Por Roberto Ibarguren Zorreguieta*
El pensamiento del economista Martin Redrado, conocido recientemente, vinculado con una necesaria reorganización y ajuste del país en lo institucional, política, y económicamente, operando teóricamente en 6 Grandes Regiones Argentinas Confederadas integradas por sus respectivas provincias, disolviendo las legislaturas provinciales dando lugar a cuerpos legislativos regionales unicamerales, destinados a trabajar armónica y eficientemente en pro de esos territorios y sus comunidades, amenazaría con ser el inicio de una adecuación de nuestro maltratado y mal organizado país, para proponerlo a competir mucho mejor en el concierto latinoamericano y mundial de naciones.
La inclusión obvia del abandono de una enorme cantidad de gastos improductivos innecesarios que provocaría el cambio, vigorizando realmente las economías regionales y sus potencialidades, proyectaría a la Argentina indudablemente hacia un futuro más iluminado y racional, que facilitaría mejor nivel de vida a todas sus poblaciones.
Complementariamente a ese proyecto de planificación, se debería cancelar en ese marco una enormidad de gastos superfluos, burocráticos, y populistas que nos sobran y cuestan muy caros como las residencias oficiales presidenciales, de gobernadores, flotas vehiculares y de aeronaves, retiros privilegiados jubilatorios, niveles de remuneraciones elevadísimas inequitativas de jueces, ministros, legisladores, y funcionarios, además de la pléyade innúmera de asesores y empleados que desbordan y erosionan los presupuestos de sus respectivas comunidades.
Asimismo, debería incluirse una regionalización de municipios y organismos administrativos y técnicos, nacionales, provinciales y municipales. Salta en la Región del Norte Grande, con 1,4 millones de habitantes, cuenta con 60 municipios en sus 153.000 Km2 y régimen legislativo bicameral. Complementariamente, a la vigorización de los gobiernos municipales, para que realmente administren y conduzcan más eficientemente a sus territorios será imprescindible y necesaria una fortísima, prolongada, y bien estructurada capacitación generalizada de funcionarios, y candidatos a los cargos más relevantes, así como del resto de las dotaciones burocráticas.
Los municipios regionalizados regional y provincialmente, disminuidos en número y capacitados en fusión, no necesitarían del actual exceso de concejos deliberantes, concentrando en cambio funciones más eficientes y democráticamente a través de sencillas delegaciones de mando. Los municipios, almas mater del sentir territorial, contando con mayor eficiencia en el manejo y administración del erario público regularían más adecuadamente,también, la planificación y fiscalización del uso del suelo destinado a los éjidos urbanos y suburbanos, evitarían ocupación de terrenos sobre la proximidad de cursos fluviales destinados a asentamientos barriales, de alta peligrosidad, y cuidarían mejor la contaminación de las cuencas así como el manejo de la basura, el comercio local y la seguridad de los ciudadanos. Entonces se lograría que los gobiernos municipales debieran constituir la mejor expresión real del federalismo concreto, en lo económico, político, y socia, ya contemplado en la Constitución Nacional y las Constituciones Provinciales.
Los municipios deberían ejercer y prever asimismo la cuidadosa planificación del uso del suelo en sus jurisdicciones destinado a los aprovechamientos urbanos, suburbanos, turísticos, de recreación, conservación de áreas naturales, parques, y reservas naturales, destinadas al esparcimiento y bienestar económico de sus moradores y visitantes. Ello aseguraría un mejor bienestar social, desarrollo ordenado del bioma y la provisión adecuada de la infraestructura para un desarrollo sostenible. Caso contrario, de no lograr esta aspiración en nuestras grandes regiones, seguiremos demostrando que continuaremos siendo inexorablemente los peores administradores de gobierno dentro del concierto internacional actual.
*El autor es exProfesor e Investigador Asociado, Universidades Nacional de La Plata, y Católica de Salta, Graduado en las Universidades de Cuyo y de Córdoba.
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