El anuncio del ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa, apuntando a que quedarán eximidos de Ganancias los trabajadores que perciban sueldos brutos de hasta 1,77 millón de pesos, despertó fuertes críticas entre los economistas no alineados con el oficialismo.
Consideraron que se trata de una medida fiscalmente regresiva, que beneficia a la porción de mayores ingresos de los asalariados mientras los indicadores de pobreza, por ejemplo, no paran de subir.
Y también advierten que se pagará con más inflación, y desde ya lo que más sufrirán este fenómeno serán los ciudadanos de menores ingresos. La que sigue es una síntesis de las críticas que fueron expresadas a través de redes sociales.
Hernán Lacunza: (Economista de JXC). “Hasta hoy pagan Ganancias el 10% de asalariados con sueldos superiores a $ 700.000. Pagan inflación el 100% de los trabajadores que perciben un salario medio de $140.000. Con un déficit fiscal del 4% PBI, emisión equivalente al 11% PBI e inflación del 150% anual, el Gobierno propone bajar Ganancias (a un costo del 1% PBI) para que los pobres alivien a los ricos”.
Esteban Domecq, titular de la consultora Invecq: “La baja del impuesto a las ganancias se financiará con la suba del impuesto inflacionario. Resultado: 600.000 beneficiados, 47.000.000 de perjudicados. La medida es irresponsable, inequitativa y sumamente regresiva. Un mamarracho electoralista”.
Isidro Guardarucci, economista asociado de FIEL. ”La reforma de Ganancias a empleados nos consolidaría como «los estatistas más locos del mundo». Si queremos mucho estado empecemos por imitar a los que mejor lo hacen: menos carga sobre la producción y más progresividad”.
Eduardo Levy Yeyati: (Economista de JXC) “En un mundo sin magia en el que los recursos no caen del cielo, menos impuesto a las ganancias es más impuesto inflacionario”.
César Litvin, tributarista. Sube el piso del impuesto a las ganancias: “es un analgésico de corta duración”.
Julián Folgar; Profesor Finanzas públicas FCE-UBA. “Comparativamente en Argentina lo pagan mucho menos personas que en el mundo, incluidos nuestros vecinos (incluso antes de la reforma). Argentina tiene el piso del impuesto a la renta personal («ganancias») más alto de la región y muy por encima de los países desarrollados. Y, naturalmente, recauda en este impuesto muy por debajo de lo que lo hacen los países desarrollados y el grueso de nuestros vecinos.
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