Es por el ruido que generó una resolución del Banco Central. La entidad tuvo que salir a aclarar que no afectaba las inversiones locales.
Después de avanzar durante toda la semana, el dólar blue se mantuvo este viernes en $ 198, el récord nominal que había tocado el jueves, aunque algunos operadores lo llegaron a vender a $ 199.
El que se despertó es el contado con liqui (CCL) «libre», es decir, en el cual el Banco Central no interviene mediante la venta de bonos. El CCL es una operación que permite sacar dólares al exterior mediante la compra y venta de bonos y acciones. La transacción que se hace con el bono GD30 (Global 2030), que el jueves estaba en $ 202, ya supera los $ 207. Y llegó a tocar los $ 209, cuentan los operadores.
¿La razón? El punto 2 del comunicado A 7385 que el jueves sacó la entidad monetaria con respecto a las importaciones. La norma tenía impacto sobre «la adquisición en el país con liquidación en pesos de títulos valores externos» y en el sector financiero se temió que se tratara de los Cedears, los instrumentos que permiten comprar en pesos acciones de empresas del exterior.
Tanto fue el ruido que se generó que el Banco Central tuvo que salir a aclarar los alcances de su propia resolución y dijo que cuando hablaba de «títulos valores externos» eran los emitidos por los no residentes y que no afectaban ni a los bonos públicos emitidos por el Gobierno ni a otros instrumentos emitidos por residentes.
Además del ruido que generó la norma del Banco Central, entre los hombres del sector sostienen que aunque no hubiese existido la presión sobre los tipos de cambio se mantendría porque «igual estamos en plena dolarización de cartera. Nosotros estamos rebalsados de pedidos de dolarización a dólar MEP», asegura un operador.
El dólar MEP es el que se consigue al comprar bonos en el país en pesos y venderlos en dólares, pero dejando el dinero en el país.
Por su parte, el dólar mayorista se vende a $ 99,73 en el MULC, el mercado único donde operan grandes empresas y bancos. La brecha con el blue es de 98%, un máximo que no se veía en los últimos 11 meses.
Un párrafo para el valor «récord» del dólar. En verdad es un récord en términos nominales, porque a fin de cuentas está en un precio similar al que se observó a fines de octubre de 2020. En el medio, pasó una inflación del 50%. Esto quiere decir que hoy pagar casi $200 por un dólar es mucho más accesible que haberlos pagado un año atrás.
El desborde de aquella vez se frenó tras la irrupción de la vicepresidente Cristina Kirchner y una carta en la que reclamaba poner orden.
Tras esa carta, el Ministerio de Economía organizó dos emisiones de bonos en dólares que, en su mayoría, se adjudicaron a fondos de inversión extranjeros que tenían papeles de deuda en pesos. Fueron bonos por 1.500 millones de dólares. La explicación oficial fue que de esa manera se les daba «salida» a esos fondos para que no presionaran con sus pesos sobre el mercado del dólar contado con liquidación.
Días atrás comenzó a tomar fuerza la posibilidad de volver a realizar una operación similar, aunque por ahora no pasó de un rumor. En aquella oportunidad, las dos licitaciones contaron con aprobación específica del Congreso de la Nación. Esta vez no parece que ello sea posible.
La flexibilización para que los importadores puedan comprar más dólares, dispuesta el jueves, se notó de inmediato. El Banco Central, que había acumulado compras por 500 millones durante octubre, ayer se desprendió de cerca de 300 millones de dólares. El colchó que armó durante todo el mes sirvió para liberar divisas y así no poner en riesgo la capacidad productiva de las empresas que necesitan de insumos importados para incorporar a su cadena de producción.
El miércoles y jueves hubo mucho volumen en el MULC. El jueves llegó a los US$ 502,430 millones. Las ventas oficiales del Banco Central habrían llegado a US$ 40 millones, aproximadamente. Fue su primer saldo negativo en 14 días.
Hasta el jueves, el tipo de cambio mayorista acumulaba una suba de treinta centavos, la corrección semanal más alta desde la que finalizó con los primeros días de septiembre pasado.
En el mercado se descuenta que el nerviosismo y la ansiedad cambiaria seguirán en ascenso hasta por lo menos el viernes previo a las elecciones del 14 de noviembre. Y después el mercado esperará alguna señal del Gobierno. ¿Qué señal? Si se avanza o no hacia un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Ayer resonaban las palabras del ex FMI Alejandro Wagner, quien en un zoom con gente del mercado apostó a que la Argentina «no le va a pagar al FMI.
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