La joven presta servicios en el 911 y se hallaba en el vecino país con un exmiembro de esa fuerza provincial prófugo de la Justicia argentina por causas de narcotráfico.
Una confusa situación que involucra a una agente de policía en actividad y su pareja, el policía prófugo de la Justicia de nuestro país acusado de narcotráfico Sebastián Ortiz, se produjo el fin de semana anterior en la localidad boliviana de Villamontes.
Según lo que trascendió en forma extraoficial, la joven que se desempeña en el servicio de emergencias 911 de Salvador Mazza, se encontraba con Ortiz y un hijo menor de la pareja en una vivienda de esa localidad boliviana cuando los vecinos, al escuchar discusiones que llegaban a los gritos, llamaron a la policía. Cuando los efectivos del vecino país llegaron se encontraron con la policía salteña y con el policía exonerado de la fuerza provincial y actualmente prófugo de la Justicia Federal.
Déborah Gonzáles es el nombre de la chica policía que presta servicios en el 911 de Salvador Mazza y que habría tenido el confuso episodio.
Cuando los policías bolivianos se hicieron presentes en el lugar, otra mujer, propietaria de la vivienda, intentó impedirles la entrada y hasta forcejeó un momento con los policías bolivianos, quienes ingresaron por la fuerza y se encontraron con la pareja de policías salteños.
En la causa tomó intervención la fiscal penal María Serrano Cuéllar, quien decidió expulsar a la joven de nacionalidad argentina quien al momento del procedimiento no tenía sus documentos personales como tampoco los del menor de edad, hijo de la pareja de policías.
Quién es Sebastián Ortiz
Alejandro Sebastián «Chaqueño» Ortiz es el policía que prestaba servicios en la Comisaría 42 de Tartagal y que el 18 de agosto del año pasado se enfrentó -junto a otros policías en actividad y un retirado de apellido Gareca- con efectivos del Escuadrón Aguaray de la Gendarmería Nacional.
Los expolicías provinciales se movían a bordo de una camioneta Toyota Hilux color negro doble tracción y de un auto Ford Focus de propiedad de Ortiz. Cuando circulaban por la ruta provincial que conecta el Valle de Acambuco con la ruta nacional 34, los policías fueron abordados por una patrulla de gendarmes pertenecientes al Escuadrón Aguaray. Uno de los agentes de la fuerza federal sospechó que en la camioneta transportaban sustancias prohibidas y cuando intentó correr la loneta que cubría la carga, los gendarmes fueron reducidos por los policías, quienes a punta de pistola los hicieron ingresar a la camioneta. En el trayecto se produjo una lucha, los gendarmes temían lo peor- y alcanzaron a arrojarse del vehículo en movimiento. A pesar de la gravedad de las lesiones los gendarmes salvaron sus vidas; Ortiz, otro policía retirado de la fuerza de apellido Gareca, propietario de la Toyota, y civiles que integraban la banda se fugaron hacia Bolivia.
La camioneta Toyota Hilux fue localizada en un paraje del lado boliviano en tanto el auto Ford Focus de Ortiz quedó abandonado al quedar atascado en Acambuco. Desde ese momento todos están en calidad de prófugos de la Justicia Federal, pero era conocido que residen en los pueblos de frontera.
Una fuente consultada aseguró que la banda «se aguanta» en Villamontes, una zona que maneja «Chichín» Balderrama, un poderoso narco boliviano sindicado como el propietario del cargamento de drogas que fue en el operativo «Febrero Blanco» en cercanías a Taco Pozo, en el año 2016, según informó El Tribuno.
Por esa causa se encuentra detenido un exconcejal de Salvador Mazza, el médico veterinario Alejandro Maurín, y en calidad de prófugo el exedil de esa localidad Mauricio Gerónimo.
Con pedido de captura
Sobre el narcopolicía prófugo Sebastián Ortiz pesa un pedido de captura internacional, emitido por la Justicia Federal en Salta, luego de que participara en el enfrentamiento con gendarmes en Acambuco.
Apenas se produjo el hecho la causa recayó en el Juzgado Federal de Orán, pero luego el expediente fue solicitado por el juez federal 1 de Salta, Julio Bavio, quien lleva adelante otra causa vinculada y previa a lo sucedido en Acambuco.
Por la fuga de los policías la Gendarmería allanó la vivienda de otra de sus parejas, una agente que presta servicios en el cuerpo infantil de policía de General Mosconi.
Se desconocen los motivos por los que no se detuvo al policía Ortiz, sobre quien debería pesar una orden de captura internacional.
Los trascendidos en la zona de frontera son innumerables, pero para la gente común que los narcos y sus colaboradores gozan de algunas garantías extras nadie lo niega ya a estas alturas del partido.
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