Entre ellas no sólo la sangre de uno de los imputados, sino también la propiedad del polémico perro caniche toy.
“Hace casi un año que estamos constituidos como querellantes, cuando termina el juicio contra Cajal y Vargas automáticamente al quedar absueltos pedimos que en virtud de la sentencia se nos tenga constituidos como querellantes a partir de la nueva ley que reforma el código procesal”, comenzó diciendo el letrado.
“En ese momento iniciamos una serie de pedidos, uno de ellos era el cambio de fiscales”, continuó para luego enfatizar: “No podían ser los mismos que habían perseguido a Cajal. Cuando entra el nuevo procurador le solicitamos que lo primero que se haga sea cambiar a los fiscales”.
La causa continúa avanzando, hasta que “en abril se asigna un nuevo grupo de tareas de investigación, conformada por algunos de aquellos que habían conformado el primer grupo de investigación y otros nuevos”, y “en septiembre aparecen las nuevas pistas en torno a los hermanos Saavedra”.
¿Cómo se llega a los hermanos Saavedra?
“Se suelen sondear personas o bandas y en algunos casos aportan datos de personas que se saben que se dedican a delinquir. En este caso la característica era que nunca los habían podido agarrar, todo esto se confirma porque se hacen allanamientos y se descubren elementos robados”.
Se los termina de vincular a la causa porque “afuera de donde vivían había vehículos similares a los que se habían visto en la casa de Jimena Salas, con esta modalidad del perrito extraviado que lo querían rescatar”.
¿Qué pruebas los vinculan más allá del ADN positivo?
“Se descubrió que eran hinchas de Gimnasia y Tiro, hay muchos hinchas de Gimnasia y Tiro, pero aquí viene lo importante, revisando las redes sociales de Nicolás Javier Saavedra hay una foto de él con unos zapatos similares a los de una foto que se pudo extraer del teléfono de Jimena salas, con un llavero de ese club colgando del bolsillo derecho y un pantalón negro”.
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