Fue durante el juicio por la causa conocida como la ‘Balacera de Azopardo‘ocurrida el 27 octubre de 2007.
Para la defensa, la dirigente Tupac Amaru no ideó ningún plan para matar a nadie y solicitó la absolución de la imputada por el “beneficio de la duda”.
La fiscalía solicitó hoy la pena de 12 años de prisión para la dirigente social Milagro Sala en el juicio por la causa conocida como la ‘Balacera de Azopardo‘ ocurrida el 27 octubre de 2007 en Jujuy, en la que está acusada por ‘homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria en grado de tentativa‘.
Por su parte, la defensa de la jefa de la Tupac Amaru cuestionó el pedido de la fiscalía, adujo que Sala no ideó ningún plan para matar a nadie y solicitó la absolución de la imputada por el “beneficio de la duda” y que en caso de no acceder al mismo, se aplique una condena mínima en cumplimiento condicional.
Los alegatos continuarán mañana con los abogados de los otros dos imputados: Fabián Ávila, por “homicidio agravado por precio a promesa remuneratoria en grado de tentativa” y “homicidio simple en grado de tentativa”, y de Alberto Cardozo por “homicidio simple en grado de tentativa”.
Al iniciar su exposición ante el Tribunal Oral Criminal 2 de Jujuy, el fiscal Sergio Marcelo Cuellar, solicitó la pena de 12 años de prisión para Sala, en tanto que pidió 4 años y 3 meses de prisión para el acusado Alberto Cardozo a quien Sala ‘mandó a matar‘.
Mientras que para Ávila el supuesto ‘sicario‘ contratado por Sala-, también pidió la pena de 12 años de prisión por considerarlo coautor de los delitos que se le imputan.
‘Acá la gran víctima fue una niña de 11 años que resultó gravemente herida por un arma de fuego y estuvo cerca de morir‘, alegó en relación a la menor que recibió accidentalmente el disparo durante el tiroteo.
Para el fiscal quedó probado que “hubo una orden (de Sala) de matar a Cardozo previo pago de antemano y en efectivo de una casa en el barrio Sargento Cabral por un valor de 15 mil pesos”, es decir que “hubo un interés económico y no personal, se pagó precio”.
Por otro lado, en relación a la balacera, dijo que el hecho refleja que la “violencia formó parte de ambos”, en relación a los sectores que comandaban Sala y Cardozo, quien luego se uniría al Red de Organizaciones Sociales que comandaba la líder de la Tupac Amaru.
Durante su alegato, la abogada Elizabeth Gómez Alcorta sostuvo que la imputación contra Miagro Sala “es absolutamente errada” al señalar que “no cabe juzgarla como autora o coautora de algo que no existe, ni siquiera como instigadora ya que no hay elementos que lo prueben”.
Argumentó también que solo el testigo Jorge Páes, quien inicialmente estuvo imputado y luego fue “beneficiado con el sobreseimiento”, es “el único que dijo que llegaron con la intención de matar a Cardozo”.
“Páes estuvo detenido 9 años, luego pide una ampliación de declaración y cambia radicalmente vinculando a Sala con el ataque”, cuestionó Gómez Alcorta.
Incluso marcó una contradicción con su propia hija, Yésica, también testigo, en relación al lugar donde estuvo el posterior al ataque el también presunto “sicario” y empleado de Sala.
En ese sentido, la abogada consideró que hubo un supuesto ‘armado judicial” para perjudicar a Milagro Sala, del cual señaló como ‘principal ejecutor al juez (de causas Ley) Pablo Pullen Llermanos‘, que instruyó la causa.
De esta manera, la abogada pidió que prime el beneficio de la duda (“in dubio pro reo”), el cual debe favorecer a quien es juzgado.
Según la requisitoria fiscal, antes del ataque Ávila habría concurrido al domicilio de Sala en la capital jujeña, donde habría recibido la orden de matar a Cardozo, encuentro que, se presume, fue en presencia de varios allegados a la jefa de la Tupac Amaru.
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