Anegamientos en el Valle de Lerma por la falta de obras

Hubo cortes en la ruta nacional 68, campos afectados y canales desbordados.

La falta de obras pone en jaque a todo el Valle de Lerma. Rutas cortadas, localidades diezmadas, campos de cultivo afectados y hasta edificios escolares con problemas fue el saldo de las lluvias.

El fenómeno de El Niño disipa las dudas sobre el estado estructural de la urbanización en la zona con una población estimada en 110 mil habitantes desde Cerrillos hasta Guachipas. Son diez localidades y todas sufren serios problemas con el exceso de precipitaciones. La falta de planificación de años conlleva a la precariedad existente en materia hídrica y a la permanente exposición de la población.

«Es inseguro circular por la ruta nacional 68. Años con el mismo problema. Se acrecientan los anegamientos por la cantidad de vehículos y la población en aumento. La calzada es angosta. No hay desages. Y no existe un plan de emergencia. Transitar en esta ruta en épocas de lluvias en un verdadero peligro», contó Rubén Sánchez, concejal de El Carril.

El cambio climático trae serias consecuencias si no lo tenemos en cuenta. Ayer una fuerte lluvia sorprendió a los vecinos de esta parte de la provincia. Cerrillos estuvo con problemas sobre el sector sur. En Finca El Colegio el agua cruzaba la calzada desde los canales de riego desbordados de las fincas contiguas a la ruta nacional. El Algarrobal, en el límite con La Merced, apenas se podía transitar. Hacia el extremo sur de La Merced, Las Pircas, y el tramo de la ruta 68 conocida como «Curva de Sumalao», el agua impedía el paso de los vehículos. Los cortes fueron intermitentes durante todo el día. Sucede que pasó la lluvia por esta zona y en la parte alta de la región, Quijano y Rosario de Lerma, se desató otra tormenta.

Es decir que sin llover, la ruta nacional 68 entre La Merced y El Carril estaba atestada de agua y barro. Algunos conductores de vehículos optaron por desviarse por la ruta provincial 36, camino a La Florida, para salir por Rosario y de ahí seguir a la ciudad de Salta. Fue imposible. Ahora este tramo de la ruta 36 es un canal de desage a cielo abierto.

«Rosario de Lerma estuvo rodeado de agua. Como si la noticia sería de actualidad. El ingreso por la ruta provincial 23, que une a Cerrillos con esta ciudad, estuvo llena de agua en unos 500 metros entre el Paraje San Martín y Villa Sara. El agua, vaya a saber por qué, ahora surge de los campos y anega totalmente la calzada de esta ruta», contó Liliana, vecina de la zona.

La falta de obras previsibles en la zona provoca que cualquier fenómeno climático deje diezmada a la población y su vida diaria. Son años de proyectos, tiempo suficiente para paliar estos anegamientos.