El defensor central, que en marzo cumplirá 31 años, también se puede mover como lateral por la izquierda. Y le abre la puerta al DT para que pueda usar, si lo necesita, una línea de tres.
Marcos Rojo será jugador en Boca y se convertirá en el pase más fuerte de un mercado estático en el fútbol doméstico. A poco de cumplir 31 años, después de una larga inactividad en Manchester United y luego de un paso fugaz y poco productivo por Estudiantes de La Plata en este 2020 marcado a fuego por la pandemia, el marcador central, mundialista en 2014 y 2018 con la Selección Argentina, está ante una etapa clave: se pondrá por las próximas dos temporadas la camiseta del último bicampeón del fútbol argentino con la idea de potenciar a un equipo que va detrás de más títulos y de la conquista de la tan preciada séptima Copa Libertadores. Ahora bien, ¿qué le puede aportar Rojo, además de jerarquía, al conjunto de Miguel Angel Russo?
En la evaluación inicial que hicieron Juan Román Riquelme, vicepresidente del club y al frente del Consejo de Fútbol, y el entrenador, el central zurdo llegará para suplir la baja de Junior Alonso, quien emigró de Boca en junio de 2020 y su hueco nunca fue cubierto. Pero su aporte no se limitará a cubrir un hueco.
Russo tendrá ahora un cuarto marcador central fuerte que se suma a Lisandro López, Carlos Izquierdoz y el peruano Carlos Zambrano. Ante la vacante que había dejado Junior Alonso, el DT le había comenzado a dar rodaje al juvenil Gastón Ávila, que era además el único zurdo que tenía en esa posición. Así, con estas variantes, la competencia interna se dará de otra manera y eso, como esperan por los pasillos de la Bombonera, elevará el nivel de todos.
A su vez, el arribo de Rojo le brindará opciones al director técnico a la hora del armado del equipo. Porque además de ser marcador central, el ex Manchester United también sabe cómo es posicionarse como lateral izquierdo. Y, en determinados partidos de dientes apretados, la idea de Boca es proteger más esa banda con un jugador con más recursos defensivos que ofensivos. Y hay algo más: Rojo se adapta también a la idea de parar una posible línea de tres (o de cinco) porque lo trabajó tanto en su paso por Estudiantes como en la Selección.
El primer desafío para el zurdo será ponerse bien desde lo físico y luego ajustar lo futbolístico. Por eso en Boca toman su llegada pensando en el mediano plazo y no tanto en lo inmediato. Incluso la operación se hizo mucho antes de lo pensado porque Riquelme y compañía creyeron que iban a tenerlo disponible recién en junio.
Por eso lo primordial ahora será recuperarlo después de casi dos años con una competencia mínima en la Premier League de Inglaterra -no era tenido en cuenta ni para ir al banco por Ole Gunnar Solksjaer en Manchester United- y en Estudiantes -llegó en enero de 2020 por seis meses y apenas jugó un partido por culpa de un desgarro antes de que la pelota se parara por la pandemia-.
Además de lo que pueda aportar en el juego, Boca suma también con el desembarco de Rojo un potencial referente puertas adentro. Con un amplio recorrido internacional -antes de su estadía en Manchester United pasó por Spartak de Moscú y por Sporting de Lisboa- y con experiencia probada en la Selección, donde además mostró su mejor versión. La «chapa» que tanto se pondera puertas adentro en los vestuarios está toda con el central al que Messi se le colgó del cuello para celebrar el gol de la Argentina ante Nigeria en el Mundial de Rusia. No es poco. No cualquiera juega dos copas del mundo.
«Es sumar en el plantel a un chico que fue finalista de un Mundial. Esos jugadores saben de exigencias…», contaron desde el club a Clarín. También hay que prestarle atención a algo: la exposición mediática que Rojo suele tener desde sus redes sociales ahora tendrán una caja de resonancia enorme como la de Boca. Habrá que ver si elige bajar un poco el perfil.
En el armado del plantel, además, hay una mirada anticipada. Con el mercado de pases cerrado en Europa -todavía están abiertas las puertas de la MLS de Estados Unidos, mientras que Brasil recién en marzo habrá luz verde para hacer contrataciones- la calma de Boca radica en asegurarse a sus centrales hasta junio. Y hasta puede negociar a alguno a mitad de año porque cuenta con juveniles que están sumando rodaje en los entrenamientos. Además de Ávila -su representante le busca un club para que tenga minutos de juego- asoma Renzo Giampaoli en el día a día de los entrenamientos del plantel profesional.
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