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Grupo C del Mundial Qatar 2022Duro golpe para la Selección argentina: perdió en el debut con Arabia Saudita

Lionel Messi se cubre el rostro en el flojo debut de la Selección en el Mundial. Foto: Fernando De la Orden/Clarin

En el Estadio Lusail, el equipo de Scaloni cayó por 2 a 1 y se complicó en su camino a los octavos de final. El sábado enfrentará a México.

De la euforia a la incredulidad en un santiamén. La sorpresa es total. El debut de la Selección argentina en Qatar 2022 fue lo que nadie imaginaba ni esperaba. El equipo de Lionel Scaloni no aguantó la ventaja que había sacado en el primer tiempo por el penal de Messi y, envuelta en nerviosismo, fue superada por una Arabia Saudita concentrada e intensa que aprovechó el desorden absoluto albiceleste y lo revirtió. La derrota por 2-1 en el primer partido y contra el rival más accesible del Grupo C -en teoría- fue un golpazo a la confianza y significó, para colmo, el final del invicto de 36 encuentro. El peor arranque jamás pensado.

Minuto y medio apenas y Lionel Messi ya había tenido un mano a mano brutal que tapó a puro reflejo Mohammed Al Owais. El augurio resultaba prometedor. El 10 había arrancado encendido sobre el césped de un inmenso Lusail Stadium poblado por 88 mil personas. Ya le va a tocar otra fue el pensamiento de los miles de argentinos que desde temprano fueron ingresando a la cancha más grande de Qatar (aquí se jugará la final).

Y sí, tuvo otra Leo. De penal. el árbitro esloveno Slavko Vincic recibió el alerta del VAR antes de un tiro libre celeste y blanco en ataque. Fue a ver el monitor y comprobó que en la jugada anterior hubo un agarroncito de Salman Al Faraj sobre Leandro Paredes, que terminó rodando por el suelo. Nadie había reclamado demasiado… Pero el juez cobró el penal que el capitán convirtió.

Messi esperó a que el arquero se la jugara a un palo y con calma la cambió al contrario. Fue su sexto tanto en mundiales. Iban 10 minutos y comenzaba a reinar la tranquilidad en el conjunto nacional porque las buenas sensaciones reinaban.

Pero duró poco el optimismo. En el campo las cosas no siguieron saliendo como se esperaba, más allá de mantener la diferencia. Los árabes armaron un sistema táctico arácnido. Tejieron una tela en la que la Scaloneta quedó enganchada una y otra vez.

Juntó sus líneas Arabia Saudita y la Argentina no priorizó su juego de siempre, ese de buscar pases internos e ir armando juego hasta encontrar espacios. El 4-4-2 albiceleste se partió en un 4-2-4, con Angel Di María y Alejandro Gómez como extremos a la par de Messi y Lautaro Martínez.

Para buscar sacar provecho del planteo rival, se la jugó por un plan más directo Scaloni. Pero Arabia también tenía una herramienta para desactivar eso: utilizó muy bien el achique de su última línea. La Selección hizo tres goles que no valieron por posición adelantada: uno de Messi y dos de Lautaro (uno tenía apenas el hombro en fuera de juego, detectado por el offside semiautomático).

En total fueron siete posiciones adelantadas en la primera parte. En todo Rusia 2018 le habían cobrado seis en total. Los de Scaloni no podían encontrarle la vuelta a un partido que se complicaba con el correr de los minutos porque el rival era rápido y se animaba a ahogarle la salida.

Con el equipo ganando, las tribunas repletas de argentinos estaban apagadas, sin cantos. Y sí se escuchaban los hinchas árabes todos vestidos de verde, que eran menos pero muchos más ruidosos. Todo el furor que se vivió en la previa y en las afueras del estadio, no se trasladó adentro.

El equipo no contagió y se fue hundiendo entre nerviosismos e imprecisiones. El doble cinco, De Paul-Paredes, no pisó firme y las buenas intenciones del Papu no coincidían con el resto. Un remate de De Paul a las nubes pudo haber cerrado la primera parte con otro gol necesario para desactivar la preocupación que merodeaba en el ambiente. Pero no.

Los temores se hicieron carne en los primeros fatídicos ocho minutos del complemento en los que la Selección fue un desconcierto absoluto. Saleh Al-Shehri se escapó por la izquierda, Cristian Romero no llegó a cerrar a pesar del esfuerzo y el delantero definió cruzado para ponerla lejos del Dibu Martínez. Esa jugada derivó de una pelota perdida en el medio por Messi.

El estupor pareció congelar los corazones argentinos, en las tribunas y sobre el césped. La Selección padeció un momento fatal. Cinco minutos después, Salem Al Dawsari hizo un golazo eludiendo a tres hombres albicelestes y sacando un disparo al segundo palo.

Incómoda, la Argentina trató de rearmarse. Adentro Lisandro Martínez (Romero sintió una molestia en el primer gol), Julián Alvarez (por Papu Gómez) y Enzo Fernández (por un flojo Paredes). Arabia se plantó atrás hasta con siete hombres en su defensa.

A los ponchazos, hubo un par de situaciones: cabezazo de Messi, una de Tagliafico de carambola y un frentazo de Alvarez sobre la hora. La Selección jamás fluyó sobre el césped del Lusail y toda la templanza que parecía irradiar en su camino hasta acá se esfumó en este estreno que deja muchos interrogantes, principalmente, saber cómo reacciona este grupo a las adversidades, algo a lo que no está acostumbrado.

El sábado, en Lusail, Argentina chocará con México, desde las 16.

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