Provinciales

Temporal: 800 evacuados en Salta

La provincia está en emergencia hídrica y social. Anta, Orán y San Martín, los más afectados. En Las Lajitas seguáin evacuadas más de 300 personas y había temor por otro temporal.

En Las Lajitas imperaba la desolación y el temor por un nuevo temporal. En Colonia Santa Rosa, unas 230 personas, refugiadas en un centro comunitario y en la Municipalidad, esperaban que las aguas bajaran para ver cómo quedaron sus pertenencias. Niños, padres y hasta abuelos improvisaban defensas con bolsas de tierra para que el agua no avanzara sobre sus viviendas, en el barrio Estación, en la localidad de Urundel.

La Policía el sábado por la noche, seguía en la búsqueda de una mujer que cayó en un arroyo. De repente, se la llevó la corriente en la zona de Salvador Mazza. Es la primera desaparecida que se cobró el temporal que azota desde hace días a los departamentos de Anta, Rivadavia, Orán y San Martín. Más de 800 personas están evacuadas en todo el territorio provincial.

Por los graves efectos que hasta ahora se registraron, el Gobierno provincial declaró ayer la emergencia hídrica, social y sanitaria en toda Salta.

La medida, afirmaron desde el Grand Bourg, «implica poner a disposición todos los recursos del Estado para atender la situación con la celeridad que requiere el caso».

La búsqueda

Eran las 6.50 de ayer cuando un gendarme vio que dos mujeres intentaban cruzar un arroyo en el paraje El Chorro, en la Salvador Mazza. Se trata de un área de frontera. Ambas iban desde Argentina hasta Bolivia.

El efectivo, según informó la Policía, intentó advertirles sobre el peligro, pero no se puedo evitar el incidente.

Una de las mujeres cayó al arroyo y las aguas no tardaron en llevársela. La persona que la acompañaba adujo que no la conocía. Nadie, por cierto, radicó una denuncia por la desaparición. No hay datos de la edad de la víctima. El operativo de búsqueda estaba a cargo de Bomberos y la Policía.

En Las Lajitas, la localidad más hostigada por el temporal, el intendente Alberto Antonio Fermani dijo que el estado de emergencia continuará porque se esperan nuevas precipitaciones.

Ayer, luego del mediodía, salió el sol y la humedad en el ambiente hacía que los pobladores continuaran pertrechando sus viviendas con bolsas de arena y chapas. Uno de los más afectados fue el barrio San José por el temporal que comenzó en la madrugada del jueves y siguió hasta la del sábado. En la calle Antártida Argentina las familias Reynoso y Banegas experimentaron el verdadero infierno de agua. Nelson Reynoso dijo que nunca había vivido algo así. Celia Banegas, de la calle Ricardo Fernández, intentó con sus hijas taponar las puertas pero lo mismo la correntada entró y se llevó lo poco que tenían.

Se debe decir que es un barrio de los más antiguos y que la pobreza es estructural. Lo del viernes fue un tiro de gracia.

Tampoco quería abandonar su casa porque la ola de robos estuvo en su hora precisa.

En la plaza central del pueblo estaban las brigadas de bomberos voluntarios de varias localidades, personal de Samec, y Defensa Civil de la Provincia, entre otros, entregando la poca mercadería, colchones y agua que iba llegando.

El estado deplorable de la ruta provincial 5 hizo que uno de los camiones que llegaba trasladando las provisiones desbarrancara de la calzada mojada y llena de baches.

Personal de la Municipalidad local, al mando de la secretaria de Acción Social, Emilce Quintana, estaba en la tarea titánica de contener a las familias afectadas en un salón comunal.

“Tenemos a 90 familias evacuadas, entre las que se cuentan 141 adultos y 173 menores; aunque el diagnóstico aún es provisorio teniendo en cuenta los parajes a los cuales no llegamos todavía”, declaró.

De los 19 barrios del pueblo, quedaron 8 en estado “crítico”. En cuanto a los parajes, Río del Valle, a 5 kilómetros y Piquete Cavado ya había llegado personal municipal para relevar los daños. En la calle Eva Perón, del primero, en la casa de Alberto Palavecino el agua había subido un metro. “El viernes fue el peor día. Ahora tenemos miedo porque parece que se viene otro temporal”, dijo. En tanto que Rosana Álvarez dijo que los vecinos tienen un pluviómetro por el cual se midieron 400 milímetros de precipitaciones entre las dos madrugadas.

El rescate

De los parajes, el que más preocupaba era Palermo. Ahí está una escuela rural con una matrícula de 60 niños, a unos 13 kilómetros de Las Lajitas. Los chicos fueron a clases el viernes y el sábado no podían salir.

Al cierre de esta edición, el agua había comenzado a bajar y el personal de Bomberos Voluntarios de Metán, al mando de Hugo José Díaz, y dirigidos por el secretario de Obras Públicas municipal, José María Garella, había llegado hasta la escuelita del monte.

El funcionario informó que los niños ya estaban saliendo a pie, con sus dos maestras y la maestranza, para Río del Valle en donde luego ya podrían llegar a sus casas tranquilamente.

“Ante la lluvia, muchos padres decidieron no mandar a sus chicos a la escuela, es por eso que solo habían 19 niños, que esta noche dormirán en sus casas”, confirmó Garella.

En tanto que la gerenta general del hospital local, Liliana Andaloro, dijo que no había casos graves en su área de cobertura. Preocupaban sí los niños de Palermo, pero que desde temprano estaban al tanto de la situación porque las maestras se comunicaron mediante radio.

“La situación es grave. En muchas zonas no hay luz ni agua para prevenir cortocircuitos y enfermedades porque los pozos colapsaron. En consecuencia, necesitamos agua mineral y los medicamentos básicos”, dijo la doctora.

En la misma línea la secretaria Quintana le dijo a este medio que necesitan de todo. “Lo que llegue será bienvenido. La gente necesita colchones, ropa, calzado, agua, alimentos y lo más importante: leche y pañales. Tenemos a muchas familias de los barrios Güemes, Setenta y el asentamiento La Vía”, dijo la mujer que estuvo trabajando por más de 48 horas sin dormir.

El que más duele es el asentamiento del ferrocarril. Ahí no tenían nada más que naylon y cartones de vivienda. El agua le llevó eso y hasta la esperanza. Tomás Dávila, trabajador rural, estaba ayer secando su colchón en la resolana porque aseguró que el agua le llegó al pecho.

“Lo que vieron no es lo más grave. Lo peor vendrá cuando el agua se retire y devele la tragedia natural más grande registrada Las Lajitas”, concluyó el intendente.

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