Se trata de Maximiliano Trimarchi, hermano de Andrea, contadora del astro. Desde el entorno del abogado lo desmienten.
«Soy empleado de Matías Morla». Así se identificó Maximiliano Trimarchi (35) ante los policías que allanaron su casa en la madrugada de este martes, de donde secuestraron su celular en el marco de la causa que investiga la muerte de Diego Armando Maradona.
¿De qué lo acusan? Por el momento de ningún delito. Los fiscales a cargo de la investigación aseguran que no informó su presencia en la casa del country San Andrés, en Tigre, el mediodía del 25 de noviembre, cuando se produjo el fallecimiento del astro.
Trimarchi trabajaba como chofer. Es hermano del abogado Marcelo Trimarchi, socio de Morla, y de Andrea Verónica Trimarchi, la contadora del ex futbolista y de Sattvica SA, la sociedad que tiene la explotación de las marcas comerciales “Maradona”, “El 10”, “La Mano de Dios”, “El Diego” y “Diegol”, entre otras.
Aquel miércoles llevó a la propiedad a la psiquiatra Agustina Cosachov. Ingresó al barrio a las 11.44 en el Ford Focus a nombre de Matías Morla, para el que contaba con cédula azul. Además, por la tarde entró y salió varias veces.
Los fiscales Laura Capra, Patricio Ferrari y Cosme Iribarren, que trabajan bajo la supervisión del fiscal general de San Isidro, John Broyad, descubrieron su presencia al ver las filmaciones del ingreso y egreso vehicular en el country. Además, figura en el libro de entradas.
Cosachov es investigada por presunto «homicidio culposo» junto al neurocirujano Leopoldo Luque, quien operó a Maradona de un hematoma subdural el 3 de noviembre, aunque ninguno está imputado en la causa.
En un comunicado, la Fiscalía General de San Isidro indicó que el operativo se realizó en un departamento de la Capital Federal y que «el motivo de la diligencia obedeció a que se ha constatado la presencia del nombrado en el lote 45 del barrio San Andrés al momento del hecho materia de investigación, circunstancia ésta que no fue puesta en conocimiento de las autoridades competentes».
El procedimiento, a cargo de la Policía Federal, se realizó en un departamento de Olazábal al 4800, barrio de Villa Urquiza, donde los agentes secuestraron un teléfono celular, que será peritado en los próximos días.
«Estuvo en la casa y hasta le hizo un café a la fiscal», aseguraron a Clarín desde el entorno de Morla y agregaron que luego se presentó en una comisaría, pero que no le tomaron declaración. «Ni salió corriendo ni se ocultó», expresaron.
No obstante, fuentes con acceso al expediente desmintieron el supuesto diálogo con Capra y replicaron que «ninguno de los testigos mencionó su presencia ni personal policial lo identificó».
Según contaron sus allegados a Télam, “Trimarchi se encargaba de la logística: iba a buscar desde mercadería, ropa y el agua, hasta llevar gente, por ejemplo, a la psiquiatra, el psicólogo y hasta al médico Leopoldo Luque mismo”.
Por otra parte, este martes comenzó la pericia informática que llevan a cabo los peritos de la Unidad de Análisis e Investigación Digital sobre los dispositivos electrónicos oportunamente secuestrados en los distintos allanamientos, entre ellos Luque y Cosachov.
En total, se analizarán seis computadoras y tablets que fueron secuestradas a los dos médicos, tal como sucedió con los cuatro celulares que el viernes pasado comenzaron a ser investigados.
En las próximas horas se espera el resultado de los análisis toxicológicos al cuerpo de Maradona, para establecer qué había consumido previo a su muerte. «Alcohol no tomaba desde que se fue del country de Brandsen», antes de que lo operaran en la Clínica Olivos, afirmaron a este diario desde su entorno.
Quienes viajaron a La Plata para controlar la cadena de custodia y la apertura de los sobres con los aparatos fueron el fiscal general adjunto de San Isidro, Cosme Iribarren, y la fiscal de Benavídez, Laura Capra.
El viernes pasado, otras dos querellas se sumaron al expediente: por un lado, Dalma y Gianinna Maradona, quienes están patrocinadas por el abogado Federico Guntin, y por el otro, una de las hermanas del ex futbolista, Rita Mabel «Kity» Maradona, quien está representada por el abogado Yamil Castro Bianchi, socio de Morla.
Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol, murió a los 60 años el 25 de noviembre pasado al mediodía, en una casa que su familia había alquilado en el barrio privado San Andrés de Tigre, a dos semanas de su externación de la Clínica Olivos, donde había sido sometido a una neurocirugía por un hematoma subdural en el cerebro.
La autopsia determinó que el astro murió como consecuencia de un «edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada» y descubrieron en su corazón una «miocardiopatía dilatada».
La investigación del equipo de fiscales se centra en tres ejes principales: si hubo negligencia médica y, por lo tanto un eventual «homicidio culposo», quién tuvo responsabilidades sobre ese posible delito y si la muerte de Maradona se pudo haber evitado.
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