Sociedad

Londres Mide 2,32 metros, fue el más alto del mundo y hoy vive un infierno: la dramática lucha de Hussein Bisad

Nació en Somalia y a los 46 años vive en un hogar de ancianos en Londres. Su enfermedad y su objetivo para salir adelante.

Fue reconocido como el «hombre más alto del mundo», pero hoy vive un infierno. Hussein Bisad atraviesa una enfermedad que amenaza su vida y cuenta cómo es su dramática lucha cotidiana.

El periódico británico The Sun reveló en 2002 la que existía el joven de 2,32 metros que vivía en una pequeña casa en Neasden, al norte de Londres, Inglaterra.

Su historia llegó a los titulares de todo el mundo, pero al cabo de un tiempo se vio obligado a ceder el título de hombre más alto del mundo a Sultan Kösen de 2,45 metros.

Enfermedad y lucha

Hussein, ahora de 46 años, contó cómo su vida cambió por completo durante cinco años después de sufrir una serie de problemas de salud.

Hussein Bisad hoy tiene 46 años y vive ahora en una residencia de ancianos en Londres.

Hussein Bisad hoy tiene 46 años y vive ahora en una residencia de ancianos en Londres.

Sus inconvenientes lo llevaron a mudarse a una residencia de ancianos en Brent, al norte de Londres, donde recibe diálisis tres veces al día.

De acuerdo al diagnóstico, los médicos creen que tiene una afección llamada gigantismo pituitario, que hace que produzca más hormonas de crecimiento de lo normal.

«No me gusta ser tan alto. Son demasiados problemas, eres una persona diferente», dijo Hussein a My London, antes de saber lo que vendría.

Bisad durante su juventud tuvo una fugaz fama. Llegó de Somalia a Inglaterra.

Bisad durante su juventud tuvo una fugaz fama. Llegó de Somalia a Inglaterra.

«Todos los demás son normales y yo soy diferente. Todos pueden verme, la gente me pregunta a veces por qué soy tan alto, y yo me lo pregunto. Sé que es Alá», afirma entre sus creencias.

El cambio en la escuela

Hussein nació es originario de Somalia y proviene de la subdivisión Reer Sahal Issa Musa del clan Habr Awal Isaaq.

Hasta ingresar al segundo año de la escuela, podría decirse que tenía una estatura «normal». Pero tanto su maestro como sus compañeros comenzaron a ver cómo experimentaba cambios asombrosos.

Hussein Bisad contó los habituales problemas de su vida cotidiana.

Hussein Bisad contó los habituales problemas de su vida cotidiana.

«El director me dijo ‘¿Estás seguro de que eres Hussein?’ ‘Ve a casa y trae a tu padre para comprobarlo'», contó. «Volví a casa, le expliqué lo sucedido a mi papá y me llevó de regreso al colegio», agrega con una mueca de risa.

Tenía entre seis y siete años y ya no encajaba. «Tenía una silla más grande y un escritorio más grande en el aula. Todo cambió», recuerda sobre sus días en la escuela.

Ya a los 13 años Hussein superaba la altura de sus padres y a su hermana gemela de 1,70 metros. «Mis amigos decían que era un gigante y hacían todo tipo de bromas sobre mi altura», asegura.

Mudanza a Reino Unido y récord Guinness

Después de mudarse al Reino Unido, en 2002 Hussein se convirtió en una sensación después de autoproclamarse el hombre más alto del mundo con una altura enorme de 2,32 metros.

Hussein Bisad apareció en la portada del periódico británico The Sun..

Hussein Bisad apareció en la portada del periódico británico The Sun..

Su radiante rostro apareció en la portada de los medios británicos más importante, asomando por sobre una cabina telefónica con un traje hecho a medida.

En aquel momento, Hussein estaba feliz. Disfrutaba de su fama incipiente luego de haberse convertido en un fenómeno, aunque reconocía que estaba cansado de golpearse la cabeza constantemente.

Pero cuando los Guinness World Records se enteraron de su historia, descubrieron que por su altura era el segundo hombre más alto del mundo en ese momento.

Fue despojado de su título y, en cambio, se le otorgó el récord de las manos más grandes, solo para ser derrotado por el agricultor turco Sultan por segunda vez en 2011.

Su lucha cotidiana

A pesar de la fama que le otorgó su altura, Hussein reconoció que detrás de los flashes se esconde una lucha cotidiana. 

Bisad en silla de ruedas. A veces en muletas. Y se hace diálisis tres veces al día.

Bisad en silla de ruedas. A veces en muletas. Y se hace diálisis tres veces al día.

Necesita que sus zapatos se exporten especialmente desde el extranjero y su ropa personalizada cuesta casi 1000 dólares por traje.

Los problemas se extienden al dormitorio, ya que requiere una cama especial de 2,75 metros para poder adaptarse a su tamaño.

Sin embargo, sin dudas sus problemas de salud son lo que lo han sumergido en una profunda depresión, que en determinado momento se quedó sin poder caminar.

Hussain Bisad necesita zapatos hechos a medida. También ropa con un talles especial.

Hussain Bisad necesita zapatos hechos a medida. También ropa con un talles especial.

Hussein ahora se las arregla para caminar con muletas después de un trasplante de riñón el año pasado. Y confiesa además que se cansa fácilmente.

En su horizonte más cercano espera abandonar por fin el hogar de ancianos y poder viajar de regreso a Somalia. Su objetivo es llevar a su esposa Yasmin de regreso a Londres para que puedan vivir juntos.

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