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Liga ProfesionalBoca le ganó a Newell’s con un penal en el final y sueña con clasificarse a la Libertadores

Merentiel marcó el gol en el último minuto cuando la gente estaba disconforme. Fue el primer partido en la Bombonera desde la derrota en Brasil.

Las emociones ganan terreno. Boca vuelve a jugar en casa después de la decepción en el Maracaná y el telón que se despliega desde los palcos se jacta de un club “grande por su gente”. Y como pesa la pasión, el hincha se brinda. Hay apoyo, claro. “En las malas mucho más”, como cantan durante un buen rato desde estas tribunas que quieren cicatrizar la herida de la caída ante Fluminense. Pero el equipo devuelve poco y nada sobre el césped de la Bombonera. Hasta que en el final del camino, encuentra una luz, ese penal que Miguel Merentiel transforma en gol. Y cuando parecía que la tarde iba a terminar en un frustrante empate, la victoria lo dejó con posibilidades de clasificarse a la Libertadores a través de la tabla general, más allá de que tiene otra vía, la Copa Argentina.

Le costó a Boca conectarse con el partido. Tal vez, porque volvía a este estadio que lo despidió con una gran ilusión rumbo a Brasil. Independientemente, claro, de una campaña que dejó mucho qué desear a nivel local. Newell’s aprovechó la coyuntura. Se hizo dueño de la situación, especialmente en el primer cuarto de hora, cuando dominó la pelota y el juego. Y tuvo dos chances claras frente a Sergio Romero.

La primera, a través de un córner de Cristian Ferreira que derivó en un disparo de Guillermo Balzi, y un rebote corto de Chiquito que Jorge Recalde no pudo usufructuar. Después, tras un lateral largo de Angelo Martino, un tiro de Iván Gómez que cruzó Nicolás Figal y se perdió por encima del travesaño.

Parecía anestesiado Boca. No lograba imponerse, perdía las divididas y sufría por el sector de Marcelo Saracchi, donde Armando Méndez hacía valer su corpulencia con punzantes proyecciones. Balzi, un zurdo volcado a la derecha, aguijoneaba hacia adentro. Y en ese tramo inicial, los rosarinos sacaban ventaja.

Hasta que empezó a soltarse Boca de forma esporádica. Con Luis Advíncula y Edinson Cavani por la derecha. Con Saracchi y Valentín Barco por la izquierda. Hubo un par de combinaciones que generaron una sensación de que podía llegar el primer grito de la tarde. Sin embargo, se diluyeron en el área de Newell’s, donde Lucas Hoyos alternaba algún acierto para cortar los centros rasantes, pero fallaba cuando el envío cruzaba el cielo de la Bombonera.

El encuentro cayó en un pozo cuando Newell’s tomó una postura más conservadora y Boca empezó a hacer circular la pelota en el campo visitante. Con la excepción de alguna conducción de Nicolás Figal o las mencionadas trepadas de Advíncula y Saracchi, fue muy tibio. La más clara se produjo cuando quedaba un puñado de minutos para el desenlace de la primera etapa, un centro de Saracchi que cabeceó Cavani y encontró una buena respuesta de Hoyos.

Los técnicos movieron el banco en el entretiempo. Mariano Herrón apostó al pibe Jabes Saralagui, reemplazante de un desangelado Cristian Medina. Gabriel Heinze refrescó con Francisco González y Guillermo May y prescindió de Recalde y Ferreira.

No obstante, la variante más notoria en el inicio del complemento fue la actitud de Boca. Y casi se pone en ventaja con un remate de Saralegui que tapó Hoyos. Después, Merentiel probó de media distancia y la pelota se perdió muy cerca del palo derecho.

El control del juego y la tenencia dejó de traslucirse en llegadas. Salió Cavani lesionado, aunque pedía a gritos un sustituto. Fue Darío Benedetto, quien no se insertó bien. Luego, gastó un cartucho con Nicolás Valentini por Aaron Anselmino, quien también sintió una molestia. No se explicó la salida de Ezequiel Bullaude, gravitante en una posición intermedia, casi un enganche, como supo mostrar en Godoy Cruz. Eligió apostar a un volante central, Jorman Campuzano. Barco, muy irregular, le dejó su lugar a Lucas Janson.

En este contexto, Newell’s tuvo dos mano a mano que resolvió Chiquito Romero. Un pase de Balzi que dejó a May de frente al gol y otro remate del uruguayo que tapó el arquero.

Hasta que combinaron Saralagui y Merentiel. Y a Balzi le faltó oficio en la marca. Cruzo abajo y derribó al uruguayo. Fernando Echenique cobró el penal sin discusión y el delantero lo convirtió. Para que los murmullos le dieran paso al carnaval de la popular. El triunfo es lo único que Boca podrá rescatar. No es poco cuando de estos puntos depende volver a soñar con la séptima.

 

 

 

 

 

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