Provinciales

Aguas del NorteDetectaron ausencia de cloro en el hospital de Tartagal

Un informe del Ente Regulador no registró huellas del potabilizador de agua.

Un informe de la calidad del agua del Ente Regulador de Servicios Públicos (Enresp) dejó a Aguas del Norte con números rojos. Si bien el déficit del servicio es algo que los consumidores denuncian desde hace tiempo, aseguran que ahora se agravó. Advierten que hay serios problemas en la administración.

La Compañía Salteña de Agua y Saneamiento (Cosaysa) se rige por el Marco Regulatorio para la Prestación de los Servicios Sanitarios normados por el decreto 3652/10. Ese instrumento establece valores mínimos y máximos de diferentes requisitos, como el cloro o la turbiedad, que el agua debe cumplir para ser considerada potable.

El estudio tomó 4.200 muestras entre enero y los primeros días de mayo para conocer el cloro residual total (CRT). Arrojó que el 92,5 por ciento dio dentro de los valores permitidos, mientras que el 7,5%, es decir 316 casos, dieron por debajo de los valores mínimos de cloro que exige la norma. Lo que se destacó como un porcentaje «significativo».

Según explicó un experto, esto no implica que «el agua no se pueda tomar, porque el valor puede dar bajo, pero quiere decir que en el camino perdió cloro. Es decir, que estuvo desinfectada. Pero que no haya residuos preocupa, porque nunca hubo cloro», advirtió.

Este fue el caso de dos muestras tomadas en el hospital de Tartagal, en el que se registró 0 cloro, ningún tipo de vestigio del potabilizador. Las muestras fueron tomadas durante el actual aislamiento social por pandemia.

En este sentido, Luis María García Salado, presidente de Aguas del Norte, indicó que no puede decir nada del informe porque no lo conoce. Pero defendió que el cloro que recibe el hospital «está controlado». Aunque al mismo tiempo indicó que durante el aislamiento Jujuy no permitía el paso de los camiones con cloro. «El Ente tampoco informa que se detecta eso a las 9 de la mañana y a las 9.30 ya estaba solucionado», indicó.

Los números del ente de control contrastan con los estudios que, según el informe, hizo Cosaysa por su lado. La empresa indicó que durante el mismo período tomó 10.652 muestras de cloro, de las cuales el 97% dio conforme a los valores que se exigen. Mientras que un 3 por ciento dio por debajo. Es decir, la empresa tomó más del doble de muestras que el Ente y el resultado de cloro negativo, le dio menos de la mitad.

En Salta hay 313.954 usuarios de la red de agua, para los que se disponen 400 pozos. El bajo nivel de cloro en capital se identificó en 7 pozos. «Se destacan desvíos sistemáticos (que no están dentro de los parámetros estipulados) con eventos reiterados de ausencia de CRT en 7 sistemas de capital», indica el informe. Los pozos en que se halló bajo cloro en «reiteradas oportunidades», fueron: cisterna La Loma (pozo 4 Sargento Cabral), pozo Escuela Velarde, pozos 1 y 2 de San Ignacio, pozo 1 de Juan Calchaquí, pozo 3 de Bancario, pozo San Alfonso y el pozo Santa Cecilia.

Agua potable, en pandemia

«A la fecha existen al menos 128 conexiones domiciliarias de la Ciudad de Salta que no cuentan con agua potable para cumplir con las mínimas condiciones de higiene necesarias para prevenir el COVID-19 y otras enfermedades», advirtió el informe.

En turbiedad, los valores también dieron «significativos», casi un cuarto de las muestras tomadas no eran cristalinas. De 863 muestras, el 23% era turbia, (192 casos).

Durante la primera etapa de aislamiento, de marzo a abril, las deficiencias de calidad en las muestras se duplicaron: pasó de un 33 a un 67 por ciento.

Los reclamos son una constante que también viene en aumento. De enero a mayo se registraron más de 44 mil reclamos por el servicio de agua y cloaca. Esto arroja un total de alrededor de 341 reclamos diarios desde enero a mayo.

Del total de los reclamos, más de la mitad fueron por falta de agua o pérdida: 36 por ciento por falta, mientras que por pérdida 24 %.

El informe advirtió sobre las pocas soluciones que da la empresa, señaló que existen «muchos» reclamos acumulados. Hasta antes de la pandemia, más precisamente hasta el 18 de marzo, el mayor reclamo sin atender era de la calidad de agua. Situación que se indica, se mantuvo.

«El agua se tiene que cobrar bien, pero lo que pasa es que se da mal», advirtió un experto. En lo que va del año los servicios de agua y cloacas aumentaron un 35,31%: un 10% en enero; un 12,65% en febrero y otro 12,65% en la última factura de marzo. Aumentos establecidos durante el gobierno urtubeycista.

García Salado aclaró que no habrá nuevos incrementos.

“La cloración es un punto crítico de control”

Soledad Rodríguez es técnica universitaria en Gestión Ambiental, es investigadora asistente del Conicet en el Instituto de investigaciones no convencionales (Inenco). Es además responsable del laboratorio de calidad de agua de Geisa (grupo de estudio e investigaciones socioambientales). 
La especialista en calidad del agua resaltó la importancia del cloro como potabilizador. Explicó que no puede definir si el agua es de “buena o mala calidad” porque hay diferentes fuentes de agua en la provincia y que de ello depende el “proceso de potabilización”. En aguas de pozo profundo el proceso es más simple, indicó. “En cambio, en agua superficial necesitan más proceso de potabilización, se agregan elementos químicos para eliminar la turbiedad. Luego la cloración, es lo último, es un punto crítico de control. Es uno de los procesos más importantes que tiene el proceso de potabilización del agua. El agua se distribuye en todo el sistema, y debe llegar con cloro que esté dentro de los parámetros”, indicó.
“Las empresas tienen un proceso de cloración que suele estar controlado, todos los días o en planta potabilizadora puede ser cada hora”, explicó. Y aclaró que por diferentes factores, el proceso de cloración puede fallar. Aunque “se tiene que llevar al mínimo posible la posibilidad que haya cloro 0 en la red”, señaló. Consultada sobre el caso del hospital de Tartagal donde se dio ese caso, indicó que “hay que ver si el agua viene directo de la empresa y no de un depósito anterior”, como un tanque de agua. Asimismo advirtió que “el agua que venga de una empresa distribuidora no puede ser con cloro 0”. 
“El cloro desinfecta el agua. El agua con cloro 0 está ante un peligro microbiológico. Falló el cloro y se distribuye el agua a todas las personas que dependen de esa fuente. En ese caso muchas personas están expuestas a un agua que probablemente esté contaminada, porque no está desinfectada”, analizó. La investigadora indicó que los test de cloro son simples, “en mi casa lo hacen mis hijos”. “Si no da la capacidad de controlar el cloro deberían darle herra    mientas al hospital”, indicó. 

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