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Liga ProfesionalRiver sufrió, pero gracias a un gran Álvarez y a las manos de Armani sumó tres puntos

El festejo de Carrascal luego de su gol, el primero de River en Santiago del Estero Fotobaires

El equipo de Gallardo venció por 3-1 a Central Córdoba en un partidazo y quedó dos unidades detrás de Talleres, el líder del Torneo 2021; el domingo 3 de octubre recibirá a Boca en el Monumental.

A River le costó más de la cuenta ganar en Santiago del Estero. Pero lo consiguió gracias al rendimiento de Julián Álvarez (una asistencia y un gol) y a las manos de Franco Armani, providencial para salvar los goles de Central Córdoba. Fue un 3-1 que le sirve al conjunto millonario para no perderle pisada al líder, Talleres de Córdoba, y para estirar su invicto a ocho partidos.

Media hora pasó hasta que River consiguió gestionar un ataque con peligro. Fue luego de una habilitación de Julián Álvarez, el futbolista más peligroso de los visitantes. Benjamín Rollheiser se perdió el gol. Pero la conquista llegó en la jugada siguiente. Álvarez presionó en tres cuartos de campo local, le robó la pelota a Alejandro Maciel y volvió a dejar solo a un compañero. Esta vez fue el colombiano Jorge Carrascal, que no perdonó y anotó el 1-0 para los dirigidos por Marcelo Gallardo.

El gol desanudó el partido para River. El conjunto santiagueño, obligado a salir para buscar el empate, comenzó a dejar espacios en su última línea. Álvarez, el mejor de todos, volvió a ser fundamental. Suya fue la chance para poner 2-0 a su equipo. Ganó en velocidad e ingresó al área por la izquierda. Carrascal estaba solo, pero Álvarez optó por el remate. Rigamonti, en dos tiempos, conjuró el peligro.

Sobre el final del primer tiempo, los locales tuvieron su mejor (y única) oportunidad. Fiel al ADN de los equipos dirigidos por Sergio Rondina, la chance apareció tras una pelota parada. Fue en un córner: la pelota se abrió hacia el segundo palo, donde Milton Giménez le ganó en las alturas a Paulo Díaz. Franco Armani voló todo lo que pudo y, para su suerte, la pelota se fue besando el palo izquierdo. Todo River respiró.

El segundo tiempo arrancó con todo. Central Córdoba, a todo o nada. River, a buscar el segundo gol. Pero la defensa de River mostró grietas que no tenía. Los locales tuvieron dos jugadas claras, ambas en los pies de Sequeira, el más incisivo de sus delanteros. La segunda de ellas, con un disparo cruzado, provocó una gran atajada de Armani. River dispuso de un par de aproximaciones y el partido ganó en intensidad.

Pero a los 16 minutos volvió a aparecer el jugador del partido: Julián Álvarez. Fue una maniobra en la que se invirtieron los dos protagonistas del primer gol. Esta vez, gestionó Carrascal, que se llevó a la rastra a los defensores locales. Intentó un centro tres dedos y todo se ensució. Pero la pelota quedó al borde del área y Álvarez, sin pensarlo, le rompió el arco a Rigamonti. Golazo para el 2-0 millonario.

Minutos después, Central Córdoba tuvo una chance inmejorable para descontar. El árbitro Ariel Penel cobró penal por mano de Fabrizio Angileri. Sequeira lo cambió por gol y puso a los santiagueños otra vez en partido. El espectáculo ganó 20 minutos de incertidumbre en el resultado final. En otra pelota detenida, el Ferroviario estuvo a punto de empatar: otro córner, otro cabezazo de Milton Giménez. Otra vez, las manos de Armani impidieron el gol local. El arquero de River se convertía en figura.

Ambos entrenadores movieron el banco. Rondina, el entrenador local, reformó toda la ofensiva de su equipo. Gallardo, por su parte, optó por proteger a Carrascal (una amarilla lo sacaba del Superclásico). El partido, trepidante, mostró a dos equipos decididos a lastimar a su rival. River, que se creyó ganador tras el gol de Álvarez, debía esforzarse para mantener el triunfo parcial. Los santiagueños, por su parte, peleaban con sus armas por llegar al empate.

A nueve minutos del final, otra grieta de River en defensa. Claudio Riaño, uno de los cambios de Rondina, quedó mano a mano con Armani. De nuevo, el arquero obró otro milagro. La pelota dio en su cuerpo y, más tarde, dio en el palo. El equipo millonario se salvó de milagro. El entrenador local, Rondina, no podía creer lo que veía. Su equipo estaba haciendo un gran partido. Pero perdía.

A cinco minutos del final, y casi sin quererlo, River encontró el gol que selló la victoria. Palavecino, otro hombre de refresco, leyó a la defensa santiagueña y encontró a Braian Romero solo. El delantero intentó parar la pelota, pero el control quedó largo. Tanto, que sorteó la salida del arquero Rigamonti. La pelota, mansa, ingresó en el arco local. Era el 3-1.

River sufrió demasiado para traerse los tres puntos de Santiago del Estero. Lo ganó gracias a la puntería y la gran actuación de Julián Álvarez, el mejor de todos. Pero también por las manos de Armani, que aparecieron para tapar todas las grietas que dejó su defensa. Fue uno de los mejores partidos del torneo, con incertidumbre hasta el final entre dos equipos que buscaron el gol en todo momento.

 

 

 

 

 

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