Copa AméricaBombas de estruendo para molestar el sueño de la Selección en la previa del clásico con Brasil

Hubo explosiones en la madrugada y también sonaron los despertadores de los teléfonos en las habitaciones.

La oscuridad de la noche, de pronto, se hizo día por cinco segundos. El cielo negro de Belo Horizonte se iluminó de golpe y en medio del silencio nocturno hizo su aparición el primer estruendo de varios. Era pasada la una de la madrugada de este martes, en el que a partir de las 21.30 se jugará la semifinal de la Copa América entre Argentina y Brasil en el Mineirao.

El Hotel Radisson Blu, en el que se hospedan Lionel Messi y la delegación celeste y blanca era el blanco de las bombas de artificio. Un clásico de los torcedores brasileños: tirar pirotecnia en la noche previa al juego para no dejar dormir a los futbolistas o al menos perturbarles el sueño.

Sucede en las Copas cuando los equipos argentinos vienen a cualquier ciudad del país vecino. Y sucedió en la Copa América también. En menor medida, es cierto.

No fueron tantas detonaciones, pero sí potentes. A la 1.30 se escuchó otra que retumbó por las calles vacías del barrio Savassi, donde se encuentra el búnker albiceleste.

Nadie sabe bien desde dónde venían, pero eran cerca. La Policía Militar custodiaba la puerta del Radisson y las adyacencias, pero nada advirtieron. A las 2.40 sonó otra, tipo metralleta. Y cerca de las 4 se escucharon más ruidos. Luego de eso, nada más. Hasta la mañana…

¿Qué pasó luego? Ya dentro del hotel, en el 6° piso, que es el que ocupa la Selección, comenzaron a sonar alrededor de las 6.30 los teléfonos de varias habitaciones a modo de despertador.

Se sabe, los hoteles ofrecen a sus huéspedes el servicio de despertador. Uno avisa a qué hora desea que lo llamen y desde la recepción activan el teléfono en el horario pedido. El problema fue que nadie en la Argentina solicitó que los despierten a esa hora. «Pudimos descansar bien igual», le confirmaron a Clarín desde la delegación.

Alguien desde adentro les jugó una broma pesada en el día del partido. Lo cierto es que si en los días previos el clima de clásico se sentía poco y nada aquí, en Belo Horizonte, este martes ya comenzó a vibrar el partido que todos esperan ver en esta Copa América.