La Justicia Federal los encontró responsables por los delitos de homicidio, privación ilegítima de la libertad, torturas y abuso sexual en perjuicio de 32 víctimas. Arturo Madrigal fue sentenciaado a cuatro años de prisión y Diego Alejandro Varas a cinco.
Llegó a su final el noveno juicio a cuatro militares, dos policías y un gendarme, acusados de 32 crímenes de lesa humanidad ocurridos durante la última dictadura en la provincia de Salta. Miguel Gentil, Ríos Ereñú, Mendiaz y Guil fueron condenados a prisión perpetua, en tanto que Arturo Madrigal y Diego Varas recibieron cuatro y cinco años de prisión respectivamente.
Miguel Gentil es el exjefe de la Policía de la Provincia, sobre quien recae la mayor responsabilidad de la eliminación de 27 personas que fueron víctimas de secuestros, desapariciones y homicidios. Otras cinco personas sufrieron detenciones ilegales y todo tipo de vejámenes, siendo los únicos que lograron sobrevivir. Esta nueva condena se le suma a la de los casos de la masacre de Palomitas, Ragone, megacausa de la UNSa y otros.
Joaquín Guil, excomisario, y Virtom Modesto Mendíaz, excoronel que se desempeñó durante un año como jefe de la Policía local, también recibieron perpetua, según informó El Tribuno.
Héctor Ríos Ereñú fue el otro condenado a prisión perpetua. Se trata del exjefe del Ejército durante la gestión Alfonsín. A este militar le imputaban la eliminación de dirigentes del PJ y de militantes de izquierda en el norte salteño. Cuando ocurrieron estos hechos, Ríos Ereñú estaba al frente del Regimiento de Infantería de Monte 28 de Tartagal y era la máxima autoridad del Ejército en la zona. Ya tenía el antecedente de otra perpetua, cuando en 2013 fue condenado por los secuestros y asesinatos del médico Pedro Urueña y el gremialista Jorge Santillán.
En tanto, al comisario Arturo Madrigal lo condenaron a cuatro años de prisión y al gendarme Diego Varas a cinco años. Estaban imputados por el secuestro y desaparición de los militantes Silvia Sáenz de Vuistas y Raúl Osores.
Las querellas y la fiscalía habían solicitado condenas a perpetua para los cuatro principales represores. Los condenados seguirán cumpliendo su condena con prisión domiciliaria.
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