Un noble gesto de Antonella Castro, una estudiante del Colegio Secundario N´ 5073 de Rosario de Lerma.
La vecina que había perdido las cosas pensó que nunca las recuperaría pero gracias a la joven pudo recuperar todo.
Un simple gesto de honestidad pudo ayudar en un momento de mucha angustia de una vecina que había perdido documentación y dinero en un colectivo de la línea del SAETA atestado de gente. Ocurrió este viernes pasado el mediodía. Antonella Castro estudiante del quinto año del Colegio Secundario N´ 5073 «Genoveva Astigueta» de Rosario de Lerma, observó que una carpeta había sido olvidada en uno de los asientos de pasajeros de la línea interurbana en el tramo Cerrillos – Rosario de Lerma.
Había visto a una mujer sentada en ese lugar y pensó que podía ser la dueña. Apenas se bajó del colectivo trató de ubicarla pero sus esfuerzos fueron en vano. Al llegar a su colegio a clases inmediatamente se acercó a la dirección del establecimiento para buscar la manera de hallar a la propietaria de esta carpeta olvidada.
«Abrí la carpeta y había documentación, recetas, y dinero. Me pregunté quién sería la señora, los papeles, al parecer, tenían su importancia porque todo estaba relacionado con la salud de dos personas. Y el dinero seguro le iba a hacer falta», relató Antonella.
La joven estudiante de 17 años, concurre al 5´ año del colegio secundario rosarino, pero vive en Salta. Todos los días viaja en el mismo horario. Fue así como encontró la documentación en el SAETA.
«Como teníamos los datos de la señora, los subimos a las redes para buscarla. Hasta que logramos ponernos en contacto con ella. Fue de inmediato, porque la señora también pedía ayuda para encontrar su carpeta». El llamado mediático surtió efecto. En unas cuantas horas se enteraron que esa documentación y el dinero tenían un dueño que intentaba recuperar lo extraviado.
Sonia Ríos de Morales es la dueña de toda la documentación y el dinero guardado en esa carpeta. La vecina de Barrio Balbín de esta ciudad había estado toda la mañana yendo de un lado al otro sacando turnos médicos para la atención de una dolencia de su marido Juan Carlos Morales. Sonia contó a El Tribuno que llevaba alrededor de mil pesos y las recetas y estudios médicos. Que le había costado mucho obtener los turnos, y que el dinero era lo único que le había quedado después de pagar las diligencias médicas.
«Cuando me contactaron me vino un alivio tremendo. Sabía que iba a ser difícil recuperar todas las recetas y estudios médicos de mi marido. Anduvimos días y días en estos trámites, y perderlos por un descuido producto de la tensión acumulada en estas jornadas».
Sonia, después de tres horas recibió la mejor noticia. Inmediatamente se acercó al colegio secundario a retirar su carpeta de color marrón olvidada en un colectivo de la línea de SAETA. «Llegue y me abracé con esa jovencita. Tuvo un gesto de gran honestidad. Quizás para algunos sea poco dinero, pero a mi me sirve y lo que representa recuperar los exámenes médicos, y los turnos, para nosotros es muy importante. Ese monto es lo que nos quedó de tantos gastos que hice con tantos análisis y trámites. Estoy tan agradecida con Antonella, que la abracé muy fuerte y le agradeceré siempre su gesto».
La acción de hallar y devolver algo extraviado pareciera que es simple. En estos días donde es imposible contar actos de nobleza en la sociedad, resaltar lo hecho por Antonella es necesario. La joven estudiante no quiso aceptar recompensa alguna. Se emocionó junto con Sonia de Morales por el final feliz de esta historia.
Antonella Castro piensa terminar su secundario y seguir la carrera de Psicología.
Fuente: El Tribuno
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