Fue 4 a 3 para el equipo de Martín Demichelis, que no quiere perder ritmo de competencia.
River y Universidad de Chile entendieron a la perfección cómo se debe jugar un amistoso y regalaron un partidazo en Salta, en un estadio que lució repleto y exultante.
Fue de ida y vuelta el duelo, con ataques de un lado y otro y con varios errores defensivos. Arrancó mal River, regalando espacios, esos mismos que preocuparon a Martín Demichelis en los primeros partidos. Israel Poblete, con una clara ayuda de Ezequiel Centurión, y Cristian Palacios pusieron en ventaja a los chilenos.
El 2-0 en contra no lo desencajó a River, que siguió con su libreto a bordo del 4-3-3, con Alfonso, Borja y Solari en la delantera, y con Palavecino, Castro Ponce y Barco en el mediocampo. Y logró descontar rápido el conjunto de Núñez con una mediavuelta de Marcelo Herrera, uno de los que más aprovechó el amistoso.
Fue y vino ciento de veces Herrera. Ya en la pretemporada había deslumbrado a Demichelis, que lo eligió como su lateral. Pero no tuvo buenos primeros juegos y quedó relegado. Ayer volvió a ganar espacio. El ex San Lorenzo desbordó y tiró un centro exacto para el 2-2 de Miguel Borja a poco de iniciado el complemento.
Tuvo muchas situaciones River, se dijo. Marcó bastante mal, también. Se destacaron Herrera, Barco con sus gambetas para adelante y Palavecino manejando mucho el balón. Los más flojos fueron el arquero Centurión y Elías Gómez, que se retiró en el entretiempo con una molestia muscular.
Esequiel Barco anotó el tercero de River tras otro gran desborde de Herrera. Y un rato después, Borja le sirvió el gol a Solari, que no falló en el mano a mano contra el arquero Campos.
Tuvo una perlita el duelo: a los 17 minutos de la segunda parte Matías Gallardo, el hijo del Muñeco, entró por Palavecino y rápido se convirtió en tendencias en redes sociales. Se movió como volante derecho el Muñequito; jugó a pierna cambiada. Tocó un par a poco de entrar y mostró criterio y buen pie. Y tuvo una situación Matías: controló en la mitad de la cancha, condujo a toda velocidad y el disparo desde afuera se le fue elevado. La particularidad es que el hijo de Napoleón debutó en el mismo escenario que lo hizo su padre como entrenador de River: el estadio Padre Ernesto Martearena.
Los minutos que quedaron sirvieron para que varios chicos de la Reserva de River sumen minutos: Sebastián Sánchez, Esteban Fernández, el más activo, Daniel Zabala, Joaquín Flores y Gonzalo Trindade.
Pero al juego le faltaba el último y mejor gol de la noche: el ex Independiente Leandro Fernández ejecutó un tiro libre a la perfección y la clavó del ángulo para el 4 a 3 definitivo.
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