Internacionales

Cientos de miles de mujeres desafiaron a Trump en todo EE.UU.

Con el Congreso atrás, cientos de miles de personas marcharon rumbo a la Casa Blanca. Foto: Reuters / Bryan Woolsto

En una protesta sin precedente, en Washington marcharon más de 500.000 personas; con las manifestaciones en otros sitios, sumaron 2,5 millones.

Más de medio millón de personas, en su mayoría, mujeres, inundaron ayer las calles del centro de Washington en el primer acto masivo de resistencia a Donald Trump , un día después de que jurara como presidente de Estados Unidos.

Fueron acompañadas por otras tantas personas en ciudades y pueblos del resto del país, en una movilización destinada no sólo a defender los derechos femeninos, sino también a desafiar al propio jefe de Estado, denunciado, durante la campaña, de supuesto abuso de mujeres.

La Marcha de las Mujeres, nacida después de la elección presidencial con un simple mensaje en Facebook, fue la mayor protesta contra un presidente norteamericano recién asumido: hubo más 600 marchas hermanas, desde Los Angeles, Chicago, Miami hasta Nueva York. Pero también fuera de los Estados Unidos, como Londres, París, Melbourne, o incluso la Antártida. Los organizadores hablaron de 2,5 millones de personas en todo el mundo.

En Chicago, la afluencia fue tan grande que sorprendió a organizadores y policía por igual a tal punto de que las autoridades tuvieron que habilitar nuevas calles para la marcha y más transporte público. Unas 150.000 personas protestaron en la ciudad de Barack Obama, que anteayer transfirió el poder a Trump. En Boston, la marcha incluyó a 120.000, número inferior al que desbordó las calles del centro de Los Angeles.

Las marchas estuvieron llenas de celebridades de las artes y de muchas dirigentes demócratas y le dejaron un mensaje claro al nuevo presidente, que ayer se dedicó a firmar decretos y a visitar el cuartel central de la CIA.

La gente llegó a Washington desde todos lados, en autos, ómnibus, trenes o aviones. Hubo jóvenes, adultos y ancianos, y los gorros de lana rosas, la marca distintiva que pintó la protesta, cubrieron las cabezas de mujeres, hombres y chicos. La multitud reflejó la diversidad que se ve en Estados Unidos.

Elizabeth Stucki se subió a un auto en Florida junto a su nuera, viajó hasta el National Mall de Washington, donde un día antes se habían reunido los simpatizantes de Trump para su jura, y a sus 80 años se puso un gorro rosa para la marcha.

«Es lo más importante que podría hacer ahora. No puedo creer hacia dónde se dirige este país», dijo, parada entre la gente en una mañana fría y gris. «Esto es lo peor, lo peor que he visto en mis años. La Segunda Guerra Mundial fue espantosa, pero esto es… digo, ¿hacernos dar este giro de 180 grados? Es terrible, da mucho miedo», agregó.

La marcha cubrió ayer el corazón de la capital con manifestantes que llegaron de distintos estados del país

La marcha cubrió ayer el corazón de la capital con manifestantes que llegaron de distintos estados del país. Foto: Chang Lee/NYT

Todo quedó chico: los trenes del subte, que se movió lento, atestados de personas por la mañana; las calles, los parlantes para escuchar a los oradores que hablaron antes de la marcha -y a Madonna, que cantó-; la cantidad de baños químicos, y hasta la ruta para la marcha. Los organizadores tuvieron que improvisar un trayecto nuevo, del otro lado del Mall, porque la gente había colapsado la ruta original.

«Esto es lo bueno de lo malo, es un derrame de democracia como no vi nunca en mi vida», dijo Gloria Steinem, 82 años, ícono feminista del país y una de las oradoras de la manifestación.

La princesa Leia fue una imagen reiterada en los carteles, acompañada siempre de una convocatoria: «Las mujeres pertenecen a la resistencia». Una pancarta reflejaba la frustración de las mujeres por tener que defender, aún, derechos que parecían ganados, y que aparecen en riesgo con Trump en la Casa Blanca: «No puedo creer que todavía estoy peleando por esto». Varios apelaron al humor y la parodia. Una mujer mostró una imagen de un perro caniche pintado con el pelo de Trump y una definición: «El caniche de Putin».

Hubo muestras de apoyo a mujeres, gays, inmigrantes, musulmanes y la lucha contra el cambio climático. Y recuerdos de la campaña de Hillary Clinton: «El amor se impone al odio» y «Estoy con ella» fueron mensajes reiterados.

«Gracias por pararse, hablar y marchar por nuestros valores, Marcha de las Mujeres. Más importante que nunca. Realmente creo que somos más fuertes juntos», escribió Hillary en Twitter, antes de que comenzara la manifestación.

Tras la concentración en el Mall, la marcha se dividió y recorrió varias calles del centro de la ciudad. Una columna pasó frente al nuevo hotel de Trump, cerca de la Casa Blanca, que estaba vallado.

Las vallas quedaron cubiertas de pancartas, la multitud abucheó al edificio, y algunas personas levantaron una mano con el dedo medio estirado.

La perplejidad y la bronca que sembró el triunfo de Trump en la mitad del país eran palpables. Muchos, aún un día después de la jura del magnate, no parecían terminar de creer del todo el destino que dejó la última elección presidencial. Hubo carteles con insultos al presidente y cuestionamientos a su legitimidad.

Por encima de todo, el mensaje inequívoco de la marcha fue un desafío frontal a Trump, su mensaje y su agenda. «Las mujeres son el muro, y Trump va a pagar», advirtía un cartel. El mensaje estaba dirigido también a los republicanos en Washington.

«No creo que haga una diferencia para Trump, pero sí puede hacer una diferencia para el Congreso, y quizá se den cuenta de que no tienen un mandato, y necesitan actuar con cuidado», dijo Miriam Gaffee, enfermera de 39 años, que se tomó un avión en Seattle junto a su hermana para asistir a la marcha.

Pilar Morfin, una maestra de 26 años, marchaba con un cártel que decía «soy mexicana».

«Esto me encanta. Nada más ver el número de personas que vienen para unirse, para representar no sólo a las mujeres, sino a los latinos, a los musulmanes, a todas las religiones, las culturas, todo. Me impresionan las personas a las que les importa el futuro de nuestro país», sentenció.

Una marea humana

La marcha contra Trump se replicó fuera de EE.UU.

2,5 Millones

Fue la cantidad de personas que se sumó en 30 países, en mas de 600 protestas, a la «Marcha de las Mujeres», que tuvo epicentro en Washington en rechazo a la investidura de Trump como presidente norteamericano

500.000 Personas

Se movilizaron ayer en Washington, el doble de lo que preveían los organizadores; la movilización se convirtió en una marea humana que inundó las calles y parques del centro de la capital norteamericana

 

 

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