A cuatro años del primer caso, no se da cumplimiento al fallo de la Justicia que obliga a las empresas a que el 30% de su personal sea femenino.
El 1° de julio de 2015, Liliana Leiva se convirtió en la primera mujer en conducir un colectivo de transporte urbano de pasajeros en Salta, según publicó Fm 89.9.
La eterna lucha por los derechos de la mujer y dejar de lado la estigmatización al género inició una década antes cuando Mirtha Sisnero presentó en la Corte de Justicia un recurso para que se les garantice una nueva oportunidad laboral, argumentando que en la provincia muchas mujeres tenían el deseo de estar al frente de un colectivo, un oficio que hasta entonces siempre fue “cosa de hombres”.
El diálogo tuvo sus frutos con empresarios del sistema de transporte pero estos, previamente, señalaron la importancia que las postulantes se capaciten y practiquen varias horas arriba de los colectivos antes de obtener los permisos.
Pasaron casi cuatro años desde el primer viaje de Leiva en una unidad del corredor Troncal Norte-Sur, desde la punta de línea en el barrio Santa Ana I. El interés y la demanda femenina por incorporarse al sistema hizo que la Corte de Justicia establezca un cupo del 30% de choferes mujeres en las líneas de colectivo de Saeta, pero a casi cuatro años la resolución aún no se cumpliría.
La igualdad que aún no llega
Según datos oficiales de la Sociedad Anónima del Estado de Transporte Automotor (SAETA), en la actualidad hay 129 mujeres conduciendo colectivos en las calles, avenidas y rutas de Salta, insertas en todos los corredores.
Actualmente el sistema de transporte está integrado por una flota de 600 unidades. Cada una de ellas –dependiendo el recorrido- es manejada por dos a tres choferes, pero en Salta solo hay 129 mujeres incorporadas. Es decir, si solo se considerara un colectivo para cada chofer, la estadística indica que aún deben incorporarse más de 50 mujeres para dar cumplimiento al 30% del cupo que estableció la Justicia.
El involucramiento de la mujer en el sistema de transporte permitió que no solo se les delegue la conducción sino también la inspección de recorridos y frecuencias de los corredores, con Mirtha Sisnero a la cabeza.
Pero en estos cuatro años, ellas también han sido víctimas de la inseguridad y malos tratos cotidianos. Pese a que solo se las ve arriba de los colectivos cuando el sol brilla, no esquivan el bulto e ingresan a barrios considerados de alta peligrosidad. Las crónicas policiales en estos años relataron que han sido víctimas de los “tirapiedras”, usuarios que abordan las unidades sin pagar el boleto y tan injusticias más.
Este tema está en la agenda del Gobierno, UTA y AMT donde días atrás hubo una reunión clave para analizar el rol de la mujer en el sistema de transporte.
“Las transformaciones no pueden ser, lamentablemente, de un día para el otro pero tenemos que hacer todos los cambios necesarios y encontrar el camino con UTA, AMT, SAETA y el Gobierno para lograr un espacio acorde, con la seguridad necesaria buscando un plan de trabajo que les permita desenvolverse en las condiciones que correspondan”, el Jefe de Gabinete, Fernando Yarade, acerca del rol de la mujer en el sistema de transporte.
En la reunión el funcionario y dirigentes repudiaron los desafortunados dichos del titular de la UTA, filial Rosario, quien aseguró que el manejo de colectivos “es un trabajo muy, pero muy duro para una mujer”, aseverando que “el cuerpo de la mujer no está preparado para manejar un colectivo”, dichos que generan gran repudio a nivel nacional.
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