El 17 de Noviembre de 1866, en El Tala,Salta, nació una mujer que desafió los cánones de su época y se convirtió en la más grandiosa escultora de Sudamérica.
Nacida con el nombre de Dolores Candelaria Mora Vega de Hernández, fue dueña de un entusiasmo y talento con que se brindaba al arte, lo cual hizo que su profesor Falcucci recomendara a su padre que la enviara a estudiar a Italia, por lo que Dolores se trasladó a Roma.
Cuando regresó a la Argentina ya poseía un estilo definido y refinado, el academicismo y renacentismo Italiano se reconocían por sus mujeres muy naturales, de femineidad delicada, rostros alegres, siempre con una inocente desnudez aunque decidida y sensual para los cánones de la época.
Su mayor y trascendente obra es «La fuente de las Nereidas» (1903), encargada por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Tuvo su primer emplazamiento frente a la «Casa Rosada», pero protestas de las ligas moralistas de 1900, pacatas y resentidas, no podían soportar que cuerpos de mujeres bellísimas y desnudas estuvieran en un emplazamiento tan expuesto.
Que una mujer se haya dedicado al arte, y a «ese» arte en 1900 conllevaba una dosis de heroísmo.
Lola Mora falleció el 7 de Junio de 1936 a la edad de 69 años. En su memoria, el Congreso de la Nación Argentina instituyó el 17 de noviembre como “Día Nacional del Escultor y las Artes Plásticas”.
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