La casa de altos estudios avisó por WhatsApp quiénes pueden vacunarse contra el COVID-19. La medida fue criticada por los estudiantes. «Vacunaron a muchos contratados y militantes. Dejaron afuera a los verdaderos enfermos», expresaron.
La medida y una seguidilla de fotos desató la furia en la Universidad Pública de Salta. En esta jornada, la casa de altos estudios informó a la comunidad que su personal accedió a la vacunación contra el coronavirus. Sin especificar cuántos fueron los vacunados, ni tampoco quiénes pertenecen al grupo de riesgo, las autoridades se tomaron una atribución que generó la indignación en toda la comunidad estudiantil.
Para nada claro
Esta mañana, un sorpresivo mensaje de WhatsApp llamó la atención de los desprevenidos. El escrito indicaba a los Consejeros (tanto superiores como directivos) los pasos que deben llevar adelante para vacunarse contra el COVID-19.
«El Rectorado acaba de informar que hoy (27/05/21) a partir de horas 12.00 a 18.00 pueden ir al Centro de Salud de Castañares, sin turno, para colocarse la primera dosis de la vacuna», señala el mismo
Sorpresivamente la decisión fue tomada de manera unilateral y poco democrática. Jamás se instaló el debate dentro de los espacios de representatividad. Algunos estudiantes remarcaron que el «beneficio» que le otorgaron a los consejeros es por el vínculo político que mantienen con el rector Víctor Hugo Claros.
No dejemos de lado a los contratados
La exclusividad no cayó solamente sobre «ciertos estudiantes», sino también sobre los «trabajadores». Sin dar detalles específicos sobre la cantidad, ni tampoco cuántos trabajadores son de riesgo dentro del Campus Universitario Gral. San Martín, la universidad le indicó a su personal que puede inocularse en el Centro de Salud de Castañares bajo la misma modalidad.
La felicidad de muchos se vio plasmada en fotografías que se viralizaron en las redes sociales. Las críticas no tardaron en llegar. Estudiantes se comunicaron con Que Pasa Salta para denunciar que uno de ellos no es Personal de Apoyo Universitario, sino un simple contratado.
«Hay quiénes se vacunaron sin tener ninguna patología de riesgo, teniendo 20 años, pasando por alto a sus compañeros enfermos. El Personal de Apoyo Universitario concursa para llegar a ese cargo, acá le dieron lugar a vacunarse a simples contratados, como el chico que entró a trabajar por ser militante de Claros, ósea por el solo hecho de ser militante ya fue vacunado. ¿De qué empatía me están hablando?», expresó un estudiante que pidió reservar sus datos.
La decisión que tomaron las autoridades no cayó para nada bien dentro de la universidad. Si la ausencia de un protocolo o programa de vacunación que garantice las clases presenciales generó malestar, esto fue la gota que rebalsó el vaso. Algunas agrupaciones políticas sostuvieron a Que Pasa Salta que le solicitaron al rector un informe detallado de todo el personal vacunado.
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