La señora es paciente oncológica y anciana. El hombre espera desde hace un año que le reintegren el dinero que gastó en el tratamiento.
Don Rosario Leguizamón, un jubilado de la construcción de 79 años de edad, reclama al PAMI por la falta de respuestas ante los gastos que hizo el año pasado en la capital por cuestiones de salud.
Su esposa, doña Nélida Mamaní, de 78 años, en 2015 fue diagnosticada con cáncer, se la operó en dos oportunidades y logró sobrevivir, pero necesitaba continuar con el tratamiento posquirúrgico para una recuperación total.
Los abuelos, a principios del 2019 viajaban a Salta para el tratamiento y la rehabilitación, lo que ocasionaba gastos de alojamiento, pasajes y alimentos. Don Rosario hizo los trámites correspondientes para la devolución del dinero, pero hasta ahora no tuvo respuesta.
Necesita el dinero urgente
Acorralado por la situación, acudió a El Tribuno para relatar su historia y pedir al PAMI la devolución del dinero y una solución para continuar con el tratamiento en Salta.
«Desde 2015 mi esposa está en rehabilitación. Pero desde junio de 2019 le quitaron toda la ayuda que tenía. PAMI no nos reconoció ni el alojamiento ni la comida. Y por esa razón no pudo continuar más con la terapia», manifestó el jubilado.
«Uno de los tratamientos que le hacían, para recuperar la movilidad de su cuerpo, eran unos masajes especiales, pero no podemos ir por la simple razón que no están atendiendo y tampoco tenemos médicos para que la controlen», relató el abuelo acongojado.
«Desgraciadamente la culpa la tiene la pandemia, pero no sé si la pandemia sabe de las necesidades de la gente. Yo estoy de acuerdo en que hay prioridades, pero también hay otras enfermedades, y esa gente del PAMI, será porque ya somos mayores, ya vivimos mucho y somos un gasto, no nos brinda soluciones», se lamentó.
Se siente discriminado
«Siento discriminación por parte del PAMI. Porque hace catorce años que a nosotros no nos actualizan el sueldo y estamos muchos puntos por debajo de la inflación. Entonces si yo el año pasado tuve un gasto de treinta mil pesos y ellos me devuelven tres mil, no es una solución sino una forma de perjudicarnos», aseguró.
Don Rosario contó, además, que ha «visto que mucha gente amiga falleció porque no tenía cómo pagarse las estadías en Salta. Como en Rosario de la Frontera no hay facultativos capacitados para atender a la gente mayor, hay que ir a Salta, pero ahora no se puede», dijo.
El abuelo también aseguró que tiene muchos gastos de los remedios de su esposa, ya que los mismos no están cubiertos en el vademécum.
Asimismo, señaló: «Lo que quiero es que me hagan el reembolso, ella dejó el tratamiento por razones económicas y porque tampoco atienden en Salta. La comunicación que tenemos con los profesionales de allá es por teléfono».
«Ella tiene que continuar, hacerse una revisación médica para saber en qué condiciones se encuentra y hace un año que no lo hace. Entonces nos manejamos con el médico de cabecera que teníamos, pero tampoco podemos contar del todo con él porque está en el hospital, y en el consultorio no atiende porque somos pacientes de riesgo», relató.
«Todo eso se junta, lo cual quiere decir que a nosotros, los abuelos, nos han abandonado completamente, digan lo que quieran, pero esa es la verdad», manifestó indignado y sostuvo: «Uno pagó tantos años y me pregunto a dónde va a esa plata. Si a nosotros no nos devuelven todo lo que hemos gastado, quién se hace cargo, para qué hacemos todos estos trámites y papeles», se quejó.
Finalmente el jubilado expresó a modo de pedido: «Por mí, por mi señora, por los amigos que tengo de mi misma edad, y por todos los que estamos en estos momentos sin solución, para sus remedios, para sus necesidades físicas y las dolencias que tienen, les pedimos que se movilice la gente en Salta y que nos tenga en cuenta».
«No pedimos una actualización de haberes, porque no lo van a hacer, pero al menos contemplen que tenemos otras necesidades, nos vestimos, comemos y demás», concluyó.
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