la figura, quien le hizo un nudo a Alvarado para dejar solo a Mambrú frente al arco (7’). Y cuatro minutos después, el mismo Lucho, inspirado, le ganó la espalda a su marcador y rompió el arco con un zurdazo preciso. 2-0, cuando la visita aún no se había acomodado.
Pero a los 29’, capitalizando el fuerte viento y la grave desatención del arquero de Gimnasia Facundo Abraham, el “uno” de San Antonio Juan Mulieri lo aprovechó: sacó de su propio arco, la pelota dio un pique extraño y se metió en el arco. Golazo, por responsabilidad de un arquero, por una enorme cuota de mérito y viveza del otro, y por el factor climático.
El gol de la villa era inédito por la forma, pero tampoco se correspondía, hasta ahí, con el desarrollo, aunque terminó marcando una bisagra. El albo, hasta entonces toquetón, preciso e inspirado, comenzó a dudar, a titubear y a retroceder. Así, tras un par de carambolas Gimnasia se salvó de milagro y comenzaron a emerger la arremetida del local y la pierna fuerte, complicándole el partido a un errático árbitro Luciano Díaz, al que se le fue por momentos un partido “picado” de las manos, siendo demasiado benévolo con algunos jugadores (caso Mamaní, que jugó “gratis” gran parte del partido).
El primer tiempo fue tan intenso que el complemento, al bajar la intensidad, quedó aún más desdibujado. Allí, como pudo, con escasas armas, San Antonio doblegaba a Gimnasia en intención, incluso cuando se quedó con uno menos por la infantil expulsión de Facundo Sánchez. Para colmo, al albo el partido se le hacía propicio para Cartello o para sumarle socios en el manejo, pero el técnico decidió incluir un volante de marca (Escobares) y resignar el juego. El albo sufría y terminaba pidiendo la hora ante los embates azulgranas, pero tras un rebote le quedó la bola solo otra vez a un intratable Herrera, que no perdonó y liquidó el pleito en tiempo de descuento.
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