El viernes pasado se cumplieron dos años desde la primera vez que la pequeña imagen derramó lágrimas que parecen sangre, por el color rojo que terminó tiñiendo la cara de la Virgen. Crece la devoción.
Una imagen de la Virgen Rosa Mística va llorando 44 veces, y coincidentemente el impactante suceso se repitió el viernes pasado, al cumplirse dos años del primer misterioso hecho que conmociona a los metanenses, al resto de los salteños y vecinos de otras provincias y hasta del exterior, que llegan a la localidad a pedirle favores, sanaciones, milagros y para agradecer.
Fue un día muy especial, ya que los devotos se congregaron en la casa de la Familia Frías-Mendoza, propietaria de la imagen, donde con gran sacrificio lograron construir un oratorio para que todos puedan venerarla con mayor comodidad.
«Nuestra madre volvió a llorar este viernes, a las 13.17, en el día de su segundo aniversario. Yo fui a prenderle una velita y al ratito comenzó a derramar lágrimas de nuevo. El año pasado, cuando se cumplió el primer año, también lloró», dijo Rosana Mendoza, integrante de la familia que asegura que es bendecida por estos misteriosos sucesos.
Según los registros, la virgencita ya derramó lágrimas, que a veces parecen sangre y otras veces son cristalinas, en 44 oportunidades.
«Nosotros anotamos todo en un cuaderno que todos pueden consultar. Por suerte ya contamos con el oratorio que tanto anhelábamos. Las actividades en el segundo aniversario comenzaron a las 15 con el rezo del rosario, también le cantamos a nuestra madre. Luego la llevamos en procesión a la capilla Sagrado Corazón, donde hubo una misa a cargo del padre Gustavo Paredes», destacó.
El tan extraño como llamativo hecho sigue causando conmoción en esa ciudad del sur provincial, y llegó a ser noticia nacional.
Es que de una pequeña imagen de yeso, de unos cincuenta centímetros de altura, brota un líquido de la zona de sus ojos que le tiñe todo el rostro de rojo.
La familia propietaria, que descubrió el misterioso hecho cuando la Virgen lloró por primera vez, el 5 de abril de 2017, residía en una vivienda ubicada en el barrio Marco Avellaneda.
Ahora están en la calle San Lorenzo (Este) a la altura del 522, en inmediaciones del barrio Granadero Díaz, donde lograron construir un oratorio.
«Estos dos años con nuestra madre que llora han sido de muchas bendiciones. Sigue llegando mucha gente a hacerle pedidos y a agradecer. Se le atribuyen muchos milagros y sanaciones. Hace poco hubo otro milagro concedido a una mujer de Salta capital que vino porque tenía un tumor en la cabeza. Los médicos le dijeron que era muy grave y ella comenzó a venir todos los sábados. La virgencita escuchó sus pedidos y se sanó», relató Rosana Mendoza, que junto a su esposo, Antonio Mateo Frías, un empleado municipal, todavía se siguen asombrando por las sanaciones, sin explicación científica de los que llegan a visitarla para darle gracias. Muchos de esos testimonios fueron publicados por El Tribuno e incluso un periodista de este medio fue testigo de cómo salían lágrimas de los ojos de la pequeña imagen.
Indiferencia de la Iglesia
Para los metanenses el llanto de la Virgen, que fue visto por decenas de testigos a lo largo de estos dos años, sigue siendo un misterio. Pero la Iglesia prefiere el silencio, ya que no hubo comunicados oficiales al respecto.
Los testimonios
«Para nosotros es algo emocionante este segundo aniversario, porque venimos rezando con un grupo de mujeres todos los días, por todas las peticiones, y hubo muchos milagros concedidos a mucha gente», dijo Graciela Giménez, devota de la Virgen Rosa Mística.
«Muchas personas llegan a diario, sobre todo en este tiempo de crisis económica. Nuestra madre derrama bendiciones en todos, por eso en el caso de nuestra familia estamos bien de salud y seguimos adelante», destacó.
«Hay registros de muchos testimonios de milagros concedidos a gente de Metán, de otras partes de Salta y de distintas provincias. En estos dos años fue creciendo la fe y la devoción hacia esta «Virgen que llora». Hemos sido muy bendecidos este año, porque ya tenemos el oratorio, que se construyó con la ayuda de la gente y para lo que realizamos actividades, como la venta de rifas», destacó Giménez.
A la construcción solamente le falta el revoque, la pintura y la colocación de cerámicos.
Por su parte, Angélica López, dijo: «Somos muy devotas y le tenemos mucha fe a la Virgen, por eso venimos a rezar con fe y a dar gracias por esta bendición. Nuestra madre es muy milagrosa. Creo que llora porque nos pide oración, pero a la vez muestra felicidad y alegría porque nosotros nos encontramos todas las tardes en este oratorio».
«A mí particularmente me provoca alegría verla llorar, porque son bendiciones para todos nosotros. Nuestra madre está acá en Metán manifestándose de esta manera, para darnos un mensaje de fe y esperanza», destacó.
«Ya ha hecho muchos milagros. Yo todo lo que le pido se cumple y por eso soy muy devota», concluyó López.
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