Política

Los datos que enviarán sobre Odebrecht apuntan a los intermediarios

Esta semana empezaría a llegar información sobre el capítulo argentino, que también contiene datos sobre los socios locales que utilizó para canalizar coimas.

La información que podría empezar a llegar esta semana de Brasil sobre el capítulo argentino del Lava Jato incluirá un ingrediente decisivo: los intermediarios.

Aparecerán identificados por Odebrecht como «lobbistas» o como «socios locales» para los negocios de la empresa en el país. Y sólo a través de ellos podrán identificarse quiénes fueron los destinatarios finales de las coimas, según publicó La Nación.

Los nombres de esos intermediarios y «socios locales» se mantienen bajo llave. Pero los indicios apuntan al entorno del ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido, a sus principales colaboradores y, en particular, a un lobbista que merodeó a su alrededor durante años: Jorge «el Corcho» Rodríguez.

Las empresas con las que Odebrecht debió relacionarse como «socios locales» para ganar ciertos contratos son más difusas. Pero ciertos nombres comienzan a salir a la luz y tres sobresalen: BTU, de Carlos Mundin, señalada por su buena relación con De Vido; Iecsa, mientras fue de Ángelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri, y Esuco, de Carlos Wagner, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción durante ocho años del kirchnerismo.

Toda esa información que permanece bajo llave en Brasil debería liberarse para la Argentina y otros países a partir del jueves 1° de junio. Pero podría demorarse por decisión de los fiscales brasileños que lideran el Lava Jato. Se encuentran sobrepasados por sus propias investigaciones; en particular, desde que avanzan sobre el actual presidente, Michel Temer, y sus antecesores, Dilma Rousseff y Luiz Lula da Silva, indicaron a LA NACION desde Brasil.

El arribo del material a la Argentina podría demorarse por otros motivos. Entre ellos, porque Odebrecht aún no fue notificada de algún requerimiento enviado desde Buenos Aires, como lo impone la cláusula 21° del acuerdo de cooperación que la constructora firmó con los investigadores brasileños y refrendó el juez Sergio Moro, y cuya copia obtuvo el diario La Nación..

Sin importar si la información sobre las coimas de Odebrecht llega o no el jueves, lo relevante será su contenido. Incluirá copias de los tramos relevantes de los expedientes brasileños, transcripciones de las declaraciones de los protagonistas de esos delitos que se acogieron al régimen de «delación premiada», documentos que ayuden a convalidar los dichos de esos delatores y hasta los videos de sus confesiones.

Todo ese material permitirá a los fiscales argentinos Federico Delgado, Franco Picardi y el titular de la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA), Sergio Rodríguez, avanzar otro paso contra aquellos que embolsaron al menos US$ 35 millones en coimas de Odebrecht entre 2007 y 2014, según la propia compañía admitió ante la justicia de Estados Unidos.

¿Quiénes podrían resultar los protagonistas del material que llegue desde Brasil? Entre los «delatores» podría aparecer uno de los dueños de la constructora, Marcelo Odebrecht, condenado a 19 años y 4 meses de prisión, pero que se convirtió en un «delator premiado» y logró que le redujeran la pena a sólo tres años tras las rejas a cambio de contar lo que sabía.

Otro «delator» será uno de los jerarcas de la constructora, Marcio Faria da Silva, quien adelantó que dos «agentes públicos» cobraron «propinas» en la Argentina para que Odebrecht obtuviera «ventajas indebidas» a la hora de pelear un contrato para la extensión de las redes troncales de gas, según reveló LA NACION el 24 de abril último. Es decir, el multimillonario negocio que en la Justicia argentina se investiga como el caso «Skanska II».

Junto a Odebrecht, aquel proyecto abarcó a varias empresas locales. Entre ellas, a Esuco, de Wagner; a BTU, que mostró un crecimiento exponencial durante la última década, y Contreras Hermanos, empresa que ya arrastra sus propios problemas por el Lava Jato en Brasil.

Desde BTU rechazan cualquier irregularidad. «Es falso que hayamos ganado obras por algo que no sea nuestra capacidad profesional y técnica. Conseguimos ser calificados por TGN (Transportadora de Gas del Norte) como una de las pocas empresas con capacidad e idoneidad para realizar grandes obras de energía y gas como gasoductos y plantas compresoras de gas», indicaron. «Ese fue el motivo por el que pudimos acceder a ser subcontratistas de Odebrecht. Trabajamos como subcontratistas en esas obras todas las empresas argentinas que reuníamos estas capacidades, principalmente Techint», recordaron.

Un tercer «delator» con datos calientes sobre la Argentina será Hilberto Mascarenhas, identificado en Brasil como el responsable de instrumentar el pago de esas coimas a los funcionarios argentinos. Volcado ya a la delación premiada, este ex ejecutivo de Odebrecht detalló en marzo ante la Justicia de su país que la compañía pagó US$ 3390 millones en sobornos y el financiamiento negro de campañas electorales en Brasil y varios países de América latina y África. Es decir, lo que en su país engloban bajo el título «Caixa 2».

¿Qué funcionarios o ex funcionarios argentinos aparecen comprometidos? Es difícil precisarlo, pero las sospechas apuntan a De Vido y sus principales colaboradores. Entre ellos, su secretario de Transporte Ricardo Jaime, y su subsecretario de Coordinación Roberto Baratta.

Por el lado de los operadores, tres lobbistas que actuaron como puentes para las coimas argentinas ya salieron a la luz desde Brasil durante los últimos meses. Uno es Manuel Vázquez, quien medió entre Odebrecht y Jaime. Los otros dos son los brasileños Fernando Soares y Jorge Luz, canales para que Electroingeniería se quedara con Transener y que señalaron a De Vido y a su asesor, Roberto Dromi, como receptores de «propinas» para que así fuera.

Vázquez encarna un caso testigo sobre cómo actúa un intermediario, según surge de los mails que la Justicia argentina extrajo de sus computadoras. Allí consta cómo ofrecía sus servicios -y sus facturas- de consultoría para recibir dinero cuyo destinatario final era Jaime, aunque más de una vez aludió hacia más arriba, al «número uno».

El propio Vázquez admitió ante la justicia argentina la metodología que, según los indicios que llegan desde Brasil, también adoptó con Odebrecht. Lo hizo al confesar que él intermedió en el pago de una coima por US$ 1,15 millones que pagó LAN en 2006 para operar en el país. Según el testaferro de Jaime, aquellos dólares -que él disfrazó como honorarios por una supuesta auditoría- fueron para los sindicatos, no para el entonces funcionario. En cuanto a la aerolínea, la Justicia de Estados Unidos le impuso una multa de US 19,45 millones, una década después.

El 1° de junio, de todos modos, será apenas una fecha entre varias más. Cuatro días después, será el turno para que el «cuevero» o «doleiro» Leonardo Meirelles aporte la documentación que prometió sobre las transferencias por un total de US$ 850.000 que dijo haberle enviado al actual jefe de la inteligencia argentina, Gustavo Arribas, por orden de Odebrecht u OAS, otra de las constructoras involucradas en el Lava Jato. Fue convocado para el lunes 5, en San Pablo.

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