Luego de un lapidario informe publicado por radiocafayate.com sobre el colapso del funcionamiento del Consorcio, con el peligro ambiental que eso representaba, el gobierno de la provincia salió a hacer el anuncio en Cafayate.
Funcionarios del Gobierno provincial se reunieron este viernes en esa ciudad vallista en coincidencia con el desarrollo de la Serenata a Cafayate, como lo vienen haciendo en cada ciudad, en coincidencia con los festivales que se desarrollan en esos municipios. Para esto se trasladan los ministros con sus asesores, secretarias/os, colaboradores y responsables de prensa de cada área, con un enorme despliegue de vehículos y personal viaticado que de paso aprovechan para quedarse a disfrutar de la fiesta con todo pago.
Tal cual ocurrió en otros años electorales, nuevamente se recurre a la metodología del montaje de una reunión de gabinete provincial en medio de la Serenata a Cafayate para hacer promesas de obras a realizarse en coincidencia con el período de elecciones.
En ese marco, una enorme cantidad de funcionarios, después de haber disfrutado el jueves de la primera noche de Serenata con la presentación de Abel Pintos, sentados en la primera fila invitados por el Intendente Fernando Almeda, este viernes cerca del mediodía se reunieron y entre otras cosas, anunciaron la construcción de una nueva trinchera para la disposición final de los residuos sólidos urbanos que beneficiará a las localidades de Cafayate, Animaná y San Carlos, luego de que radiocafayate.com denunciara el estado deplorable y lamentable del vertedero a causa del colapso de la trinchera actual.
De acuerdo a lo informado oficialmente, “próximamente” se llamará a licitación con un monto total de inversión superior a los $6 millones.
Sin embargo las autoridades provinciales nada dijeron sobre la posibilidad de investigación alguna para aclarar sobre el destino de los fondos enviados hace dos años para la construcción de una nueva trinchera que nunca se hizo lo mismo que para la adquisición de un camión y de una báscula que nunca se compraron a pesar de estaban contemplados dentro de los cuatro millones que se destinaron para el manejo del consorcio.
El informe de radiocafayate.com
El pasado 13 de febrero ese medio publicó un informe sobre el colapso del vertedero y del estado deplorable y peligroso que presenta en la actualidad.
Este es el informe completo publicado por radiocafayate.com:
Peligro ambiental: colapso total en el vertedero de residuos del consorcio del Valle Calchaquí
La situación está totalmente desbordada mostrando el desmanejo y fracaso del proyecto que administran los municipios de Cafayate, Animaná y San Carlos. La gravedad de la situación alcanza al reciclado a cargo de una cooperativa con serios inconvenientes y sospechas.
El consorcio de residuos integrado por los municipios de Cafayate a cargo de Fernando Almeda, de San Carlos a cargo de Roberto Vázquez y de Animaná administrado por José Guaymás, se encuentra en una grave y complicada situación por el colapso de la trinchera existente y también por qué no se construyó una nueva a pesar de que se enviaron los fondos para ello ya que el proyecto la contemplaba.
El hecho de no haberse construido una nueva trinchera a pesar de que se enviaron los fondos para ello, pone en grave riesgo ambiental a la zona por la situación actual del vertedero y por el manejo irregular que se viene haciendo en el destino final de los residuos generados en los tres municipios.
Si bien las autoridades no quieren utilizar la palabra colapso porque pone en evidencia el pésimo manejo y fracaso del proyecto, no les quedó otra cosa que admitir que la actual trinchera “no va más”, la que se sigue cargando a pesar de que su capacidad está varias veces sobrepasada por la falta de previsión y el manejo ineficiente y poco transparente de los fondos recibidos para la construcción de la planta de reciclaje y de una nueva trinchera que nunca se hizo.
Las piruetas que realizan los municipios integrantes del consorcio para la disposición final de los residuos, en medio de la emergencia, son cuanto menos riesgosas, cuando no de alto peligro ambiental.
El problema está principalmente generado por el colapso absoluto y total de la trinchera existente y por la falta de construcción oportunamente de una nueva, entre otras cosas.
La situación actual no permite ir tapando la basura con tierra a medida que se deposita dentro de la trinchera por lo que no se cumple el objetivo de no tener los residuos expuesto a cielo abierto
El desborde de la situación tuvo que ser admitido finalmente, aunque a regañadientes e intentando minimizarla, por las autoridades de los tres municipios responsables del colapso. Reconocieron públicamente que la trinchera existente no da para más y que se están ejecutando maniobras harto extrañas para estirar la vida útil de la ya colapsada trinchera.
Estas maniobras consisten en la elevación de los terraplenes que circunscriben el deposito final de los residuos hasta una altura que actualmente sobrepasa ampliamente los 15 metros del nivel del suelo y que se puede ver desde la ruta nacional 40 por cualquiera que pase por allí.
Lo extraño de estos procedimientos, son las formas que se utilizan para el tratamiento de los residuos ya que es conocido que en ese sector del Valle Calchaquí el viento corre de manera constante de Este a Oeste y la disposición a cielo abierto y en altura de los residuos, sin ningún tipo de contención, produce la voladura de residuos livianos, en especial bolsas plásticas, los cuales terminan enredados en el arbolado natural que rodea el predio, generando la dispersión de esa basura con el impacto ambiental que significa, además del desagradable espectáculo visual.
Llama también poderosamente la atención que los terraplenes sean paralelos a la trinchera lo cual presupone la imposibilidad práctica de lograr su cerramiento en el momento oportuno, puesto que el mismo debería ser clausurado con tierra, para entre otras cosas evitar la voladura de residuos. Pero la situación termina también por crear un ambiente óptimo para la proliferación de larvas de todo tipo de insectos.
La actual situación, totalmente irregular, hace que las montañas de basuras sobrepasen el nivel de los laterales de la también irregular trinchera. Tampoco es posible, por lo endeble del piso generado, que allí trabaje una máquina tapando la basura, hoy dispuesta a cielo abierto, o que ingrese un camión con tierra ya que quedaría varado en el medio de los desechos.
El otro hecho de gravedad ambiental, es que esos terraplenes levantados irregularmente a los costados de la trinchera no tienen un sistema adecuado para la eliminación de líquidos lixiviados por lo que no se descarta que existan filtraciones por los costados de los improvisados terraplenes de esos efluentes altamente contaminantes.
Por último u no menos graves es que ante el colapso de la trinchera ya se comenzó a tirar la basura a los costados del camino de acceso al vertedero sembrando el lugar de un largo y serpenteante basural paralelo.
Llama poderosamente la atención que desde la Municipalidad de Cafayate recién se comenzó hace pocos días a pedir auxilio desesperadamente por la situación de colapso del vertedero a pesar de que esto se sabía que pasaría por lo menos desde hace dos años.
De larga data
Esta grave situación tiene larga data puesto que en el año 2013, el entonces presidente del consorcio el exintendente de Animaná, Vicente Condori y el exsecretario provincial de gestión de los residuos, Matías Falú reconocían abiertamente la poca vida útil que tenía la trinchera ya en aquel momento donde se proyectaba la utilidad de la misma hasta comienzos del 2015 en el mejor de los casos y se planteaba como única opción, hasta tanto se gestionaran una solución para la ya con poca vida útil trinchera, la puesta en marcha de la planta de reciclaje.
Esto último demuestra claramente el conocimiento que tenían las autoridades municipales y provinciales de la situación crítica y complicada que se avecinaba y no hicieron nada al respecto para prever soluciones, con lo que, hoy en día, el panorama es insostenible, complicado y peligroso.
Crisis y colapso
En conclusión, la trinchera hoy ya no tiene la vida útil de dos meses que plantean públicamente desde la gestión del Intendente de Cafayate Fernando Almeda ya que, como lo muestran claramente las imágenes que aquí publicamos, esa trinchera colapsó hace ya mucho tiempo y está siendo sobrecargada peligrosamente por la falta de construcción de una nueva a pesar de que se recibieron los fondos para ello, lo mismo que para una báscula y un camión que nunca se compraron.
La situación deja al descubierto, además del espantoso espectáculo de la basura al aire libre, el desmanejo y fracaso del vertedero y de la planta de reciclado. A esto debe sumarse que la cooperativa formada por Almeda para el manejo de esa planta y de la recuperación de residuos orgánicos está seriamente cuestionada y sobre ella pesan dudas de manejos poco claros en la conformación societaria, manejo de fondos y hasta existen denuncias de falsificaciones de firmas que llevarían las responsabilidades hasta la Dirección de Cooperativas de la provincia.
La imposibilidad de una nueva trinchera
A los serios problemas existentes se suma que por la falta de rendiciones serias en el manejo de los fondos enviados para el Consorcio ya que no se explica claramente aún porque no se construyó la nueva trinchera ni se compraron el camión compactador y la báscula para la que se enviaron los fondos, el Ministerio de Ambiente de la Nación se niega a financiar la construcción de una nueva trinchera.
La imagen de arriba es copia de la hoja con el informe de estudio de factibilidad de construcción de nueva trinchera de RSU confeccionado por la Subsecretaria de Gestión de RSU provincial.
Tampoco la provincia con sus cuentas prácticamente en rojo puede afrontar la erogación del financiamiento de ese proyecto demasiado oneroso ya que como lo demuestra la imagen que aquí publicamos, a mediados del 2016 la Secretaria de Gestión de Residuos provincial hizo los cálculos de costos para una nueva celda lo que fue estimado en cerca de seis millones y medios de pesos, lo que con el proceso inflacionario que atraviesa el país seguramente los costos habrán crecido exponencialmente.
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