Política

Estados UnidosMilei se abrazó con Donald Trump: “Usted fue un gran presidente y espero que lo vuelva a ser”

El Presidente llegó a Washington en medio de la pelea con la liga de gobernadores de Juntos por el Cambio y horas después de la visita del enviado de Joe Biden.

El encuentro fue detrás del escenario y duró apenas un minuto y medio, tuvo como música de fondo la canción “Y.M.C.A.” de Village People, y aunque duró poco más de un minuto y medio, dejó frases perdurables. “¡Señor Presidente”, le dijo Javier Milei, con una anchísima sonrisa, a Donald Trump, antes de abrazarlo y palmearle la espalda. Sin soltarle los brazos, y mientras Trump se echaba para atrás, Milei le dijo que era un placer muy grande y un honor conocerlo, lo llamó un “muy gran presidente” y después le agradeció “su trabajo por mi”.

“Fue un gran presidente, y espero que lo vuelva a ser”, le dijo Milei a Trump.

“Gracias, te lo prometo”, respondió Trump.

La despedida fue con los eslogan de campaña.

“¡Make Argentina Great Again!”, dijo Trump al final. “¡Viva la libertad carajo!”, mechó Milei.

Ese breve pero altamente significativo primer intercambio entre Trump y Milei fue lo más relevante que dejó el cierre de la Conferencia de Acción Política de Acción Conservadora (CPAC), una meca de la derecha global devenido, en los últimos años, en un Trumpfest. Dan Scavino, del equipo de campaña de Trump, publicó el video en X, en el que ambos se encierran en un diálogo corto y se sacan fotos.

“Nos vemos, es un gran placer, gracias”, dice el Presidente al despedirse.

Milei y su comitiva viajaron más de 8000 kilómetros para ese momento y esa nítida señal de apoyo. Con la pelea con la liga de gobernadores de Juntos por el Cambio de trasfondo, Milei aterrizó este sábado a la mañana en Washington para participar de CPAC luego de una semana de encuentros de alto nivel en Buenos Aires con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y la subdirectora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath. MIlei también recibió al senador republicano, Marco Rubio.

Su abrazo y su respaldo a Trump, después de ver a Blinken, desterró todo lo demás.

“El presidente de Argentina, ¡quien ha recibido mucha publicidad! Es un gran caballero, es MAGA, Make Argentina Great Again, es verdad”, había dicho Trump al abrir su mensaje, en medio de aplausos.

Tras el abrazo y los elogios mutuos con Trump, Milei apareció en el escenario central de CPAC. Lejos del clima de la conferencia o de la electricidad que desparramó Trump, Milei brindó una clase de economía y de liberalismo más que un discurso político. Evitó referencias directas a la política de los Estados Unidos –aunque criticó la “agenda asesina” del aborto– y se enfocó en los principios del liberalismo, las crítica al socialismo y la defensa de la desregulación del mercado. Habló del óptimo de Pareto, Adam Smith, y de los sistemas de precios, entre otros conceptos técnicos.

“El mercado es un proceso de cooperación social donde se intercambian derechos de propiedad voluntariamente. De hecho, dado que los intercambios son voluntarios, no es posible hablar de fallos de mercado porque nadie estaría haciendo acciones autoflagelantes. Por lo tanto, digamos, cuando definimos bien mercado, todas las definiciones de intervención se derrumban”, dijo en un tramo del mensaje.

El discurso de Milei ofreció un fuerte contraste con las palabras de Trump, a sala llena, de alto voltaje político, y, para el público trumpista, altamente entretenidas. Mucho gente se fue después de que Trump habló, y tanto Milei con el diputado brasileño Eduardo Bolsonaro, quien habló antes, hablaron ante una sala semivacía. Sobre el final, Milei lanzó un ataque frontal al socialismo que encendió un poco más al público que seguía en el salón.

“En definitiva, el mensaje es el siguiente. No dejen avanzar el socialismo”, dijo, y generó el mayor aplauso. “No avalen la regulación, no avalen la idea de los fallos de mercado, no permitan el avance de la agenda asesina y no se dejen llevar por los cantos de sirena de la justicia social. Yo vengo de un país que compró todas esas ideas estúpidas y de ser uno de los países mas ricos del mundo está 140. Por lo tanto, no entreguen su libertad, peleen su libertad. Porque si no pelean por la libertad, los van a llevar a la miseria”, afirmó, en medio de gritos y aplausos. Cerró con su eslogan: “¡Viva la libertad carajo!”. Lo repitió tres veces.

La nueva visita de Milei a Washington –ya había venido como presidente electo a fines del año anterior– será fugaz: estará el fin de semana, y regresará a Buenos Aires el domingo por la noche. Milei viajó junto a su hermana, Karina Milei; su futuro embajador en Washington, Gerardo Werthein, quien aún espera la aprobación de su placet en el Senado, y Santiago Oría, productor de contenidos audiovisuales del líder libertario.

La participación de Milei en CPAC y su respaldo a Trump –una preferencia conocida– dejó una óptica nítida y pública de un alineamiento político con la derecha global y Trump, líder absoluto del Partido Republicano, y virtual rival del presidente Joe Biden en las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos.

La conferencia se ha convertido en un Trumpfest, cada vez más parecido a un acto de campaña del magnate que a un foro de discusión de ideas. Milei habló ante un público altamente politizado desde uno de los escenarios más calientes del país, donde en los últimos días se han escuchado opiniones apocalítpicas sobre la coyuntura del país, las críticas más duras a Biden –hubo oradores que directamente pidieron su destitución– y a la “izquierda radical” en medio de la campaña presidencial.

“Él no se va a meter con la política de Estados Unidos, va a dar el modelo de discurso de Davos”, había dicho la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en una entrevista.

El viaje de Milei, quien ha participado antes a la conferencia, llegó luego de un muy positivo encuentro con Blinken en Buenos Aires que reforzó el vínculo con Estados Unidos y la administración demócrata. Blinken buscó bajar el tono del asunto al afirmar en Buenos Aires, ante una pregunta, “no hago política, hago política exterior”. Después, Blinken se deshizo en elogios sobre su tiempo en la Casa Rosada con Milei y su equipo: dijo que la reunión había sido “increíblemente positiva, productiva, detallada y de amplio alcance”, que sólo subrayó “un fuerte deseo y una fuerte intención de profundizar y fortalecer nuestra relación”, y fue “un muy buen augurio” del trabajo futuro.

“Todos debemos trabajar por objetivos comunes. Eso es lo que es realmente muy importante”, apuntó Mondino, ante otra pregunta sobre la compatibilidad entre Milei y Biden.

El viaje de Milei ocurre en un momento político crispado en la Argentina por la pelea política con los gobernadores de Juntos por el Cambio por la distribución de fondos. El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, afirmó que a su provincia se la está “ahogando” financieramente, y reveló que el expresidente Mauricio Macri intentó bajar la tensión tendiendo un puente hacia el Ejecutivo, pero que fracasó.

 

 

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