Un ministro dijo que el torneo “no está asegurado”. Jair Bolsonaro ya se habría mostrado a favor ante la Confederación Brasileña de Fútbol, pero la decisión del Gobierno se conocerá este martes. Varios estados se oponen a recibir partidos.
La noticia la dio la Conmebol: Brasil albergaría la Copa América. Pero ante la fuerte polémica que se desató en ese país por la decisión, el Gobierno de Jair Bolsonaro salió a aclarar que aún no está cerrado que reciban el torneo continental a pesar del anuncio, debido a la situación epidemiológica.
El ministro de la Casa Civil, Luiz Eduardo Ramos, sostuvo este lunes a la tarde que «el certamen no está asegurado». Además, estimó que si el torneo se celebra, no habrá presencia de público y todos los jugadores tendrían que ser vacunados.
«Nada es seguro, estamos en medio del proceso. Pero no vamos a eludir una solicitud en caso de que podamos hacerlo. Estamos verificando los detalles, mañana -por el martes- tendremos una decisión final», aseveró el funcionario de Jair Bolsonaro, al tiempo que dijo que escucharon demandas de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
Sin embargo, el ministro recordó que las competiciones ya se desarrollan con normalidad en Brasil, como el campeonato local, la Libertadores y los torneos estatales que terminaron recientemente.
Según fuentes oficiales confiaron a O Globo, «la Copa América es prácticamente segura, faltando sólo la definición de las ciudades que recibirán los partidos». Pero habrá que esperar la posición final del Gobierno, que se oficializará este martes.
Antes de las palabras de Ramos, desde el gobierno de Bolsonaro -militante de la anticuarentena- se habían mostrado convencidos de que no tendrán mayores inconvenientes.
El vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, había sostenido que la organización de la Copa América 2021 en Brasil tiene “menos riesgo” que en la Argentina. ¿En qué basaba su argumento? En la inmensidad del territorio, que ayudaría a buscar escenarios a pesar que la pandemia viene causando estragos en la población local.
“La ventaja es el tamaño de nuestro país y el número de estadios. Se pueden repartir los partidos en todo el territorio”, afirmó Mourao a la salida del palacio presidencial de Planalto en Brasilia.
Se trató de la primera reacción del gobierno de Brasil tras el anuncio sorpresivo de la Conmebol de entregar la sede del torneo al campeón de la Copa América 2019, la última edición de la que también fue anfitrión.
O Globo explicó que Bolsonaro fue contactado este lunes a la mañana por el presidente de la CBF, Rogério Caboclo, para dialogar sobre el interés de la Conmebol de que el certamen se realice en Brasil. El mandatario «se mostró de inmediato a favor», confiaron a ese medio fuentes que participaron de las negociaciones.
Críticas por el anuncio
El anuncio de que Brasil albergaría la Copa desató una oleada de críticas y comentarios en el segundo país del mundo con más muertos por coronavirus, que teme en junio haya una tercera ola de la pandemia.
La mudanza a Brasil, claro, no cayó nada bien del otro lado del mostrador. El jefe del bloque de la minoría opositora en la Cámara de Diputados, Marcelo Freixo, llamó ayer “asesino” al gobierno de Bolsonaro por haber ofrecido a Brasil como sede de la Copa América.
“Este es el retrato de un Gobierno asesino”, dijo Freixo, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que ocupa el liderazgo rotativo de los partidos en minoría opositora en el Congreso.
“Argentina rechazó la Copa América por causa del agravamiento de la pandemia”, detalló y argumentó que el promedio de muertos en Brasil es cuatro veces mayor respecto de país rioplatense.
Y no se quedó ahí. “La Copa América en Brasil muestra como regímenes autoritarios usan el fútbol para intentar desviar la atención sobre sus crímenes”, concluyó Freixo, que propulsa el juicio político de Bolsonaro por genocidio sanitario .
Varios estados, entre ellos Pernambuco y Rio Grande do Norte, ambos en el nordeste, ya rechazaron albergar los partidos por «falta de seguridad epidemiológica».
El gobierno de Sao Paulo, por su parte, dijo que no se opondrá «mientras se respeten los protocolos» sanitarios contra el covid.
En Brasil, los partidos de fútbol todavía se celebran a puertas cerradas. Desde el inicio de la pandemia solo se ha permitido público en dos partidos, entre ellos la final de la Copa Libertadores en enero, con presencia de unos cientos de aficionados invitados por clubes y federaciones.
Pero en algunas finales de los campeonatos estatales se han generado aglomeraciones alrededor de los estadios, un motivo más de preocupación.
Pero no sólo generó rechazo en el mundo de la política. La decisión fue cuestionada también en el ambiente científico del país vecino.
“Un evento de esa magnitud moviliza innumerables personas aunque los partidos sean sin público. La movilidad aumenta transmisión del virus. Eso va a tener un componente muy significativo en esa cuestión de la recrudescencia de la pandemia. Ese torneo debería haber quedado cancelado y listo”, declaró el infectólogo José David Urbáez, de la Cámara Técnica de Infectología de Brasilia.
Los casos en Brasil
El gigante latinoamericano es uno de los países más castigados por la pandemia en el mundo.
Este lunes sumó 860 nuevas muertes por covid-19 en las últimas 24 horas, con lo cual el total de fallecidos ascendió a los 462.791, informó el Ministerio de Salud brasileño.
De acuerdo con el más reciente boletín difundido por la cartera, confirmó además 30.434 nuevos contagios, por lo que el número total de infectados llegó a 16.545.554.
Con cerca de 212 millones de habitantes, Brasil es el segundo país del mundo con más decesos, detrás solamente de Estados Unidos, y el tercero con más casos, después de la nación norteamericana e India.
Sin embargo, en el último mes la pandemia ha mostrado una modesta señal de ralentización en el país, que llegó a registrar más de 4 mil muertos en una sola jornada en su periodo más letal de la crisis sanitaria.
De acuerdo con el reporte del Ministerio, un 90,4 % de los infectados se han recuperado de la enfermedad, equivalentes a 14.964.631 personas, mientras que otras 1.118.132 siguen bajo acompañamiento médico.
Se administraron más de 67 millones de dosis y unas 22 millones de personas ya completaron las dos fases de vacunación.
Fuente: agencias.
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