El Cuervo se quedó sin invicto al perder 1 a 0 con la academia cordobesa que le sacó cinco puntos gracias a un zapatazo de Marcos Figueroa.
El equipo salteño se quedó sin invicto y sin oportunidad de alcanzar la punta en la fría noche de sábado en el estadio Martearena: perdió 1 a 0 con Racing de Córdoba en un partido que “pintaba” para empate, pero donde un bombazo al ángulo y sacado del contexto de otro partido, de Marcos Figueroa, le dio el triunfo a quien ahora sí es el único invicto del torneo Federal A, que terminó llevándose un premio demasiado grande de Salta ante un cuervo que vendió la derrota demasiado cara, pero que careció de la pericia en los metros finales para evitar la caída, la primera del elenco azabache en 13 partidos oficiales (12 por Federal A y uno por Copa Argentina, donde empató con Independiente para luego sucumbir en los penales).
Y la victoria le quedó “grande” a Racing porque Central salió de entrada con la intención de ser protagonista, con un sólido Morello por la izquierda y con un Magno encendido, aunque tal vez el défict estuvo en las intermitencias tibias de Reyes y su escasa participación allí donde más se lo necesita.
Una de las más claras de Central fue a los 8 minutos de partido, con un córner de Rosales que roza Calderón, quien no logra darle precisión. Mientras que a los 28’ asomó otra vez con un rebote que le quedó a Magno, quien ensayó un remate combado que se fue muy cerca de los dominios del arquero académico Leonardo Rodríguez.
En el complemento la tendencia se mantuvo, aunque el líder comenzó a animarse haciendo el partido aún más intenso que en la primera parte.
Así, la academia sorprendió a los 9’ con un golazo de Figueroa, quien remató desde 35 metros y clavó el balón en el ángulo superior izquierdo. Un gol “de otro partido” que comenzaba a hacer más cuesta arriba los intentos del equipo salteño con su ineficiencia a cuestas para resolver en el área contraria.
Central fue a buscar el partido tras el cachetazo, pero no estuvo fino y le faltó la bendita puntada final, sin soslayar que también sintió sobre el final el rigor físico ante un Racing más entero que capitalizó la desesperación del cuervo, que no encontró los caminos, al que le sobró garra, entrega y compromiso, pero que no mereció perder ante el mejor equipo de la categoría.
Con información de El Tribuno
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