Un estudio privado compara cuánto necesita ganar un asalariado para adquirir calzado e indumentaria en 10 países de la región. Qué lugar ocupa la Argentina.
Un argentino que cobra el salario mínimo vital y móvil necesitará trabajar casi 12 días para comprar un par de zapatillas. Esto es el doble de lo que deberá invertir un trabajador asalariado en Uruguay, que con 6 días laborables podrá llegar a su objetivo, o los 4 días que bastarán en Chile para comprar unas Nike Revolution IV, que en las tiendas argentinas o en Mercado Libre se consiguen entre $ 8.000 y $ 12.000.
El esfuerzo necesario en la Argentina para poder contar con el dinero suficiente para vestirse es el segundo más importante de América latina, superado sólo por lo que necesita un trabajador en Venezuela.
Los datos surgen del análisis realizado por la consultora Focus Market en base al salario mínimo y los precios de zapatillas, jeans y sweater tomados de 10 países de la región. El economista Damián Di Pace confirmó a Clarín que al momento de elaborar el informe tomaron el dólar paralelo que se ubicaba a $ 160, unos 10 centavos menos que los $ 170 a los que se consiguen ahora.
Es decir, que para comprarse unas zapatillas Nike Evolution IV (las que consideraron a la hora de elaborar el informe), un argentino que cobra un salario vital y móvil de U$S 155 (unos $ 26.000) deberá desembolsar unos US$ 61,30, o el equivalente a $ 10.400 viendo la evolución de la divisa paralela que en estos días se consigue a $ 170.
Ese mismo calzado, según el documento, en Venezuela vale unos US$ 67,46, con un salario mínimo que se ubica en US$ 2,40, llevados al valor argentino el calzado sale unos $ 11.468. En Brasil, en cambio, el salario mínimo es de US$ 207 y las zapatillas rondan los US$ 60,65 o los $ 10.300.
En Uruguay, con un salario de US$ 423, se deberá contar con unos US$ 72,48 para comprar ese tipo de calzado; y en Chile con un sueldo mínimo de US$ 441, unos US$ 59,66. O el equivalente en moneda local de $ 12.300 o $ 10.142, respectivamente.
En horas, para comprar un par de Zapatillas en Venezuela se requieren invertir unas 6.740, y en Argentina unas 94 horas y 55 minutos, mientras en el otro extremo en Uruguay bastarán unas 47 horas y 30 minutos, y en Chile 32 horas y 28 minutos.
Locos por las compras
De acuerdo al realizado por Focus Market tomando en consideración las horas de trabajo necesarias de un salario mínimo vital y móvil medido en dólares para comprar Indumentaria y Calzado en países de América Latina, «la categoría se encareció por factores de menor nivel de oferta y producción, incrementos de costos, situación estructural de provisión de insumos a nivel mundial y desequilibrio macroeconómico local».
«Mientras el Salario va ganando terreno frente a los diferentes ajustes de tramos paritarios su poder adquisitivo en términos de compra de indumentaria y calzado no logra compensar la suba de precios en el mercado interno», contó el economista Damián Di Pace. Y, en ese sentido, agregó: «Por su parte, frente a una inflación interanual de casi el 70% en esta categoría los ingresos de los argentinos se recortan a menos de la mitad para el mismo período»
Para comprar un Jean en Venezuela se necesitan 3950 horas de trabajo, es decir unos casi 424 días; mientras que en el segundo lugar, Argentina baja a unas 83 horas y 36 minutos (unos 10 días y medios de trabajo). En el otro extremo en Ecuador se requieren menos de la mitad que en el país, sólo unas 34 horas y 48 minutos (unos 4 días y medio), y en Chile, unas 29 horas y 28 minutos, es decir, casi unos 4 días.
Salarios Mínimos y precios en dólares
Si por caso, se quiere comprar un Sweater en Venezuela se requieren trabajar 3.000 horas (o 375 días), y en Argentina 59 horas y 55 minutos (casi 8 días), mientras en el otro extremo en Ecuador, unas 21 horas y 36 minutos (casi 3 días), y en Chile 19 horas y 48 minutos (sólo 2 días y medio).
«Para el aumento de precios en indumentaria y calzado hay más de un motivo. El algodón en medio de la Pandemia no se conseguía, los insumos tuvieron pérdidas de stock, el flete desde hacía tuvo incrementos de hasta 500%, la incertidumbre de la apertura de locales llevó a que la producción se efectúe con bajo volumen para las temporadas primavera-verano y otoño e invierno y como si fuera poco cerraron muchas empresas del sector. La demanda se desplomó pero la oferta cayó aún más. A esto hay que sumarle la general que sobre la evolución de precios en Argentina producto de una emisión monetaria que actúa con rezago del pasado en el presente más expectativa futura», concluyó Di Pace.
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