Es la única mujer en la actualidad que dirige rugby en Salta. En dos años de carrera ya dirigió divisiones infantiles, juveniles y primera. Este año pasó a integrar el panel de árbitros de la UAR.
A María Cabaña no la mandaron a lavar los platos, pero si a jugar al hockey, que parece distinto pero tiene el mismo sentido. Pero no le importó. Se bancó el momento y después le pidieron disculpas. Es desde el 2015 árbitro de rugby, la segunda en la historia de la disciplina en Salta y la única que se mantiene en actividad. A los 22 años se ha ganado un lugar en las canchas de la provincia, donde los hombres son mayoría pero ella es la que imparte la ley del juego, convirtiéndose en una colaboradora entre los jugadores.
Con una carrera de dos años ya ha logrado muchas cosas. Comenzó dirigiendo rugby infantil en 2015; el año pasado asumió la responsabilidad de arbitrar en partidos juveniles y también en seven. El 2017 llegó con más desafíos, puesto que desde el primer día de febrero se convirtió en integrante del panel de árbitros de la Unión Argentina de Rugby.
A El Tribuno le comentó algunas cosas de todo lo que vive. Desde sus comienzos hasta este presente que la tiene como una de las siete integrantes del panel nacional.
Sobre sus inicios cuenta: «Comencé a jugar al rugby en 2014 por la invitación de un amigo, me dijo que lo pruebe y me gustó. Fui medio con dudas, pero desde el primer día me encantó y no lo pude dejar. Al año siguiente mi amigo era árbitro y me pareció un desafío interesante aprender más del juego en general. Hice el curso de árbitro, lo aprobé y me invitaron a dirigir rugby infantil. Empecé con muchos nervios, preguntando todo y por suerte los demás árbitros me dieron muchos consejos. El año pasado comencé a arbitrar en divisiones juveniles, desde M-15 hasta M-17. Actualmente sigo dirigiendo juveniles, el seven, primera y primera desarrollo».
Como parte del panel UAR la salteña participará entre el 26 y 27 de febrero de una concentración nacional en Buenos Aires. «Ahí nos van a transmitir todas las modificaciones que hubo, como se va a trabajar durante el año», contó la salteña.
En el camino que construye en el rugby María encontró algunas voces que se resisten a la idea de ver a una mujer jugar al rugby, porque además de árbitro ella también lo juega. «Por suerte la gran mayoría de las personas que están en el ámbito del rugby son muy respetuosas. Por más que no les parezca que las mujeres jueguen al rugby respetan nuestra decisión», expresó.
A veces esa resistencia se traslada al campo de juego. «Dirigiendo un seven de juveniles estabamos en un scrum y la pelota salía y salía por la boca de la formación. El scrum se tiene que jugar y parece que el entrenador ya estaba cansado y me gritó ‘porque no te vas a jugar al hockey’. Yo me di la vuelta lo miré y seguí dirigiendo. Sus compañeros, sus mismos jugadores lo callaron y se lo llevaron de ahí. Después los jugadores de ese club vinieron y me pidieron perdón. Son cosas que pasan; por suerte la gran mayoría son muy respetuosos», contó.
Situaciones como esa pasan en los mejores deportes, pero en el rugby hay un espíritu de reconocer los errores y pedir perdón, más cuando se trata del árbitro. Eso apoya a María y convierte un mal momento en una experiencia más.
Sobre el rugby femenino María destaca el crecimiento que se da en distintos puntos del país y el camino que falta recorrer en Salta. «El año pasado viaje al Nacional de rugby femenino y ahí vi que Salta está un poco atrasada. En Tucumán las mujeres tienen distintas divisiones de plantel superior y acá todavía estamos jugando desarrollo, que significa que pueden jugar desde los 14 años hasta la edad que quieran todas juntas», contó la jugadora de UNSa Rugby, uno de los tres equipos femeninos que desarrollan su actividad en Salta. Los otros son Católica Vaqueros y Tiro Federal.
Así vive María el rugby y el arbitraje. Marcando desafíos en cada pasó que da, señalando como metas primero recibirse de arquitecta y luego seguir dirigiendo. «Con esta designación de la UAR se me renuevan las ganas de seguir creciendo, aprender y seguir jugando». Espera otro año de crecimiento a nivel local y también a nivel nacional, donde se le abrirán nuevas puertas para demostrar que puede ser protagonista en un deporte que de a poco le da un espacio a las mujeres
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