El Apache disparó contra el ex N° 10: «Como jugador e ídolo lo respeto, pero afuera de la cancha deja mucho que desear»; Palermo, Cáceres, Maradona, Orion, otros adversarios de
Cerca de 20 millones de personas viven en la ciudad de Shanghai, la más poblada de China y una de las más habitadas del mundo. Entre esa multitud, alguien, una especial, se acomoda de madrugada en un sillón de su casa para cumplir algo pendiente: hablarle al mundo Boca por primera vez desde que se despidió entre lágrimas y en silencio tras el 4-1 a Colón a fines de 2016, según publico La Nacion.
Es Carlos Tevez, que mientras repasa los argumentos de aquella lejana decisión mide cuándo soltar la rabia que tuvo atragantada por largo tiempo. Justo ahora, cuando ese Boca que en diciembre ganaba y gustaba ahora está próximo a una vuelta olímpica, ya sin él. Cuando la cámara se enciende, Tevez dispara: «Me banqué un año y medio que Riquelme saliera a hablar mal de mí y de mis compañeros cuando perdíamos. Como jugador e ídolo lo respeto, pero fuera de la cancha deja mucho que desear». Con esas duras palabras, el ex futbolista se gana otro enemigo. Uno más.
En el recuento de diferencias con Riquelme, la que se destaca es la de más larga duración: Román vs. Martín Palermo, ambos adorados por el universo boquense, pero incompatibles fuera del campo. Los cortocircuitos fueron varios, incluso desde antes de la obtención de la Copa Europeo-Sudamericana 2000, contra Real Madrid. El mayor cruce fue en tiempos de la Libertadores 2008. Pablo Migliore, amigo del ex Nº 9, fue responsable de uno de los goles de Fluminense en el 2-2 de ida de una semifinal, en el estadio de Racing. Riquelme se lo reprochó y Palermo, que defendió al arquero, le pidió a él más compromiso con el equipo. Las distancias que ellos se encargaron de desmentir se confirmaron en 2010, en el gol 219 con el que Titán se transformó en el máximo anotador de la historia de Boca: el ex enganche lo asistió pero a la hora de tan especial festejo le dio la espalda.
Esos malestares derivaron en otros debido a los grupos que había en el vestuario. Por eso Román no tuvo afinidad con Rodrigo Palacio, Claudio Morel Rodríguez, Julio César Cáceres ni Guillermo Barros Schelotto, pese a que con todos ellos fue campeón. Palacio no aceptó ninguna de las oportunidades de retornar al club porque no quería cruzarse a Román y, por la mala relación, el paraguayo Cáceres revolucionó la entidad de la Ribera días antes de encarar un clásico en el Monumental: «No corre ni da el ejemplo como lo hace Palermo, nuestro líder positivo».
Guillermo se distanció de él cuando en Japón, antes de enfrentarse con Real Madrid, Riquelme le pidió, supuestamente, a Carlos Bianchi que jugara Marcelo Delgado, íntimo amigo, en lugar del mellizo. Y más allá de alguna sonrisa mutua e intercambios de palabras cuando se descubrió la estatua del Virrey, al actual director técnico xeneize tampoco le caen bien las críticas que reciben su equipo y él por parte del ex 10. Lo mismo le sucedió a Rodolfo Arruabarrena: tuvieron una gran relación en el equipo de 2000, pero una vez que el Vasco se transformó en DT de Boca la amistad se resquebrajó por los cuestionamientos reiterados de su ex compañero.
La lista de entrenadores con diferencias casi irreconciliables se extiende a Diego Maradona, que está en los primeros puestos de la lista. El quiebre en la relación fue hecho público por el propio Román cuando Maradona se hizo cargo del seleccionado argentino en 2008: «Renuncio a la selección porque no comparto los códigos de la persona que ahora es entrenador». Tan especial es Riquelme para el hincha xeneize que aquello generó que la Bombonera, en uno de los partidos que Diego presenció en su palco, ovacionara a Riquelme más que lo normal.
El DT con el que peor se llevó es Julio César Falcioni. Éste lo mantuvo en el banco de suplentes en un partido con All Boys por su condición física, algo que no le cayó nada bien al afectado. Varios meses después consultaron al jugador si estaba físicamente apto, y él disparó: «Yo no decido cuándo juego. Hace ocho meses Falcioni me hizo correr como un bol… y yo no dije nada». En tanto, al actual preparador de Banfield no le gustó una frase del ex Nº 10 de cuando habían conseguido invictos el título de campeón de 2011: «Boca fue el mejor, pero tenemos que seguir mejorando porque un día la suerte se termina». Por esas frases y otras situaciones posteriores, Falcioni estuvo cerca de renunciar en Venezuela, en el estreno por la Copa Libertadores 2012.
En ese proceso también hubo grupos divididos. El enganche generó malestar en varios compañeros. Walter Erviti y Santiago Silva decidieron marcharse del club. El volante argumentó no sentirse cómodo, mientras que el delantero, una vez que se fue a Lanús, remarcó sin nombrarlo que «hay ciertos soretes que te cagan el equipo». Otro que lo sufrió es Agustín Orion, con quien tuvo un fuerte cortocircuito por Pablo Ledesma, gran amigo de Riquelme. El volante acusó de «buchón» al arquero y de no querer al club. El asunto terminó en golpes de puño entre Ledesma y Orion, que a los gritos sentenció: «¡Se terminó la buena onda en este equipo!».
La carrera de Juan Román Riquelme finalizó con la camiseta de Argentinos Juniors hace más de dos años. Sin embargo, los enemigos siguen desfilando.
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