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La falta era indirectaGolazo a lo Chilavert en la Reserva de San Lorenzo: el arquero pateó desde 75 metros y zafó de ser anulado

Lo marcó Santiago Carreras ante Talleres por el Torneo Proyección. Al igual que el ex Vélez en 1996 y frente a River, el chico probó desde su campo.

Dicen que el arquero es el puesto más ingrato del fútbol, eso hasta que pasan cosas como la de esta mañana de miércoles, en Arroyo Seco, y por el Torneo Proyección de la Copa de la Liga Profesional, el llamado torneo de Reserva. Santiago Torres, el 1 de San Lorenzo, salió despedido de su arco para patear un tiro libre desde la mitad de su campo y la puso en el ángulo del otro lado para gritar con todo el 1-0 parcial ante Talleres. Y atención al detalle: la infracción fue un fuera de juego, por lo tanto indirecta, pero como se desvió en el arquero rival, eso lo hizo válido.

El gol de Santi, categoría 2004 y formado en las inferiores del club de Boedo, hizo recordar al que marcó un tal José Luis Félix Chilavert, jugando para Vélez contra River en Liniers. Aquella noche de marzo de 1996, el paraguayo tomó la misma decisión, se hizo cargo de un tiro libre directo un poco más cerca de la mitad y sacó un bombazo que se le coló por arriba a Germán Burgos, quien se desempeñaba también en la Selección Argentina.

Campeón de la Libertadores y la Intercontinental con Vélez, Chilavert le ponía con ese gol un hito más a su prodigiosa carrera, que lo tiene como uno de los máximos ídolos de la historia del Fortín y entre los mejores arqueros de todos los tiempos en el fútbol argentino.

Corría la tercera fecha del Clausura de ese año cuando Chila, estandarte de un equipo que a esa altura ya se había coronado en múltiples ocasiones bajo las órdenes de Carlos Bianchi, marcó un verdadero golazo (pese a no necesitar ningún otro mérito o récord para quedar grabado en las páginas doradas del fútbol mundial) que diferenció -una vez más- su apellido del resto y colaboró con lo que fechas más tarde sería el bicampeonato local de su equipo.

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Aquel lluvioso 22 de marzo pero de 1996, la V azulada empataba 1-1 ante el Millonario, en el Estadio José Amalfitani. Juan Gómez había abierto el marcador para el visitante en el primer tiempo y apenas iniciado el complemento, Fernando Pandolfi, tras un desborde de Christian Bassedas, lo había igualado. Si bien los dirigidos por el Virrey habían llegado al empate, no lograban justificar la leve superioridad que mostraban en el juego, hasta que, a los 22′, sucedió lo impensado.

Unos metros atrás del círculo central (en campo velezano) Enzo Francescoli le cometía lo que en ese instante parecía una intrascendente infracción al Pacha Cardozo. Momentos después, Bassedas y Mauricio Pellegrino acomodaban la pelota -con mucha tranquilidad- esperando que el equipo se ordene para ponerla en juego. Sin embargo, cuando nadie lo esperaba, Chilavert salió corriendo del área que defendía, se adelantó a sus dos compañeros y, para sorpresa de propios y ajenos, disparó un potente zurdazo que atravesó las alturas del Amalfitani y, tras 60 metros de vuelo, se clavó, sin piques de por medio, en el arco de Burgos, quien cayó desparramado junto al balón, justo para la foto.

Santiago Torres, el arquero de San Lorenzo que sorprendió con su golazo frente a Talleres en la Reserva.
Santiago Torres, el arquero de San Lorenzo que sorprendió con su golazo frente a Talleres en la Reserva.

«Agáchese o lo mato», le dijo Chilavert a Carlos Mastrángelo (árbitro del duelo), segundos antes de impactar el balón que terminaría cruzando la línea del arco para regalarle a los hinchas fortineros (y al fútbol en general) uno de los goles más lindos e inéditos de todos los tiempos. Bianchi, por su parte, incrédulo al igual que todos los presentes, se unió en un eterno abrazo con la leyenda guaraní (quien no dudó en correr al banco entre carcajadas y sonrisas una vez consumado el gol) al grito de: «¡Lo hiciste!».

Aunque el partido terminó 3-2 en favor del local, que lo ganó en la última jugada, el resultado fue anecdótico. La hazaña de Chila quedó grabada para siempre en la retina de todos los velezanos y los amantes del fútbol como «un gol para todos los tiempos».

El golazo de Santi Torres, ¿fue válido?

Más de 27 años después de aquella noche en Liniers, Santiago se vistió de Chila en Arroyo Seco para ir por la pelota y sacudir un derechazo que voló por el aire más de 75 metros, encontrando la red del rival y desatando otro festejo alocado junto a sus compañeros, titulares y suplentes. Nadie podía creer el golazo que marcó su arquero. Iban 10 minutos del primer tiempo y significó el 1-0 parcial del Ciclón ante Talleres, que hizo de local en el predio ubicado en la localidad santafesina.

El partido terminó en victoria de la visita por 4-1 y clasificación a las semifinales del certamen, donde jugará ante el ganador del cruce de esta noche entre Boca e Independiente.

Fue tan grande la repercusión que pronto surgió una duda: ¿estuvo bien otorgado el gol? Los recortes del golazo muestran cómo el asistente número 2, Mario Vargas, cobra una posición adelantada de un delantero cordobés. Acto seguido, el árbitro Maximiliano López Monti levanta su brazo izquierdo indicando el tiro libre indirecto. Luego, el bombazo de Torres y el golazo. Sucede que la regla establece que no se pueden marcar goles de tiro libre indirecto.

En la Regla 11 artículo 4 se señala que «en caso de infracción por fuera de juego, el árbitro concederá un libre indirecto». Luego, en la Regla 13, se habla de los tiros libres indirectos. ¿Qué dice la norma? «Si un libre directo entra directamente en la portería contraria, se concederá gol. Si un libre indirecto entra directamente en la portería contraria, se concederá saque de meta. Si un libre directo o indirecto entra directamente en la propia portería, se concederá saque de esquina al equipo adversario en el lugar donde se produjo, incluso si el jugador infractor se encontrara en su propio campo».

Pero ocurrió algo impensado: el arquero cordobés Laureano Martínez cometió el error de intentar atajar la pelota y la tocó antes de que entre al arco. «Le pegó en la mano y en el pie», describieron quienes estuvieron en la cancha. Así, la duda se despejó. Y el gol de Torres fue un golazo con todas las de la ley.

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