Después de un primer tiempo donde el equipo de Almirón tuvo el 86 por ciento de la posesión del balón pero no creó chances, en el segundo llegaron los goles. Fue 2-0 con tantos de Merentiel y Medina.
El apoyo de la gente de Boca un domingo por la noche a las 21.30 tuvo su premio recién en segundo tiempo, con un equipo que no jugó bien pero que logró vencer por 2 a 0 a un rival durísimo como Sarmiento, con goles de Miguel Merentiel y Cristian Medina.
Nunca tan cierta la diferencia de la posesión del balón como la que marcó el primer tiempo en la Bombonera, con un 84 % por ciento para el local y apenas un 16 % para la visita. Sarmiento le regaló la pelota a Boca. Pero ese dominio absoluto que pueden suponer esos números no estuvo acompañado por una actuación contundente del equipo de Jorge Almirón. Tuvo la pelota, pero no supo encontrar espacios para perforar la disciplinada línea de cinco que identifica el estilo de Israel Damonte.
Almirón apostó a no modificar demasiado el equipo que venció el jueves 4 a 0 a Monagas, con apenas dos variantes, el regreso de Figal en el fondo y Rolón en lugar de Payero, quien finalizó su vínculo contractual con el club. Una idea de 4-4-3 original pero que finalmente fue un 4-2-3-1, con Pol Fernández, Medina y Barco como volantes ofensivos. El técnico busca encontrar un equipo repetido para generar confianza para revertir la situación en el torneo local. Los triunfos ayudan.
Boca empezó bien, manejando con entusiasmo la pelota, buscando por derecha y por izquierda, tratando de quebrar enseguida al equipo de Junín. Sin embargo, a los 4 minutos, hubo una situación que anunciaba cómo se desarrollaría el encuentro. Figal perdió la pelota en el medio ante la marca de Gondou, que arrancó la contra, tocó con Melano, el delantero encaró y sacó un derechazo que Romero mandó al córner con esfuerzo. Después, ya no volvió a sufrir como esa primera llegada del Verde.
Pero sí sufrió porque no encontró los caminos para llegar al gol. Porque cuando el rival le propone un esquema tan defensivo, cerrado, Boca no tiene un jugador desequilibrante, que rompa líneas, que encuentre espacios, que de el pase justo. Fueron apenas atisbos, dos buenas proyecciones de Weigandt por derecha, otra de Barco por izquierda (que hizo amonestar a García) y un centro de Fabra. Después, depende demasiado de lo que haga Medina, jugando detrás de Merentiel, siempre un punto por arriba del resto.
El ingreso de Oscar Romero por Rolón, intrascendente, era el cambio que pedía el partido. La idea era justamente que el paraguayo aporte esa claridad que estaba faltando. Además, durante el primer tiempo, Fabra jugó más abierto y Barco más cerrado por izquierda, pero el pibe se tiró más sobre la raya en la parte final. Voluntarioso, fue muy aplaudido cuando lo reemplazaron.
Más allá del gran pase pinchado de Barco para Fabra que García logró cortar al córner, Boca repitió los mismos errores que en los primeros 45 minutos. Y otra vez Sarmiento estuvo cerca del gol, tras un mal pase de Fabra que cortó Gondou, tocó rápido para Melano y desde su propio campo salió disparado para arco de Romero, ganó en velocidad pero el remate final se fue desviado.
Las dos veces que Boca perdió en la salida, Sarmiento desaprovechó la gentileza. Boca, no. Perdió Bettini y la visita quedó mal parada por primera vez en la noche. Entre Pol Fernández y Romero armaron la contra, el paraguayo tiró un centro preciso, de esos que necesitaba Merentiel- y el uruguayo se anticipó a todos y marcó en la primera chance que tuvo.
El 1-0 cambió el partido. Damonte metió cambios ofensivos y la respuesta de Almirón fue armar una línea de 5, para defender el triunfo. En pleno desorden táctico de la visita, llegó ese pelotazo para Vázquez, que se fue solo, cedió a Medina y anotó el segundo para el delirio de toda la Bombonera
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