unas cosas no cambian en Diego Schwartzman. La sonrisa siempre despierta, el humor a flor de piel, la mirada realista y enfocada, y un tenis consistente e intenso forman parte de su ADN. Con 27 años, ha sumado la madurez y la experiencia de varias temporadas en el circuito, y ello le permite disfrutar otra vez de un momento trascendente. Por segunda vez está en los cuartos de final del US Open; esta vez, luego de una victoria sobre Alexander Zverev, el número 6 del mundo, en el escenario central, el imponente Arthur Ashe. Su próximo rival será el español Rafael Nadal (2°), que le ganó al croata Marin Cilic (22°) por 6-3, 3-6, 6-1 y 6-2
La victoria sobre el alemán por 3-6, 6-2, 6-4 y 6-3, en tres horas y 8 minutos de acción, le abre las puertas a Schwartzman para un duelo estelar el miércoles, posiblemente por la noche, nuevamente en el court central, frente a Rafael Nadal. Pase lo que pase contra Rafa, el porteño se aseguró un importante ascenso en el ranking, con la posibilidad concreta de volver al Top 15. Definitivamente, la élite ya no queda lejos para él. Además, desde el próximo lunes será el tenista argentino y sudamericano mejor ubicado en la clasificación de la ATP, tras el retroceso lógico de Juan Martín del Potro, ausente este año en Flushing Meadows por la lesión en la rodilla.
El match-point
Es la segunda vez que Schwartzman arriba a los cuartos de final en Nueva York. Lo hizo hace dos años, cuando sorprendió a Cilic y escaló hasta chocarse con Pablo Carreño Busta. Aquella era la primera vez que pisaba la segunda semana en un Grand Slam. Desde entonces, sumó oficio dentro del tour. De cada punto, de cada partido adquirió experiencia para mantenerse en la elite -nada sencillo dentro de un circuito vertiginoso-, y aprovechar cada oportunidad para crecer.
El historial entre Nadal y Schwartzman es ampliamente superior para el español, que ganó los 7 duelos previos: en el último, este año, en Indian Wells, Rafa se impuso por 6-3 y 6-1
En el colosal estadio Arthur Ashe, con el techo retráctil cerrado por las lluvias que cayeron en el Labor Day en Nueva York, Schwartzman disputó un encuentro de excelente nivel ante una de las figuras de la nueva generación. Es cierto que Zverev colaboró con su juego irregular. El alemán venía de tres batallas intensas, y ante el argentino mostró sus diversas facetas: un juego que podía ser firme desde el fondo, con capacidad para sostener los puntos largos, pero con un punto flojo impensado en un jugador de su altura y categoría: el servicio. El número 6 del mundo sumó 11 aces, pero ganó apenas el 62 por ciento de primeros saques y el 32% con el segundo saque; Schwartzman martilló sobre este resquicio para generar situaciones de quiebre y minar la confianza de Zverev. Al alemán le sobra talento para estar entre los mejores, pero todavía adeuda una gran actuación en un Grand Slam, y el Peque le cerró otra posibilidad.
La victoria sobre Zverev le permitirá a Schwartzman consolidar su ascenso en el ranking. Si bien el jugador porteño está 21°, el pase a cuartos lo hará subir cerca de seis posiciones, hasta el 15° escalón de la clasificación semanal del circuito. La explicación está en la regularidad del jugador entrenado por Juan Ignacio Chela, con 34 triunfos y 18 derrotas en lo que va del año. Lo mejor, hasta aquí, habían sido el título en el torneo de Los Cabos, la final en el ATP de Buenos Aires y la semifinal en el Masters 1000 de Roma, pero una segunda semana en un Grand Slam representan un plus en puntos (360 por ahora, con la posibilidad de duplicar esa cifra) y en experiencia. Y más allá de la baja de Del Potro desde hace varios meses, el ranking premia la consistencia del Peque a lo largo de toda la temporada. Otro punto a favor: la estabilidad en el rendimiento lo exime de tener que defender muchos puntos en una sola gira, y le permite afrontar con más tranquilidad cada torneo.
Cada vez más completo
Hay más: si bien podría ser considerado como un excelente jugador en canchas lentas, lo cierto es que los números de Schwartzman son muy similares en polvo de ladrillo y en cemento: totaliza 68 victorias y 58 derrotas en la tierra naranja, mientras que su récord en hard es de 64-52. Cifras que reflejan la ductilidad del Peque, que sólo tiene déficit en césped (5-10).
Para el jugador surgido en Hacoaj, la victoria sobre Zverev fue la sexta en su carrera frente a un rival del Top 10. Previamente había derrotado a Kei Nishikori (6°), Dominic Thiem (8°, dos veces), Kevin Anderson (7°), y Marin Cilic (7°). Con pasos firmes, el Peque empezó a medirse con más frecuencia contra los mejores del circuito, y de este modo, a conocer sus puntos fuertes y sus debilidades. Quedan por delante las materias más complejas: superar a alguno del ‘Big 3’ que integran Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic.
La palabra del argentino
Mientras, Schwartzman continúa su ruta. No le cambia nada ser el número 1 del tenis argentino. «Yo tengo que tener los pies sobre la tierra. El ranking es cruel dentro de un circuito que es muy frenético, pero yo disfruto de esta posición», remarca.
Pendiente sólo de Zverev, no sabía quién podría ser su próximo rival. «Cuando vi las pantallas gigantes en el estadio pensé que sería Berrettini (que jugaba a la misma hora), pero cuando terminó el partido me dijeron que era contra Nadal o Cilic», contó. El foco siempre está en el presente. Pasos cortos y firmes: Schwartzman conoce el camino para crecer y mejorar para llegar cada día más lejos.
Así quedó la llave de cuartos de final del US Open:
Stan Wawrinka (Suiza, 23° favorito) vs. Daniil Medvedev (Rusia, 5°)
Roger Federer (Suiza, 3°) vs. Grigor Dimitrov (Bulgaria)
Matteo Berrettini (Italia, 24°) vs. Gaël Monfils (Francia, 13°)
Diego Schwartzman (Argentina, 20°) vs. Rafael Nadal (España, 2°)
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