Tenía 83 añosMurió Astrud Gilberto la voz de «Garota de Ipanema»

El tema compuesto por Vinicius de Moraes y Tom Jobim tiene más de una explicación.

Astrud Gilberto murió este martes a los 83 años. Además de ser la mujer de uno de los padres de la bossa nova, Joao Gilberto, se hizo mundialmente conocida por grabar Garota de Ipanema, junto a su marido y el saxofonista Stan Getz, en el disco de 1964 Getz/Gilberto.

Astrud Gilberto había nacido en Salvador de Bahía (Brasil) el 29 de marzo de 1940, de madre brasileña y padre alemán, por lo que decidieron llamarla como una diosa de Alemania.

Su madre tocaba diversos instrumentos y su padre era profesor de idiomas. Astrud creció rodeada de música y aprendió, además del portugués y español, el francés, italiano, inglés o el japonés.

A los 19 años se casó con el guitarrista Joao Gilberto, del que tomaría el apellido y al que acompañó en diversas actuaciones, entre ellas a un concierto en la Facultad de Arquitectura de Río de Janeiro.

Éxito instantáneo

En 1963, durante una grabación de su marido en Nueva York, conoció al saxofonista Stan Getz, quien buscaba una voz para el tema en inglés Garota de Ipanema. El éxito fue absoluto y Astrud Gilberto -que no era aún cantante profesional-, su encanto natural y su voz susurrante con esa canción, incluida en el disco Getz/Gilberto, harían triunfar el ritmo brasileño en los Estados Unidos.

Hay quienes dicen que cuando se separó de Gilberto y encaró una gira con Stan Getz también habría habido una historia de amor entre ellos.

El tema había sido originalmente grabado en 1962, con letra de Vinícius de Moraes y música de Antonio Carlos Jobim, más conocido como Tom Jobim.

Así, la joven se convertía en parte de la leyenda de la “bossa nova” con una canción que reunió a Stan Getz con Jobim y otro de los padres del género, Joao Gilberto.

La historia de la canción

Dice la leyenda que Vinicius de Moraes y Tom Jobim crearon Garota de Ipanema, la canción brasileña más interpretada en el mundo, en una tarde, cuando bebían en un bar y vieron a una hermosa joven camino a la playa. Y, por cierto, la escena le agregaba poesía al superhit de la bossa nova.

Aunque tal vez no haya sido tan cierto eso de que Vinicius y Tom escribieron el tema mientras espiaban el «dulce balanceo» de las caderas de una joven Heloísa Eneida Menezes Paes Pinto cuando iba a la playa o hacía mandados para sus padres.

Con la apertura del Acervo Digital Vinicius de Moraes (una empresa creada por los herederos del artista), aquella imagen idílica que presentaba a ambos compositores en el Bar do Veloso, de la antigua calle Montenegro de Ipanema (hoy Vinicius de Moraes), en Río de Janeiro, quedará en la memoria de un pasado que, en verdad, no tuvo tanto que ver con la realidad.

Y los más de 11.000 archivos que documentan la historia creativa del poeta, compositor, diplomático y dramaturgo brasileño parecen demostrar que no todo fue como lo creímos hasta ahora.

Es que el material «desclasificado» revela que De Moraes, considerado uno de los padres de la «bossa nova», no era de esos que te escriben un hit en una servilleta, y que, al contrario, acostumbraba revisar, rehacer, editar y corregir toda su producción literaria y musical varias veces antes de ofrecer la versión final.

«En los archivos sobre su producción intelectual podemos ver que Vinicius era un hombre que era un trabajador de la palabra. Y por eso un poema o una canción podían demorar años antes de ser concluidos», explicó a EFE Julia Moraes, nieta del compositor, responsable de la iniciativa y directora de VM Cultural, la empresa creada por los herederos del artista.

«Muchos creen que compuso Garota de Ipanema sentado en un bar, bebiendo su cerveza en una tarde de sol y conversando con Tom Jobim. Pero en realidad no fue así. La canción tiene varias versiones en las que es posible ver una búsqueda intensa por palabras y rimas. Él cambia varias palabras, se cuestiona y va perfeccionando su voz lírica mediante un trabajo constante y prolongado», afirmó.