En Córdoba, el equipo de Demichelis se impuso por 3 a 2 y estará en la definición por el título que se pospuso en 2020 por la pandemia.
Pasando instantes de zozobra, sin jugar bien y con la prueba del tándem Rondón-Borja, River le ganó 3 a 2 a Banfield y habrá Superclásico en la final del Trofeo de Campeones 2020.
Resulta más complejo explicar qué se jugó en el Kempes que el partido en sí o cómo funcionó el doble 9 en el elenco de Martín Demichelis. Porque River y Banfield disputaron una semifinal del Trofeo de Campeones 2020, edición que no se completó por la pandemia. Sucede que ni River ni Banfield fueron campeones esa temporada, sino que Boca se quedó con la Superliga y con la Copa Maradona. Tanto el Millonario como el Taladro fueron escoltas y por eso entre ambos se llegó al segundo finalista. Tampoco es sencillo determinar cuándo se jugará la final entre River y Boca. Los más optimistas hablan del mes de mayo; los menos, de agosto.
Para Demichelis el duelo en Córdoba fue la primera ocasión para probar con los dos tanques internacionales de ataque, Miguel Borja y Salomón Rondón. Y las conclusiones fueron positivas, a pesar de que a River le costó jugar con la pelota. Lo bueno: creó varias situaciones de riesgo.
El esquema fue un 4-3-1-2, con Nacho Fernández como enganche y Santiago Simón y Barco a los costados de Enzo Pérez. Y el dibujo de las dos torres plantados contra los zagueros rivales requiere de mucha movilidad y de una buena dinámica de pases del resto de los futbolistas. Rondón y Borja tan solo se mostraron para apoyar y descargar. Y a Maidana y a Rojas le costó filtrar la pelota por la velocidad del mojado campo de juego y River se quedó sin asociaciones. El toque se tornó improductivo y casi siempre para atrás. Tampoco eran tantas las alternativas con los puntos fijados. Sorprendió, entonces, que Milton Casco no se cierre al lado de Pérez, tal como lo hizo contra Tigre.
Empezó ganando River casi desde el vestuario, pero eso tampoco lo hizo jugar bien. Santiago Simón capturó un rebote afuera del área y la clavó abajo, al palo derecho de Facundo Cambeses. Iban apenas 6 minutos.
Se insiste: a River no le fluyó el juego y fue un equipo largo y de movimientos pesados. Y Banfield lo complicó con algunas corridas a la espalda de Jonatan Maidana. Franco Armani tuvo que revolcarse para ahogarles el empate a Chávez y a Bizans. También tuvo que jugarse la ropa Rojas para puntear la pelota cuando Sebastián Sosa iba a capturar un rebote largo del arquero.
River, se dijo, generó varias situaciones de gol por el peso propio de sus jugadores. Rondón tuvo dos claritas porque Nacho Fernández le dejó dos pelotas picando adentro del área y el venezolano no estuvo fino en las definiciones, una con la derecha y la otra con zurda.
La jugada del final tuvo el sello del laboratorio: Enzo Pérez descargó un tiro libre de Fernández y Simón la clavó otra vez abajo, ahora con la colaboración de un desvío en el camino. El 2-0 era demasiada ventaja.
El complemento arrancó con el descuento de Andrés Chávez, que se impuso en la carrera contra Maidana y definió cruzado. Sufrió River unos instantes. Incluso Chávez empató, pero estaba apenas unos centímetros adelantado.
Pero a los 19 llegó el tanto de los tanques: Rondón la bajó, Nacho la tiró larga para Borja y el colombiano la clavó del ángulo. Cabe recordar que un ratito antes el cafetero y el venezolano había realizado una linda pared, pero el Colibrí falló la definición.
Y siguió sin jugar bien River y continuó defendiendo mal. Banfield logró otro descuento por el gol de Bizans, aunque ya no restaba tiempo para nada más. Y así habrá final entre River y Boca.
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