Con una inflación proyectada del 60%, el ministro está debilitado. Pero es la carta de la Casa Rosada ante el FMI. Generó mucho ruido un llamado del Presidente a Roberto Lavagna.
Durante la semana pasada, La Cámpora y en particular, Andrés “Cuervo” Larroque, se las ingeniaron para ensayar todos los días una crítica contra Martín Guzmán. El objetivo es claro: que el presidente Alberto Fernández le pida la renuncia al ministro de Economía. Este sábado, el jefe de la organización cristinista, Máximo Kirchner, se ocupó personalmente del ataque contra Guzmán. Fue en el plenario de la rama sindical del PJ bonaerense, en Baradero.
“¿Cómo que el ministro de Economía Martín Guzmán dice que él hace su trabajo pero que no se involucra en estas disputas de poder? ¿Y entonces qué vamos a hacer?”, cuestionó.
Durante una charla en Neuquén, días atrás Guzmán afirmó: “Mi función es la gestión, no inmiscuirme en disputas de poder”. Fue una respuesta a los sucesivos ataques del cristinismo, a los que también se sumó la diputada massista Cecilia Moreau.
El hijo de la vicepresidenta sabe que el ministro está debilitado. Por eso lanzó sus crítica mientras repasaba números para hablar sobre el sector agropecuario. A fin de no confundirse con las cifras, el legislador pidió que le alcanzaran un apunte y se colocó los anteojos. “Voy a usar lentes porque no los usé por ahí con el acuerdo con el Fondo y, por ahí, si hubiera leído mejor…”, ironizó, generando risas y aplausos del auditorio.
“Durante la pandemia los trabajadores y trabajadoras cedieron parte de sus ingresos, el Estado hizo su parte ayudando a los empresarios con el IFE y ahora falta que el tercer actor diga presente. Ahora que hay que frenar los precios el empresariado pone cara de yo no fui”, apuntó.
“Es hora que el sector financiero reconozca que en el país hay argentinos que necesitan que no pongan cara de distraídos”, disparó el diputado nacional.
Minutos antes de eso, Kirchner había leído números sobre las exportaciones de la carne, trigo y maíz en 2008 (pleno conflicto del Gobierno con el campo), comparándolos con los de la actualidad. Allí mencionó que esos tres productos no bajaron sus precios en las góndolas a pesar de que las retenciones son menores que hace 15 años, y habló de la importancia del Estado en participar de esas disputas de poder. De ahí la crítica a Guzmán.
Pese a la ofensiva contra Guzmán, no surgen desde el Instituto Patria nombres de posibles reemplazantes.
Con Guzmán golpeado, quien sí profundizó sus encuentros con Roberto Lavagna fue el presidente, Alberto Fernández.
En los últimos días trascendió un ofrecimiento del mandatario a Lavagna para reemplazar a Guzmán. El ex ministro de Economía fue tentado en varias oportunidades por Fernández, incluso al iniciar su mandato en diciembre de 2019.
“Lavagna tiene una relación frecuente con el presidente, charlan seguido, se ven una vez cada tanto”, admitieron desde la Casa Rosada. Aunque negaron el ofrecimiento y argumentaron que “Lavagna cree que Guzmán es muy buen ministro, lo dice siempre, y elogia mucho el acuerdo con el Fondo Monetario”.
No obstante, cerca del economista no descartaron ni confirmaron que durante el último encuentro en Olivos con Fernández, haya existido esa oferta. Incluso, una de las versiones señalaba que Lavagna había propuesto a su hijo Marco, actual director del Indec, como alternativa para el Palacio de Hacienda.
Al respecto, nadie le ofreció nada a Marco Lavagna, quien mantiene una excelente relación con el jefe de gabinete, Juan Manzur, y con el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. “Pero él no está pensando en el Ministerio ni en nada por el estilo”, aseguraron fuentes del Indec, que aseguraron que “está trabajando cien por ciento para que el Censo se desarrolle correctamente”.
El factor Milei
La tensión sobre la continuidad de Guzmán está vinculada al temor del kirchnerismo por el crecimiento de la imagen de Javier Milei, que parece pelear cabeza a cabeza con el Frente de Todos. No fue casual, la semana pasada, el escándalo de Juntos por el Cambio cerrándole anticipadamente la puerta a una alianza con Milei, lo que también le sube el precio al candidato de Libertad Avanza y generó un revuelo interno en la coalición opositora.
Sin embargo, en su incursión del viernes último en el hotel Llao Llao ante una nutrida concurrencia de empresarios, Guzmán fue aplaudido sobre todo cuando se explayó sobre las oportunidades en energía. Les dijo: “Yo me dedico a usar cada minuto que tengo en gestiones políticas para mejorar la vida de nuestra gente”.
Hizo una presentación de 40 minutos. Pero cuando habló de la renta inesperada y de que se cumplieron las metas del primer trimestre con el FMI, algunos empresarios le retrucaron que los impuestos ahuyentan las inversiones, y le pidieron que baje la presión impositiva. “La gestión anterior lo hizo y las inversiones no llegaron”, chicaneó el funcionario.
Concluída la charla y el almuerzo en el hotel de Bariloche, el ministro de Economía se reunió a solas largo rato con Eduardo Elsztain, y Sergio Chodos mantuvo durante toda la tarde encuentros a solas con distintos empresarios que fueron al Llao Llao. Quizás, para conseguir algo de apoyo con la idea de seguir resistiendo la ofensiva K.
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